¿Y quién cree en el cambio de los jóvenes?

La opinión del periodista…..

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YOEL  GONZÁLEZ

En los medios de comunicación, a diario, nos enteramos de noticias sobre muertos, balaceras, incidentes confusos en los que muchos jóvenes se ven involucrados, la sociedad está hastiada de tanta violencia, los medios promulgan y exigen cambios radicales en los gobernantes, pero, ¿esto sería posible con el clima que tenemos en Panamá?

La desconfianza existente al posible cambio de actitud y aptitud en los jóvenes, que por diversas razones se han visto involucrados en la delincuencia y luego inician un proceso de cambio en sus vidas, es tan distante de la realidad; porque son pocos los que apuestan a ese cambio y muy pocos los que se atreven a comprometerse con lograr concretar ese cambio en nuestros jóvenes.

Todos tenemos derecho a recibir una mano que nos ayude a salir adelante, porque todos cometemos errores, pero qué difícil es creer en la juventud, quizás eso es lo que motiva, hoy en día, a que cuando se presentan las ofertas de cambio para ellos (los jóvenes) pocos sean los que estén dispuestos a agotar esperanzas.

Para quienes vivimos en un barrio y conocemos la sed de oportunidades que tienen los jóvenes, que por falta de recursos y de ayuda no logran terminar estudios y menos conseguir un empleo, sabemos que la confianza que depositas en los jóvenes debe ir ligada a una herramienta de asistencia que permita resolver la necesidad que, en principio, puedan tener.

Si esperamos en la voluntad de las empresas privadas con eslóganes de “ Compromiso Social ” nos detenemos a ver que, algunos de ellos, solamente buscan la foto protocolar y el anuncio en los diarios locales.

Cuánta necesidad hay en mi país y cuán difícil es permitir que las oportunidades sean accesibles a todo el que lo requiere, da mucho dolor que un joven ingrese en pandillas porque en sus casas no hubo un padre responsable que lo supiera guiar, que muchos no terminen estudios por falta de recursos.

Entonces, cuando iniciamos un proyecto y buscamos ayudarlos siempre surgen piedras en el camino que hacen retroceder.

El detalle es que mantengamos nuestra credibilidad por los jóvenes y luchemos para que estos alcancen sus metas, a pesar de quienes no hacen nada desde sus elegantes oficinas con jugosos salarios y agendas de trabajo que no logran resultados concretos.

Yo sí creo en el cambio en los jóvenes, yo sí pienso que Dios existe y que con Él todo es posible.

Una pregunta para ti: ¿Tú crees en que pueda existir un cambio verdadero en los jóvenes que delinquen?

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Publicado el 19 de febrero de 2010 en el Diario   La Estrella de Panamá a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Se necesitan docentes con verdadera vocación

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Se necesitan docentes con verdadera vocación

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YOEL GONZÁLEZ N.

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La realidad social que vivimos no escapa de la morbosidad y críticas capciosas que dejan mucho que decir de la verdadera educación que enfrentamos en este siglo. Hacen falta docentes con verdadera vocación como los de otrora, porque muchos solo piensan en sus propios intereses y, además, carecen del verdadero perfil profesional.

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Panamá enfrenta verdaderos desafíos que afloran en un marco de más exigencia por más y mejor educación por parte de la comunidad nacional y, por otro lado, lo que los “docentes” solicitan en cada una de sus protestas. Los panameños no podemos dejarnos arrastrar por esa ola de irresponsabilidades; los llamados a enseñar deben ser reevaluados en sus funciones, ahora, por el bienestar de la educación nacional.

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Recuerdo en mi infancia docentes que se preocupaban por educar a sus alumnos con valores y una profunda vocación que no solo transformaba a los educandos, sino que unió a los padres de familia y permitió una verdadera comunicación. Hoy, todo ha cambiado, porque los valores se han perdido, y en ese marco, tenemos padres que agreden al docente, educadores que se enfrentan a los estudiantes y viceversa.

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No es posible que se sigan postergando los valores en nuestra sociedad. La acción educativa merece mejores días. No podemos permitir que nuestros hijos crezcan pobres en conocimientos. Los futuros hombres y mujeres de esta patria requieren de una educación de altura y de docentes comprometidos con los valores cívicos, éticos, morales y con el desarrollo nacional. El acceso de los docentes a un proceso real de modernización supervisado, para que surta efectos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, permitirá tener educadores con perfil social que trascienda su capacidad para enseñar y que logre incentivar en el alumnado efectos positivos en su vida futura.

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Preocupémonos, entonces, por la educación de nuestros niños y jóvenes desde hoy, porque mañana puede ser demasiado tarde, y no olvidemos que el docente con vocación vive para servir, mientras que aquel que no se apasiona, solo se sirve de la educación. ¡Enseñar es una pasión!
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Publicado el 1 de agosto de 2009 en el diario La Estrella de Panamá, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.