Que expliquen dónde está la plata (2)

Que expliquen dónde está la plata (2)
En la opinión de…

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Gustavo A. Gutiérrez
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El 30 de junio del 2005 escribí un artículo en La Prensa que llevaba el mismo nombre. Ese artículo hablaba del dinero que entró al país desde la reversión del Canal y las razones que, en mi opinión, no dejaban que tanta riqueza llegara a todos los estratos sociales. En este nuevo artículo los números suenan tan fantásticos que no hacen más que dejar boquiabierto al que piensa sobre el tema.

Resulta que desde el 2004 hasta que finalizó el 2008 entraron a las arcas del estado en concepto de aportes del canal, gastos efectuados por turistas y permisos de construcción, las sumas de 3 mil 615, 4 mil 983 y 5 mil 362 millones de dólares respectivamente. Esto nos da un total de 13 mil 961 millones. Por supuesto existen otros renglones que han generado riqueza pero para fines prácticos sólo menciono estos tres.

Con esta cantidad de ingresos que equivalen a 7.6 millones de dólares diarios durante cinco años, cabe preguntarse cómo es posible que el sistema de transporte sea lo que es hoy, el sistema educativo una ruina vergonzosa y el sistema de salud, una verdadera calamidad.

Si analizamos el actuar de nuestros políticos tradicionales y de los ciudadanos, no es difícil averiguar por qué las cosas siguen como están. Por ejemplo, funcionarios que se hacen millonarios en cinco años con un sueldo que no da la suma, o funcionarios que supuestamente deben ser ejemplo de justicia, pero protegen a la mafia y encarcelan al hijo de la cocinera. Por el lado de la ciudadanía tenemos cierres de calle por todo lo que se le pueda ocurrir a alguien, pero nunca he visto a alguien cerrando las calles para protestar por un acto de corrupción que haya cometido un funcionario, y mucho menos mantenerse en pie hasta que sea destituido. Es como vivir en un mundo al revés.

Creo que el problema de nuestro país no es de falta de recursos, sino de falta de conciencia ciudadana. Me atrevería a apostar que si los ingresos del Estado se multiplicasen por diez, igual seguiríamos teniendo los mismos problemas de siempre, a menos que los ciudadanos empecemos a tener un rol más activo en cómo los políticos manejan nuestro patrimonio, el cual es nuestro país.

Si usted fuera dueño de un almacén y le vendiera a crédito a un cliente dos millones de dólares en mercancías, de la noche a la mañana ¿le condonaría la deuda a pesar de los gastos y obligaciones que tiene que cubrir para la operación de su negocio? Claro que no, pero sin embargo, vemos cómo se le condonó una deuda de dos millones a Pycsa de un solo plumazo, y nadie salió a reclamar en las calles para reversar semejante exabrupto.

Si queremos que nuestro destino como nación comience a cambiar, debemos adoptar un rol vigilante y activo para ir frenando el saqueo sistemático al que somos sometidos por unos pocos, las consecuencias de no hacerlo las pagaremos tarde o temprano.

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Publicado el 13 de agosto de 2009 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

¿Y dónde está la plata? (1)

¿Y dónde está la plata? (1)

Artículo de opinión de..
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Gustavo Gutiérrez

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Leyendo una noticia publicada por La Prensa el 24 de junio en donde se detalla que el aporte del Canal de Panamá a la economía panameña en seis años ha sido mayor a la aportada por la misma entidad bajo administración estadounidense durante 85 años, me puso a reflexionar sobre el por qué toda esa riqueza no lleva a este país hacia la prosperidad económica. Con semejante aporte de 2 mil 200 millones en seis años ¿por qué entonces somos sometidos a reformas tributarias?, ¿por qué ha aumentado la pobreza?, ¿por qué ha aumentado el desempleo? y ¿por qué debemos seguir pidiendo prestado, aumentando así la deuda externa?

Analizando la caravana de gobiernos que hemos tenido la respuesta es simple. La plata está en los bolsillos de los políticos.

Es por ello que no importa cuánto dinero se inyecte en la economía del país, si el mismo es administrado por los políticos, nada o casi nada llegará a las manos de pueblo. Simplemente el gobierno es un monstruo insaciable que entre más dinero recibe, más necesita. Ellos han sabido secuestrar el país y sus instituciones judiciales para asegurarse que cuanto juega vivo hagan, quede impune, cosa que cuando se retiren, puedan disfrutar de todas sus riquezas sin que ningún magistrado o juez les toque la puerta para preguntar nada. Así es como transcurre la vida en este país y luego de que un gobierno limpia las arcas del Estado con sus abusos, sale corriendo y le deja el problema al gobierno que sigue.

Así pues llega un nuevo gobierno que de repente encuentra un país con las arcas vacías. Aunque no se puede decir que de repente ya que durante la campaña se sabe que las arcas están vacías. Cualquier persona normal tendría que estar loco para querer ser presidente, ministro, legislador o lo que sea en un país quebrado. ¿Pero por qué lo hacen? Sencillamente porque saben que una vez lleguen al poder tendrán el control del país ya secuestrado por el sistema político e inventarán los impuestos necesarios para que haya el dinero suficiente para poder hacerse millonarios en 5 años.

Así la historia se repite periodo tras periodo. Cuando ya no hay más de donde sacar, pues sencillamente se crean nuevos impuestos «para ayudar a los más necesitados». Con los 2 mil 200 millones aportados por el Canal, 2 mil millones condonados a Panamá Ports, no se cuantos millones más en el Museo del Tucán, Fundación Mar del Sur, duro dólares, PEC, consulados, botellas, Punta Mala, etc. este país debería ser la tacita de oro.

De hecho lo es, pero sólo para algunos. Los demás, seguimos durmiendo y creyendo en los discursos de los políticos que aspiran al siguiente período y nos prometen mejores tiempos. Ellos por supuesto nunca se van a echar la culpa, se lavarán las manos echándole la culpa a la globalización, el capitalismo salvaje, la inmigración ilegal, los oligarcas, el precio del petróleo, etc. Su último fantasma es la mano oculta de la izquierda radical que los quiere sacar, y lo más cómico es que quieren que nosotros, los panameños de a pie, los defendamos de estos.

Pero por qué no son un poco más inteligentes y se preguntan ¿qué clase ha creado las condiciones para que estos grupos tomen fuerza? ¿Quiénes han debilitado las instituciones democráticas con su actuar? ¿Quiénes han convencido con su actuar que la justicia y las instituciones que la representan operen para beneficio de unos pocos y detrimento de los demás? Ciertamente el camino no es la izquierda.

El camino es que nosotros, los panameños de a pie, decidamos cuáles son las reglas que van a auditar el actuar de los políticos.

Mientras sean ellos mismos los que hacen sus propios reglamentos y leyes que los rigen, no hay esperanza de que las cosas cambien en dirección hacia la justicia. ¡Qué Dios nos agarre confesados!

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Publicado el 30 de junio de 2005 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.