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La opinión de…
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José Mendoza Acosta –
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Siguiendo los pormenores del asilo otorgado en Panamá a la ex directora del DAS de Colombia, por ironía del destino se han divulgado detalles sobre la política de terror, persecución y difamación implementado en Colombia por la administración Uribe, personaje que ha estado vinculado con casi todas las administraciones del último decenio en Panamá, incluso, ha sido conferencista invitado en eventos públicos, su presencia en Panamá es más frecuente.
A numerosos colombianos solicitantes de refugio en Panamá se les ha rechazado la protección, otros llevan años esperando ser reconocidos como refugiados; ellos alegan persecución, pero la administración panameña se ha caracterizado por ser selectiva y restrictiva al respecto.
El otorgamiento de asilo a la perseguidora de políticos, periodistas y defensores de derechos humanos confirma la selectividad para otorgar protección internacional en Panamá.
Una periodista colombiana describió los hechos que llamó “tenebrosos”, la presión psicológica, la política de terror, que muestra la política que implementó el ex presidente Uribe. Como si se tratara de otra novela colombiana que nos invade con su crueldad, precisamente ahora aparece el ex presidente como conferencista en Panamá, en donde sin rubor alguno ha defendido su guerra contra el terror y de paso habrá venido a pedir asilo para algunos otros de sus “compañeros”, que ahora no confían en las garantías judiciales colombianas. Esta invitación demuestra que tiene sus seguidores en territorio patrio.
Por respeto a la población panameña y a las víctimas colombianas, y ejerciendo la soberanía que alega la política exterior panameña, el Ejecutivo debe revocar el asilo concedido a la ex directora del DAS, que según nuestro entender parece uno de los acuerdos logrados de las numerosas visitas de Álvaro Uribe a Panamá, y de paso dejar sentada la posición de Panamá que no puede ser guarida de violadores de derechos humanos.
Por lo pronto, sentimos un alivio cuando el ex presidente declaró que no tiene planeado vivir en Panamá, sin embargo, recuerdo a uno de mis profesores cuando nos aconsejaba, “de la promesa de un político hay que esperar exactamente lo contrario”.
Si algo positivo vemos, es que seguirán saliendo detalles de la administración Uribe, que en Panamá es visto como un ejemplo de democracia y seguridad nacional.
Los derechos humanos son irrenunciables, es mejor que nos mantengamos vigilantes por los derechos de todos y todas, y no se repita la pesadilla que hace 20 años ya sufrieron los panameños.
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<> Este artículo se publicó el 30 de noviembre de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/mendoza-acosta-jose/
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