La opinión de…..
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Joaquín Perurena D.
Solo pocos imaginamos lo que hoy vive el PRD. Por supuesto que fuimos expatriados y tildados de traidores. Ignóralo. No representa a nadie. Se acaba de inscribir y viene a dar clases. Y así, una a una, se fue alejando la gente. La brecha entre la dirigencia y las bases se hizo insuperable. Y el discurso se alejó de las masas… y nos fue magistralmente arrebatado.
Privó el caudillismo, no la ideología. Privó el amiguismo amoral, no la declaración de principios. Privó el negocio de controlar un partido, no la vocación de servicio desde un partido hacia un país. Privó el navegar con bandera de bobo y no el mirar directamente al problema. Privó el capitalismo salvaje, hasta el punto de querer privatizar la salud, y no la visión del Estado protector consagrada en la ideología socialdemócrata. Letra muerta.
Ya anuncia este CEN transitorio que se quedará más tiempo del prometido. Mala cosa. Siguen las esporádicas apariciones de los que perdieron las elecciones. Mala cosa. No hay vocero oficial. No hay línea estructurada. Cualquier micrófono saca ventaja de nuestra situación actual y con cada palabra cada cual nos hunde más. Liderazgo agotado. Es que hay que hacer oposición. No. Hay que organizarse. Luego ofrecer nuestra visión de país.
Otro PRD es posible. Pero pasa por decisiones difíciles.
La primera es el reconocimiento de nuestra génesis imperfecta. El “pecado original” de haber salido de los cuarteles. Percepción generalizada y no realidad científicamente estudiada. Hay que aclarar este punto. ¿Cómo? Haciendo justicia con hechos: investigar los crímenes de la época dictatorial y asumirlos. Lograr descanso para las familias afectadas, paz para los muertos y desaparecidos y, como corresponde, pedir perdón. Esto es impostergable.
La segunda es fomentar la libertad de expresión dentro del partido. Usar la plata del subsidio electoral para educar. Organizar reuniones. Fomentar la educación intrapartidaria y volver a lo básico: nuestra declaración de principios y la visión, desde el punto de vista socialdemócrata, de lo que debe y puede ser Panamá.
La tercera: dar paso a las nuevas generaciones. Esto requiere que algunas figuras del partido, creadoras de titulares, hagan mutis. Pero verdadero mutis. No el circunstancial y acomodaticio. ¿Utopía? Tal vez. Otro PRD es posible. Empecemos a soñarlo.
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Este artículo se publicó el 21 de mayo de 2010 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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