La nueva era del cuerpo de bomberos

La opinión de…

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Dennis Allen Frías

Después de varios años de intentos fallidos, los bomberos panameños tenemos una nueva y moderna ley. Pasamos por varias administraciones estatales hasta que, finalmente, la administración del presidente Ricardo Martinelli y el equipo del Ministerio de Gobierno y Justicia –José Raúl Mulino, ministro, y Jorge Ricardo Fábrega, viceministro– impulsaron mediante el mecanismo del diálogo y concertación con todos los estamentos de los bomberos un proyecto de ley que, finalmente, aprobó la Asamblea Nacional por medio del cual “se crea el benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá”.

La misión: Salvar vidas y propiedades, así como tareas de salvamento, búsqueda y rescate en desastres naturales, manejo de incidentes con materiales peligrosos y la atención prehospitalaria a las personas afectadas por los siniestros antes descritos.

Estas serias responsabilidades serán asumidas a partir de ahora por una sola institución nacional que, bajo la supervisión de un patronato integrado por representantes del Estado (Ministerio de Gobierno y Justicia y Ministerio de Economía y Finanzas) y de la sociedad civil (un miembro de las compañías aseguradoras, un miembro de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos y un miembro por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas) establecerán los nuevos lineamientos del director general, sobre quien recaerá todo el peso de la gestión administrativa y funcional.

El director general y el subdirector general serán nombrados por el Presidente de la República de la terna que le presenten los miembros del Patronato del Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá.

Como una innovación en el aspecto financiero, se crea un fideicomiso, cuyo uso ha sido estrictamente reglamentado y cuyos dividendos serán utilizados, exclusivamente, para la compra de equipos de protección y equipos rodantes de la institución, lo que, sumado al presupuesto de inversiones del año 2010, de casi 20 millones de balboas, nos garantiza que en los próximos meses nuestras estaciones y zonas serán dotadas de los equipos e insumos necesarios para realizar fielmente las misiones que debamos cumplir.

Se establecen los lineamientos para desarrollar la carrera de bombero, basados en criterios de lealtad, competencia, profesionalismo y eficiencia, y se establecen categorías de miembros. Las conquistas de los miembros remunerados se consagran al mantener las jubilaciones especiales (aquellos que tengan 25 años de servicios continuos), al igual que los sobresueldos de 5% sobre el sueldo base por cada cuatro años de servicios, el cual será revisado su porcentaje y beneficio cada cinco años.

A los miembros voluntarios con más de 25 años de servicio, se les reconocerá un subsidio mensual no menor del costo de la canasta básica familiar, al momento de hacerse acreedores al mismo.

La instrucción permanente es uno de los objetivos fundamentales de esta nueva institución, por lo que se crea la Academia de Formación de Bomberos, la cual impartirá capacitación vinculada a la prevención, control y extensión de incendios de todo tipo, búsqueda y rescate de víctimas, primeros auxilios y los demás temas relacionados con las actividades de los bomberos.

Al crear nuevas unidades especializadas como: seguridad y prevención de incendio, investigación de las causas de incendios, extensión, búsqueda y rescate, entre otras, le damos la organización necesaria a los bomberos para dar respuestas a las necesidades de la sociedad panameña.

Los próximos días y meses serán de mucha actividad para los bomberos, después de que se sancione esta ley, deberá conformarse debidamente el patronato y luego se abrirá el período de postulaciones para la selección del director y subdirector general. Paralelamente, se debe estar confeccionando el nuevo reglamento general.

El cambio llegó a nuestras instituciones. La nueva era ha comenzado

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Artículo publicado el 11 de marzo de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el credito que les corresponde.