El Código Agrario

La opinión de….

 
RODRIGO A. FRAGO. M.
frago_madrigales_rodrigo1508@hotmail.com

A la Comisión Legislativa de Asuntos Agropecuarios, en enero del 2011, le corresponderá la discusión del proyecto de ley que crea un nuevo Código Agrario en Panamá. Tal gestión se adelanta interesante y es que el objeto del derecho agrario principalmente es la actividad agraria de producción, sin ella no existiría industria ni mercados de productos agrarios, olvidarse de ello y orientarse exclusivamente hacia el mercado sería un error.

Debemos incluir en el debate la cuestión de la propiedad, la creación y fortalecimiento de empresas agrarias, mecanismos de contratación agraria, disposiciones especiales para las actividades de crías de animales y cultivo de vegetales, sin olvidar los adelantos biotecnológicos que deben crear normas jurídicas para regular el uso de organismos genéticamente modificados.

El crédito agrario no debe pasar desapercibido, al igual que lo referente a las cooperativas agrarias y la función social y ambiental de la propiedad agraria.

Tampoco debemos obviar la existencia de grandes empresas multinacionales que imponen sus reglas mercantilistas, sin respetar normas sociales y laborales agrarias, como efecto directo de la globalización; y que causa la desaparición de pequeños y medianos productores tradicionales, como consecuencia de la ausencia de una política estructural y de mercados para hacerlos competitivos en el mercado global.

Y es que la globalización, como expresión inglesa de la mundialización, representa una segunda etapa, más avanzada de ésta: la entrada en escena de todos los recursos mundiales de producción y de información, que inundan el espacio terrestre donde el mercado se impone como referencia universal. Basado en la libre competencia disminuyendo el papel del Estado y por ende de sus instituciones jurídicas.

Por lo tanto, consideramos oportuno y atinente recomendar que la discusión del nuevo Código Agrario debe tratar los mercados, el ambiente, el desarrollo sostenible y desde luego la justicia.

El reto es grande y es que el Derecho Agrario mantiene conexión con la equidad, la paz y la justicia social, pues, es uno de los instrumentos más importantes para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos económicos, sociales y culturales.

Por lo que la labor de los diputados debe buscar que la norma se adapte a los fenómenos del mundo actual, pero a su vez que genere respuestas jurídicas que acompañen las aspiraciones no solo de los que vivimos en el interior, sino también a los capitalinos; tomando en cuenta que el problema de la seguridad alimentaria, explicado por la FAO en recientes informes, reclama una preparación seria, competente y solidaria.

 

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<> Este artículo se publicó el 30  de diciembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.

Para discutir el Código Agrario

La opinión de…

 

Rodrigo A. Frago M.

A la Comisión Legislativa de Asuntos Agropecuarios le corresponderá en el nuevo año la discusión del proyecto de ley que crea el nuevo Código Agrario en Panamá. Gestión que reclama trabajo, estudio y voluntad, y es que el objeto del derecho agrario, principalmente, es la producción; sin ella no existirían industrias, ni mercados de productos. Olvidarse de esto y orientarse exclusivamente hacia el mercado sería un error.

Debemos incluir en el debate la cuestión de la propiedad, la creación y fortalecimiento de empresas agrarias, mecanismos de contratación, disposiciones especiales para las actividades de cría de animales y cultivo de vegetales, sin olvidar los adelantos biotecnológicos, por lo que se deben crear normas jurídicas para regular el uso de organismos genéticamente modificados.

El crédito agrario no debe pasar desapercibido, al igual que las cooperativas agrarias con énfasis en la función social- ambiental de la propiedad agraria.

El debate debe considerar la existencia de grandes empresas multinacionales que imponen sus reglas mercantilistas, sin respetar las normas socio–laborales agrarias, debido a la globalización que produce la desaparición de los pequeños y medianos productores tradicionales, como consecuencia de la ausencia de una política estructural y de mercados que los haga competitivos en el mercado global.

Y es que la globalización, como expresión inglesa de la mundialización, representa una etapa más avanzada, por la entrada en escena de todos los recursos de producción y de información que inundan la tierra. De forma que el mercado se impone como referencia universal, basado en la libre competencia y disminuyendo el papel del Estado, por ende, de sus instituciones jurídicas.

Por tanto, consideramos oportuno recomendar que la discusión incluya los mercados, el ambiente, el desarrollo sostenible y, claro, la administración de justicia. El reto es grande, porque la temática mantiene conexión con la equidad, paz y justicia social, porque es uno de los instrumentos más importantes para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos. Basta de predecir que los combustibles aumentarán y los alimentos, por ello, seguirán al alza. La labor de los diputados, debe buscar que la norma se adapte a los fenómenos del mundo actual, y que genere respuestas que acompañen las aspiraciones no solo de los que vivimos en el interior de la república, sino de la capital, tomando en cuenta que el problema de la seguridad alimentaria reclama una preparación seria, competente y solidaria.

 

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<> Este artículo se publicó el  27  de diciembre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

“Importancia del Derecho Romano”

La opinión del Docente Universitario…

Rodrigo A. Frago M. –

Hoy se mantiene el tema de la educación universitaria en el tapete de nuestra realidad nacional. Se presentan críticas, proyectos, percepciones, en fin se discute por diversos sectores de la sociedad cómo debe ser y qué debe brindar al país la enseñanza superior.

En cada facultad de nuestras universidades, existen materias que desde el inicio, marcan la personalidad del futuro profesional y le brindan al una visión inicial.

En la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, pienso que el Derecho Romano nos brinda esa bienvenida; los textos nos indican que debemos leer y deberemos mantener ese hábito.

De igual forma, nos permite asimilar que los tiempos de la secundaria han pasado y por consecuencia nuestra transformación a estudiantes universitarios maduros, debe manifestarse en nuestra conducta y en la ostentación de un carácter con el que debemos contar al ser litigante, juez o fiscal; al desarrollar nuestra actuación como tal y al emitir nuestro criterio correspondiente.

En la teoría, nos adentramos en puntos esenciales como lo son; sujeto y objeto de Derecho, procedimiento, obligaciones, sus fuentes, derecho de familia, el nacimiento de las distintas leyes, y desde luego la contienda entre patricios y plebeyos.

El Tribuna Plebis como antecedente del hoy llamado Defensor del Pueblo, resalta la importancia que el romanista Juan Iglesias en su libro “Derecho Romano” afirma al referirse a los estudiantes que: “debe él contentarse, y ya es mucho, con saborear lo sustancioso, la sub-stantia, la esencia de un ordenamiento jurídico que, por lo hasta hoy sabido no tiene parigual en el mundo.”

Por todo ello, es justo llamar a la reflexión a las autoridades de algunas universidades sobre la importancia de el Derecho Romano en la formación de todo profesional del Derecho, de quien se espera mucho, para que ubiquen la materia en el lugar que le corresponde, exigiendo su análisis, comprensión y estudio y permitiendo que el estudiante experimente que “no hay agua más deliciosa de la que se extrae de la propia fuente”.

Entendemos que la oferta universitaria se encuentra en una competencia pero por exigencia filosófica-educativa, el Derecho Romano dentro de la preparación de todo estudiante es esencial, así lo advirtió el profesor Iglesias cuando sentenció: “En definitiva, ignorar el Derecho Romano, en su textura orgánica, vital y espiritual, en la disposición de sus principios y en la técnica aplicadora de éstos, lleva a no tener noción cabal de eso que llamamos, Derecho.”

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Este artículo se publicó el  26  de junio de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Panamá y China, esperado encuentro

Panamá y China, esperado encuentro

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Rodrigo A. Frago
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Al presenciar el escenario global, entendemos que vivimos en un mundo interdependiente, en donde por consecuencia los cambios nos afectan a todos de una u otra forma. El grado de acercamiento es tal que con la ayuda de la tecnología y la comunicación es imposible que un país ignore la vivencia de otro. Los datos pasan libremente de un lado del mundo a otro, por fibra óptica o por transmisiones de satélite: la información desafía todo tipo de barreras. La revolución en la tecnología de la transferencia de datos ya ha tenido un impacto en la naturaleza del dinero y en el movimiento de capitales.

Frente a la crisis financiera, vemos que en muchos países han elaborado planes para enfrentar sus consecuencias. Pero, tal vez la constante en el mundo es el reconocimiento de que un país solo no puede superarla, y así lo entienden líderes mundiales.

Existe hace algún tiempo, y en distintos sectores de la sociedad panameña, el interés de establecer relaciones diplomáticas y comerciales con China. El no haberlo logrado hasta ahora coloca nuestra política exterior frente a un duro cuestionamiento sobre sus objetivos, que al ser revisados hay que reflexionar.

Panamá mantiene una posición geográfica, un centro bancario, el Canal y desde luego, el elemento humano que a los otros países le parece atractivo para mantener relaciones con nosotros.

China, por su parte es probablemente el país más beneficiado con la economía global. Tiene la segunda reserva de divisas más grande del mundo y posee ahorros internos que sobrepasan los 2 mil 500 billones de dólares. Más que otro país, además está marcando el paso dentro de la economía global. En el año 2003, su producto interno bruto se calculó en mil 300 billones de dólares, a su vez se mantiene como el segundo Estado en cuanto a poder adquisitivo. Su economía crece a una tasa rara vez menor al 7% anual y muy recientemente ésta ha rebasado el 9%, una cifra que corresponde a todo el país e incluye tanto las áreas más ricas como a las pobres. El valor del yuan chino subió 20% entre julio de 2005 y febrero de 2009 y el establecimiento de Shanghai como un centro financiero global para el año 2020 logrará que dicha moneda juegue un papel importante a nivel internacional.

Si la diplomacia comprende el proceso de las relaciones exteriores de un país mientras que la política exterior sus fines y objetivos, salta a la vista la necesidad de el encuentro de Panamá con una cultura milenaria que no solamente tiene ventajas económicas, sino también culturales, científicas y humanísticas. Encuentro que como ya advertimos beneficiará a ambos sobre una base de reciprocidad de quid pro quo.

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Publicado el 14 de juno de 2009 en el diario La Prensa