Crecimiento, lento pero seguro

La opinión de…

 

Luis E. Porras

A los panameños nos encanta decir que San José es un pueblón, y nos gusta burlarnos de sus calles, llenas de huecos.   En un viaje reciente al vecino país encontré que los costarricenses estaban, también, algo autocríticos.   Al ver que era panameño, inmediatamente me preguntaban sobre Martinelli, sobre la cinta costera y sobre el crecimiento rápido que viene teniendo nuestro país. Los encontré preocupados porque Costa Rica se está quedando atrás.

Yo no quise decir mucho, pero por dentro sentí una combinación de orgullo y ansiedad.   Aunque es cierto que Panamá está creciendo rápido, me pregunto: ¿qué tan sostenible es nuestra economía en comparación a la de Costa Rica?   Tal vez los ticos, aunque van más lento, lo hacen con más seguridad.   Para evaluar esta hipótesis hablemos un poco sobre la disparidad de riquezas y la educación.

Primero revisemos algunos datos claves. ¿Es cierto que Panamá ha estado creciendo más rápido que Costa Rica?   Según el Banco Mundial, el PIB de Panamá creció en 11.5% en 2007, y 9.2% en 2008, mientras que Costa Rica creció en 7.8% y 2.6%,  respectivamente.

Al mismo tiempo, si dividimos la riqueza de cada país entre sus habitantes, en estos momentos estamos bastante igual que nuestros vecinos. Según el Banco Mundial, en 2008 Costa Rica tuvo un PIB per cápita de $6 mil 564 y Panamá de $6 mil 93, esencialmente el mismo.

Desde mis días de estudiante de economía me di cuenta de este último dato, en ambos países existe más o menos la misma cantidad de plata por cada persona.   La gran diferencia está en la distribución de riqueza;   en Panamá los más ricos tienen un porcentaje más alto de la riqueza, y la diferencia entre ricos y pobres es más alta. Esta diferencia se puede traducir eventualmente en inseguridad y problemas sociales. La desigualdad de ingresos y oportunidades pone en riesgo la estabilidad de nuestra sociedad y nuestro desarrollo a largo plazo.

Ahora hablemos sobre educación. Por curiosidad, decidí consultar los recientemente publicados rankings de competitividad del Foro Económico Mundial.   En la categoría de salud y educación primaria, Panamá está de número 76 en el grupo de 139 países evaluados. Costa Rica está de número 22.   En cuanto a educación secundaria y entrenamiento profesional, Panamá está de 82, mientras Costa Rica está de 43.

El producto más tangible de la educación es una mano de obra calificada. En años recientes, Panamá ha estado recibiendo a compañías multinacionales como Dell y Procter & Gamble. Estas compañías necesitan contratar a gente capacitada, y ya se oye hablar sobre la falta de mano de obra calificada.

Pareciera que estamos llegando a nuestro límite en cuanto a la capacidad de apoyar a multinacionales.   Por otro lado, Costa Rica tiene mucha experiencia atrayendo y manteniendo este tipo de compañías.   Según el Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica, “el 2% del ingreso de toda la población tiene que ver con Intel” y Hewlett Packard tiene una operación de 6 mil 500 empleados en el vecino país.   No dudo de que su alto nivel de desarrollo en educación es una garantía para seguir atrayendo capital a largo plazo.

Para concluir, estoy muy orgulloso de Panamá y nuestros logros en los últimos años. Lo único que quiero decir es que algo de autocrítica de este lado de la frontera no tiene que restar el optimismo que nos caracteriza. Tenemos que reconocer que el bajo nivel de educación y la desigualdad son un talón de Aquiles para nuestra economía. Aprovechemos el crecimiento económico reciente para solventar los temas arriba expuestos. Prendamos las luces largas y reforcemos la educación y la igualdad de oportunidades. No perdamos esta oportunidad histórica para reforzar los cimientos de nuestra economía y nuestra sociedad.

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<> Este artículo se publicó el 19  de octubre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

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