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La opinión del Profesor Titular de Psicología Clínica y miembro de la Asociación Panameña de Psicólogos……
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Jorge I. Cisneros –
«Pensar ya no es otra cosa que estar cada instante pendiente de si puede pensar.» T. Adorno.
La Universidad de Panamá cumplió el 7 de octubre setenta y cinco años de fundación, fue construida a pulso por las inteligencias de Octavio Méndez Pereira, Harmodio Arias Madrid y panameños que supieron avistar el futuro y valorar la trascendencia que la educación superior tendría para el futuro de la República.
Hoy el esfuerzo que significó la fundación de la misma ha redituado con creces las expectativas iniciales, la plataforma científica, administrativa, educativa, de salud y las redes de comunicación viales han encontrado los profesionales competentes que esta casa de estudios ha sabido proveer.
Este año esperábamos que la fecha sirviese para hacer un balance de los logros y las carencias que habría que enfrentar en este universo complejo del saber y la búsqueda de la verdad. No obstante las energías fundamentales de sectores universitarios están orientadas hacia el quehacer político, específicamente hacia la continuidad en el poder. La sociedad desconoce la urgencia de mantener en el poder a quienes lo detentan ya casi tres lustros.
Adverso la continuidad que esta vez se presenta con intenciones ilimitadas. Sobre todo porque se contraria el espíritu que animó la legislación que hoy rige la institución y porque en reiteradas ocasiones, quien hoy lidera esta propuesta hizo explícita su renuencia hacia la reelección, por ello cuestionó acremente al Dr. Abdiel Adames y porque en debates pasados expresó que no volvería a recurrir a la figura reeleccionista. Pero sobre todo cuestiono el intento de permanencia indefinida porque percibo que la Universidad de Panamá, está perdiendo su esencia fundamental de libertad y somos rehenes de quienes actúan cuestionando y sancionando a quienes objetan sus métodos.
Decíamos hace un par de semanas, que cada rector ha tenido retos y tareas para perfeccionar la calidad de la vida académica de la Universidad de Panamá, y señalaba que al Dr. Ceferino Sánchez le cupo la responsabilidad de diseñar y desarrollar el Estatuto que devolviese la democracia interna de la Universidad, el Dr. Adames, intentó, en un clima de adversidades, elevar la capacidad científica e investigativa y que entendíamos que las tareas del rector que debe ser elegido en el año dos mil once, eran dos, la primera la devolución de la confianza de la sociedad en su institución superior heráldica y la segunda restituir el clima de debate, discusión y disensión en todos los ámbitos.
Hoy la capacidad crítica es inexistente, los gremios docentes y de trabajadores, son parte del proyecto de la administración y el movimiento estudiantil, salvo honrosas excepciones, esta enmarañado en la red de privilegios que nulifican su capacidad contestataria.
Este año, el año de las Bodas de Diamante, dentro del conjunto de actividades que la Administración planificó se organizó un Premio de Ensayo, para la monografía que se acreditase triunfadora. Los trabajos de los concursantes debieron ser presentados con seudónimo, el Autor del Ensayo triunfador, recibiría siete mil balboas, un certificado y un acto público de reconocimiento. El tema «Universidad de Panamá. Antecedentes y perspectivas.»
El jurado que premió la obra estuvo integrado por el Dr. Miguel Ángel Candanedo, Secretario General de la Universidad; el escritor y poeta Pedro Rivera, el Dr. Alfredo Figueroa Navarro, sociólogo, catedrático e intelectual de créditos incuestionables.
La obra seleccionada fue escrita por mí y a la fecha la Universidad de Panamá, no ha divulgado en ningún medio, el fallo del concurso, y menos mi nombre. El Pergamino que me fue entregado en un acto discreto, a las cinco de la tarde, fue acompañado con una tarjeta de invitación donde la Universidad en forma anónima invita a la entrega del premio. En la tarjeta no aparece mi nombre. Dicho certificado no fue firmado por el Rector, sino por el vicerrector académico. La tarjeta que me envió la Vicerrectora de Extensión presidenta del Comité Organizador, me da una hora equivocada para el acto de entrega y en ningún momento ninguna autoridad, salvo la llamada telefónica que recibí del Secretario General, como jurado, informándome el haber sido el autor premiado y la nota del Comité Organizador, con datos erróneos. El Concurso de Ensayo en honor a las Bodas de Diamante no existió.
El mundo presente y el mundo futuro debe ser un universo de respeto a la diversidad y a la discrepancia y es lamentable, por decir los menos, que quienes quieren perpetuarse en el poder crean que los libros se pueden esconder, el próximo paso será quemarlos.
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<>Artículo publicado el 14 de noviembre de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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