Mediocridad bajo el paraguas de la autonomía

La opinión del Neurofisiólogo Clínico…..



Ezequiel Jethmal Garibaldi

Los presidentes de la República han priorizado las obras físicas por encima de las gestiones que promueven la creatividad nacional. Carreteras, Puente Centenario, Cinta Costera, entre algunas recientes. Esas obras se pagaron con nuevos impuestos, más endeudamiento y la dinámica económica del sector empresarial.

En las Sociedades Abiertas (sic Sir Karl Popper) aquellos estados benefactores y populistas como Grecia, España y Latinoamérica mayoritariamente, vivimos de crisis en crisis porque la alta creatividad, el trabajo eficiente y perseverante, junto a la disciplina social no han consolidado el desarrollo sostenible alcanzado por países como Alemania, Chile, Corea del Sur.

Necesitamos asesoramiento de universidades del primer mundo (como procuraron países del sudeste asiático) para ejecutar los cambios que promuevan instituciones referentes del conocimiento de punta.

La Universidad de Panamá (U de Panamá) y la Universidad Tecnológica de Panamá son las únicas que reciben substancial financiamiento estatal, por lo que tenemos todo el derecho de exigirles que satisfagan los mejores estándares internacionales ya sugeridos a Don Octavio Méndez Pereira por las eminencias alemanas, austriacas y españolas que lo asesoraron circa 1935. Don Octavio dio prioridad a la formación de los profesionales básicos que siempre necesitará el país.

En décadas más recientes, con mayores recursos, debió consolidarse cuerpos docentes dedicados a la investigación científica, cooperar con la validación de los profesores ante sus pares internacionales (reuniones y publicaciones científicas) y satisfacer programas periódicos de educación continuada.

Por falta de visión y por permisivos, los últimos rectores han fracasado en esa tarea principalmente en las disciplinas de la materia (Biología, Química, Física y aplicadas como las ingenierías, Medicina, entre otras). La eufemística “acreditación docente” y la “docencia superior” son conveniencias subalternas y están lejos de satisfacer los estándares óptimos. El presidente Martinelli puede consultar mis recomendaciones en University of Arkansas o el INCAE donde estudió.

Los estudiantes que no cuentan con los recursos económicos, son condenados a la mediocridad y la insuficiencia criolla de nuestras universidades, como únicas alternativas, sin posibilidad de formarse en instituciones con calidad del primer mundo.

Más imperdonable es que el estado permita esa discriminación. Los gobernantes deben entender que no es incompatible llevar adelante sus obras físicas y, paralelamente, utilizar el asesoramiento internacional para corregir el anacronismo de nuestras universidades mal autorreguladas, bajo el paraguas de la autonomía.

Exigimos que por el futuro de la nación panameña se haga una reforma a la Ley Orgánica de la Universidad de Panamá apegada a los estándares internacionales. Esperamos que el gobierno no traicione a la nación cediendo al chantaje por unos terrenos o una carretera. Pregunta al gobierno Martinelli: ¿“ahora le toca al pueblo” o después de 12 años como rector mediocre, nuevamente a Don Gustavo García de Paredes?

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Este artículo se publicó el  4  de julio de 2010 en el diario  El Panamá América,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El Gobierno y el escuelón

La opinión del Médico Neurofisiólogo….

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Ezequiel Jethmal Garibaldi

“Academic Ranking of World Universities” de la universidad china Shanghai Jiao Tong fundamenta su clasificación de las mejores universidades del mundo, en la calidad y reconocimiento internacional de profesores y egresados, en investigaciones originales, además de publicaciones y citas científicas. En el 2009 reconoció entre las 500 mejores universidades del mundo, 6 de Brasil, 2 de Chile, una de México y una de Argentina. Este debe ser el estándar o referente de la Universidad de Panamá.

En 1960 la Universidad de Panamá ya tenía numerosos profesores de la talla del parasitólogo Octavio Sousa, Ph. D., quien a los pocos años publicó originales investigaciones que le merecieron prestigio internacional.   A espaldas del fomento de esta tradición y 50 años después, el rector de la Universidad de Panamá le reiteró al país, la semana pasada, que para ser profesor de esa institución el requisito mínimo es una maestría y docencia superior (para enseñar en el escuelón).

Gastamos 160 millones de balboas anuales de nuestros tributos para mantener un símil de colegio comunitario salpicado de una minoría de genuinos investigadores. La producción de antídotos antiofídicos y la labor del laboratorio de análisis, anunciados con entusiasmo por Don Gustavo, son servicios comunes dentro y fuera de las universidades y, en casos aislados, sus colaboradores dan origen a genuinas investigaciones.

La Asamblea Legislativa tiene que procurar una ley orgánica nueva que, entre otras directrices, permita cambiar el método de escogencia del rector para que un científico notable y visionario dirija y supere a esa institución.   Los cursos para formar técnicos, licenciados y magísters pueden alcanzarse con menos fondos. Hay que dedicar una parte substancial del presupuesto a la investigación original y a fomentar el pensamiento crítico.

Usar tanto dinero para pagar “catedráticos” repetidores de panfletos y del pensamiento ajeno, manipular conciencias y perseguir opositores (inclusive periódicos que critican constructivamente como el Panamá América), es criminal. Otra solución sería una consulta popular sobre la necesidad de una nueva ley orgánica universitaria.

Dice el presidente Ricardo Martinelli que seremos el Singapur o el Dubai de América Latina.    A Don Ricardo le falta penetrar la esencia de la rápida evolución de las universidades del sudeste asiático para darse cuenta de la ignorancia que envuelve su bien intencionado sueño.

Desde 1964 hemos criticado persistentemente el rumbo torcido de la Universidad de Panamá y hoy todo es peor que en mis días de estudiante, previo a mi especialización en Suecia y los Estados Unidos. La Universidad de Panamá se ha degradado hasta convertirse en un escuelón post educación media. ¡Que el “cambio” llegue a la universidad que paga el pueblo, de cara al genuino desarrollo de Panamá!

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Este artículo se publicó el  1  de mayo de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Reforma total desde los pre escolares

La opinión del Médico…….

EZEQUIEL  JETHMAL  GARIBALDI

“Si he visto más allá que otros, es porque me erguí sobre los hombros de gigantes”, sir Isaac Newton. Los cambios al Nivel Medio representan iniciativa apresurada, cuyo costo/beneficio será desfavorable. Parafraseo a Sir Isaac: para alcanzar metas trascendentales, nada mejor que erguirse sobre los hombros de asesores notables. Centro mi interés en la máxima calidad de los contenidos y en la aplicación de las reformas, con apego a la evolución y funcionamiento cerebral.

El Consejo Nacional de Educación requiere ya, por Ley, la renovación de sus miembros. Sugiero mantener en el Consejo al Dr. Raúl Leis e incorporar neuropsicólogos, como el Dr. Ricardo De Obaldía. Seleccionar de espaldas a escogencias viscerales y de cara a las profundas y sesudas reformas requeridas. Propongo al Dr. Mario J. Molina (Premio Nobel de Química 1995) como asesor internacional del Consejo.

No a reformas con parches o módulos inconexos e ignorando principios cerebrales fundamentales. Explico con ejemplos puntuales. Dicté un curso semestral a un tercer año universitario. A esa altura de su formación y con serias distorsiones fenomenológicas ya difíciles de corregir, muchos estudiantes tenían dificultad para homologar el concepto presión (P) del sistema hidráulico con voltaje (V) del sistema eléctrico.

El concepto presión debe permear intuitivamente al párvulo desde su educación preescolar. Con ese propósito, son escasos los centros preescolares que le entregan al niño una hoja de papel para que la coloquen próxima a la boca de un grifo abierto y luego bajarla hasta que la presión del chorro de agua rompa el papel. Este es un ejemplo de la educación mediante la “ máxima aproximación al fenómeno ” o “ hands-on ”.

Grado a grado el estudiante va entendiendo más íntimamente el fenómeno presión y sus gradientes, al tiempo que desarrolla engramas de memoria más elaborados. Si esa enseñanza se mantiene evolutiva y coherente a lo largo de toda la formación del estudiante, evitamos ciudadanos con distorsiones fenomenológicas pronas a generar fatalidades.

¿Recuerdan al joven de 14 años que murió electrocutado conectando una araña eléctrica trepado en un árbol y bajo la lluvia? ¿Recuerdan a la joven que murió mientras manejaba paralelamente a una mula, cuyo contenedor perdió el equilibrio fácilmente por su centro de gravedad muy alto, cayéndole encima a su auto? Parafraseo un dicho popular: esos parches en la educación engendran esas tragedias.

Distinguida ministra: en su agenda de visitas incluya al Dr. Mario J. Molina, para que conozca sus recursos para la educación “ hands-on ”.   Tiene suficiente tiempo para organizar un cuerpo de reformas integrales, además de planificar la aplicación de las mismas de acuerdo a principios pedagógicos y neuropsicológicos de avanzada. Evite que el Ministerio se le convierta en una caverna Platónica. Los colaboradores poco versados que la rodean deben asesorarse junto a Usted, a los máximos niveles cognoscitivos.

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Publicado el  23  de enero de 2010   en el Diario La Estrella de Panamá , a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.