Los Dilemas de la educación

LOS DILEMAS DE LA EDUCACION
Luis Wong Vega

La educación es, junto a la salud, un área de interés social estratégico. No sólo encarna una prerrogativa constitucional de cada panameño y un derecho humano básico, sino que es la garantía de la reproducción social de la Nación misma, de sus conocimientos y usos, de su idiosincrasia, de su historia, a través de la formación de las nuevas generaciones de panameños. Igualmente, es la garantía de la superación mental, material y moral de esas mismas generaciones. Muchos de los males actuales de la República se deben a la pérdida de calidad educativa, a la ineficacia del proceso formativo, al abandono de los aspectos elementales que posibilitan la adquisición de valores ético-morales, la forja del carácter ciudadano y el aumento de la inteligencia y la cultura, individual y colectiva.

El gobierno saliente inició su gestión con un educador experimentado y serio al frente del Ministerio de Educación, persona que tenía un proyecto que no pudo siquiera iniciar, debido a que las maquinaciones politiqueras dentro de su propio partido le terminaron costando el puesto. A partir de ahí, hubo una secuencia de sujetos cantinflescos que, evidentemente, no sólo no estaban calificados para asumir esta responsabilidad sino que, además, han sumido al Ministerio en una serie de bochornos patéticos y a la educación panameña en un proceso de deterioro inaceptable e imperdonable.

Hoy, hablar de la educación nacional parte necesariamente por reconocer lo mal que estamos en todos los aspectos: académicos, administrativos, legales, de infraestructura, etc. Es admitir que, como sociedad, tenemos enfrente un proceso educativo en condición cuasi-terminal y que no hay un proyecto que le haga frente. Es hablar de un sistema perverso en donde, salvo contadas excepciones, prevalecen la corrupción, el pseudo- gremialismo, la ineptitud, la decrepitud de la plata física de cientos y cientos de colegios y escuelas, los resultados formativos desastrosos…

La solución de esos problemas no es fácil y demanda de lo mismo de siempre: recursos financieros para inversiones mayores, recurso humano capacitado para enfrentar estos problemas y sobre todo decisión política para tomar las medidas que haya que tomar, amparados en un proyecto nacional para rescatar a la educación nacional, coherente y bien hecho. Ello exige también enfrentar y resolver varios nudos gordianos, tales como restituir una relación de trabajo sana entre los educadores y la administración central del sistema, libre de presiones, politiquería y abusos. Reclama enfrentar las presiones de ciertas republiquitas corporativistas intocables, como lo son algunas universidades y asociaciones. Ellos representan, hoy día, un factor de mediocridad y de atraso nacional y hay que quebrar el círculo vicioso de tanto chantaje. Implica cortar de raíz con la corrupción en los nombramientos, en los concursos, en los contratos de obras y en todo un larguísimo etcétera. Demanda asumir la necesidad de iniciar una reforma educativa integral pero gradual y profunda, para restituir la naturaleza y el sentido del proceso educativo y comenzar a recuperar el valioso tiempo perdido, tratando de restañar el grave daño formativo infringido a varias generaciones.

El nombramiento de Lucy Molinar como Ministra de Educación ha provocado toda clase de comentarios, favorables y desfavorables. Muchos creemos que la aducida falta de experiencia de la designada no es necesariamente un impedimento pues, como escuché hace unos días atrás, aquellos supuestos expertos provenientes de los estamentos académicos que han fungido como ministros, no sólo no han resuelto el problema educativo sino que son los culpables directos de su agravamiento. Quizás la inteligencia y el sentido común de la nueva ministra, junto a la asesoría de personas calificadas, serias y honestas y el apoyo decidido (no sólo de palabra, sino con recursos humanos, financieros y materiales) por parte del nuevo gobernante, marquen el principio del fin de esta etapa tan triste y oscura en la educación nacional.

El autor es Doctor en Biología Molecular

Artículo publicado el 19 de mayo de 2009 en el Panamá America