Señores diputados, presten atención…

La opinión de la estudiante de Derecho…

LACEY M. BROCE  BARRIOS 

Señores diputados, ¿recuerdan ustedes cuáles eran sus aspiraciones, luchas, esperanzas y demás sueños de juventud?   ¿Alguno de ustedes recuerda sentir la necesidad de aportar algo, aunque fuese mínimo, para el crecimiento de este bello país?

Si lo recuerdan, entonces saben a qué sentimientos me refiero.   El afán ese revolucionario de la juventud para que este ‘estrecho de tierra’ progrese y se convierta en un país de bien,  para que sea un lugar mejor el día de mañana, de convivencia pacífica, de progreso y de igualdad.

No pienso en el ‘País de las Maravillas’, pero sí en más y mejores oportunidades para todos, mayor índice cultural, una disminución en esa mortal tasa de analfabetismo que nos está consumiendo hasta las entrañas, no hablo de genios, hablo de crear esa cultura del querer saber más, del querer saber el porqué de las cosas.

Debemos empezar preguntándonos ¿cómo podemos escapar ilesos de la ignorancia?   La respuesta es más que simple:  Incentivando a los jóvenes haciéndoles ver que, si se educan, tendrán una vida provechosa en el futuro, demostrándoles que la educación es la llave del progreso,   ‘Hacia la Luz’, como reza el lema de la Casa de estudios de Méndez Pereira, casa de estudios del pueblo panameño, el lugar en el que se mezcla la vida real con el academicismo.

Pero esta cuna, que ha graduado a 50000, pide a gritos un cambio de carácter urgente, demanda las necesidades de nosotros los estudiantes: Mejores infraestructuras, herramientas para nuestro aprendizaje, seguridad, mejora y actualización del plan de estudios, pero sobre todo, demanda la devolución de una educación íntegramente digna en su máxima expresión.

Señores diputados, ustedes tienen el poder de influir en la educación de todos y cada uno de los que estudiamos en la gloriosa Universidad de Panamá.

Siendo honesta, soy testigo de que son objetos de duras críticas a diario, pero esta vez tienen la oportunidad de hacer algo grande, algo de lo que sus hijos se van a sentir orgullosos en el futuro: Devolverle el rumbo hacia la luz a la Universidad, que fue el sueño de Octavio Méndez Pereira y Harmodio Arias Madrid.

Nosotros no podemos pagarles con objetos de valor ni con garantías materiales, pero sí podemos pagarles con la garantía de ser los hombres y mujeres del mañana que aportarán sus conocimientos para el progreso de este país que tanto nos necesita, más que nunca, con este reto de ser luchadores a nuestras anchas para que nuestro Panamá empiece a subir con pisadas de fuego los péndulos del progreso.

<>  Este artículo se publicó el 20 de septiembre de 2010  en el diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Denuncia de acoso

Presentada mediante carta a la relatora para la libertad de Expresión de la OEA por la estudiante universitaria de Derecho y Ciencia Política….

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LACEY MILENA BROCE BARRIOS 

Señora Catalina Botero, relatora para la libertad de expresión de la OEA.

Yo, Lacey Milena Broce Barrios, mujer, panameña, mayor de edad, portadora de la cédula de identidad personal 8-841-2443, por este medio concurro ante su digno despacho, a fin de presentar formal denuncia a fin de que se investiguen los hechos que violentan mi derecho a libertad de expresión, derecho que establece el artículo 37, del Capítulo 1, del Título III de la Constitución Política de la República de Panamá.

Presento esta denuncia, ya que tras haber publicado dos artículos (…) en el periódico La Estrella de Panamá, fechados, (…), el 15 de mayo de 2010, y (…), el 19 de junio de 2010, acerca de la corrupción y el Referéndum en la Universidad de Panamá, estoy siendo víctima de persecución y acoso por medio de mensajes electrónicos a una cuenta que mantengo en una famosa red social, mensajes con insultos y amenazas de ser expulsada de la Universidad, a no ser que cese de escribir en contra de la corrupción, y en el correo especifican que deje de escribir en contra del rector de la Universidad de Panamá, Gustavo García de Paredes.

Adjunto a esta denuncia evidencia gráfica de los mensajes enviados a mi persona a través del Internet, también adjunto copia de los artículos publicados y finalmente adjunto un compendio de artículos extraídos de la Declaración de Lima acerca de Libertad Académica y Autonomía de las instituciones de Educación Superior; (…).

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Este artículo fue publicado el  6 de julio de 2010  en el diario La Estrella de Panamá,  a quienes damos, lo mismo que al autor o autora, todo el crédito que les corresponde.

¡Estudiantes!, a rescatar la ‘U’

La opinión de la Estudiante de Derecho y Ciencia Política…

LACEY MILENA BROCE BARRIOS

«Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica.   Y es que el joven es el despertar de la adolescencia, de la niñez, con el sentido de la justicia prácticamente incorrupto aún.  El joven tiene el ímpetu, la fuerza y la valía y no teme peligro alguno al defender sus derechos. El joven tiene la rebeldía y la conciencia necesaria para intentar cambiar el mundo injusto que le rodea»,  Salvador Allende.

Sabias palabras de Allende en un discurso dictado en la Universidad de Guadalajara en 1972; con esto me dispongo a empezar mi resumida opinión de lo que se vivió en la Universidad de Panamá el 9 de junio de 2010, día del Referéndum,   curiosamente el mismo día de la desaparición hace 39 años del Sacerdote Héctor Gallegos.

Pero, puedo percibir que se hizo sentir su legado de perseguir el llamado ‘bien común’, porque el triunfo arrollador del ‘NO’ en las urnas por parte del estudiantado se hizo sentir, y eso que solo voto el 23% de la población estudiantil, ¿cómo habrá sido si hubiese votado el 100% de los estudiantes? Hubiese sido fallida la estrategia maquiavélica del ‘voto ponderado’.

Pero a lo que quiero llegar, sin tanto rodeo, es al día siguiente, el 10 de junio:  El rector sale declarando que ‘el grupo que votó que NO, es un grupo de jóvenes rebeldes que no saben la importancia de este voto…’. Bueno, tildarnos de ignorantes no es lo más correcto, porque degrada la educación que recibimos en la institución que está bajo su batuta; más que una falta de respeto hacia los estudiantes que piden un cambio y se hicieron sentir con su negativa a la hora de ejercer el voto, fue un llamado, un campanazo, para que el estudiantado despierte del ‘limbo educativo’ al que los tiene sometidos este magma de conveniencias políticas, que tiene sumergida a la primera casa de estudios en un letargo tan grotesco que los únicos que pueden reinsertarla como núcleo puro de la sociedad son los mismos estudiantes.

Y se lo debemos. Le debemos eso y más a la gloriosa Universidad, que es cuna de muchos personajes ilustres y reconocidos, tanto nacional como internacionalmente, a la madre de los futuros responsables de la Patria.

En lo personal, me sentí inmersa en una profunda tristeza al ver que nadie reacciona ante las decepcionantes declaraciones del señor rector;  ni siquiera los dirigentes de los grupos que están destinados para orientar y proteger el bienestar de la población estudiantil, pues, vendieron su dignidad e ideal al mejor postor.

Pero recordé que, al igual que yo, sí existen jóvenes pensantes y razonantes, con la misma preocupación que yo, y les reitero que no podemos perder a la masa que votó que no, no podemos permitir que pierdan la esperanza y que piensen que es imposible rescatar a nuestra Universidad.

No es una lucha perdida, solo hay que dejar que nuestras jóvenes cabezas piensen con claridad y que esos pensamientos germinen en acciones positivas, para así rescatar lo que en un momento se perdió, pero que no es imposible recuperar.

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Artículo publicado el 19 de junio de 2010  en el  Diario La Estrella de Panamá , a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

El porqué de la crisis en la UP

La opinión del Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas…

LACEY  M.  BROCE  BARRIOS

¿Cuáles son los temas de interés a criterio de la juventud actual, en contraste con aquellos de la juventud de hace 25 años?

Sin miedo a equivocarme y como la condición de estudiante permite opinar acerca de este tópico, puedo mencionar: la moda, la rumba y un sinfín de asuntos; pero considero que para el 85% de la población estudiantil de la Universidad de Panamá el interés se enfatiza en graduarse cuanto antes, obtener el título y ser competente en el mercado laboral.

Se olvida casi por completo el legado universitario, ese sentir estudiantil, que debe dejarse para futuras generaciones, pues, este no forma parte de la lista de prioridades de los estudiantes de hoy en día, a diferencia de aquellos que lo fueron 25 años atrás, reuniéndose a escondidas para planear protestas y demás para expresar su descontento ante decisiones mal tomadas por el gobierno de turno.

Sí, estoy criticando la falta de importancia que los jóvenes de hoy le dan al legado universitario, al legado ese del sentir estudiantil; es muy probable que Floyd Britton y sus compañeros estén revolcándose en sus tumbas por el dolor y la vergüenza que deben sentir ante la falta de voz estudiantil, de protesta, de defensa de los derechos estudiantiles por los cuales tanto lucharon en su momento.

Algunos ven todo esto como una lucha perdida; otros, como algo superfluo e insignificante; están también los idealistas silenciosos, quienes, por miedo a buscar problemas o a ser expulsados de la Universidad, no defienden sus propios ideales ni los establecidos durante la edad dorada de la creación de los movimientos estudiantiles, cuando estos eran genuinos, poseían dignidad, —no como hoy en día en que vemos dirigentes estudiantiles en planilla universitaria, silencio por parte de grupos políticos para evadir el tema de la reelección— pero, sobre todo, no tenían miedo de defender sus ideales, aunque esto les acarreara enfrentamientos con los agentes opresores de la libertad de expresión.

Actualmente, noto miedo, ese mismo miedo que se intentó erradicar y por el cual se sacrificaron muchas vidas, con el fin de que fuésemos libres de opinar.   Se me hace muy difícil comprender que exista, aún cuando el derecho a expresarse libremente sea permitido. ¿Es decir que esa esencia de “ No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo ”, dicho por Voltaire, o que todos los esfuerzos por libertad de expresión fueron en vano?

Como en la política, cada pueblo tiene el gobernante o el dictador que se merece.   Si hoy vivimos esta realidad, corrupción en la Universidad, es porque la población estudiantil de la Universidad de Panamá lo ha permitido; no hay una voz capaz de decir “ basta ” a los abusos por parte de los administrativos. S  upongo que hacen deleite de “ Es mejor un dictador conocido, que un dictador por conocer ”, o son víctimas de pereza mental, o les han lavado de cerebro, porque mientras el pueblo se mantenga ignorante, es más fácil gobernarlo.

Ahora, no solo son los estudiantes los culpables de esto.

¿Cómo, siendo la Universidad de Panamá la casa de estudios número uno, que reglamenta los planes de estudio de las universidades privadas, puede estar en tan patéticas condiciones? Tanto la infraestructura como la administración no están en sus óptimas condiciones.

¿O es que el señor rector mantiene un acuerdo con sus administrativos a cambio de su voto, la permanencia en su puesto laboral? Si esto es así, Señor rector, usted recae en un gravísimo error, porque no da salida a estos “ vasos ” administrativos (haciendo referencia a las “ botellas ”), para que nuevos profesionales, de visión fresca, capacitados para ejercer en el mercado de la administración, aporten al desarrollo de nuestra primera casa de estudios. ¿De qué otra manera se contribuye con el auge de la Casa de Méndez Pereira? Bueno, tal vez, ya sabe esto, gracias a los 45 asesores que posee.

Me imagino que con tal cantidad de asesores, y cierta remuneración económica, esta asesoría es magna, tanto así que el nuevo plan de estudios será del nivel de las prestigiosas universidades. Tanta inversión en asesoría solo debe dar por resultado algo innovador, ¿o me equivoco? Claro, innovador, de alguien que hace 20 años se oponía firmemente a las reelecciones, por ser algo sumamente antidemocrático, porque violenta el derecho de brindarle la oportunidad a personas capacitadas de darle un soplo de aire fresco a la Universidad de Panamá, y ahora, tras haber probado las mieles del poder y de tener su propio gobierno dentro de la Universidad, por ser una autoridad autónoma, entonces, se ha vuelto partidario de este intento egoísta de retener el poder.

Me imagino que para el siguiente periodo, que supongo va a ganar, tiene grandes planes, como crear dormitorios en el Campus Universitario para los estudiantes que viajan del interior con deseos de superación y hacen un gasto, fuera del alcance de muchos, para pagar su estadía, entre otros, para ser la Universidad estatal que se merecen las masas estudiantiles.

Si el ambiente de estudio es mediocre, ¿qué podemos esperar del nivel de enseñanza? ¿Una caída abismal? Es inaceptable seguir permitiendo que el señor rector siga jugando con el futuro de la Nación, la única clave para la salvación de los pueblos, es la educación, y si seguimos permitiendo que vaya en declive, entonces, la Nación, el futuro, y todo lo demás, está perdido.

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Este artículo se publicó el 15 de mayo de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.