La opinión de……
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David Samudio
Skidmore, Owings and Merrill (SOM) es una de las más importantes oficinas de arquitectos del mundo. Tiene a su haber diseños de torres de oficinas en muchas de las ciudades más importantes del mundo y tantas obras que sería muy largo enumerarlas, pero podemos resaltar entre ellas la Lever House, en Nueva York, obra que revolucionó en la década de 1960 el diseño de edificios de oficinas en el mundo, la Sears Tower (ahora Willis Tower, por muchos años el edificio más alto del mundo), y la torre Burj Khalifa (anteriormente Burj Dubai), el edificio más alto del mundo, diseñada por el arquitecto Adrian Smith junto a un equipo de 90 profesionales en la oficina de SOM de Chicago, Illinois.
Fundada por dos arquitectos de Chicago, Louis Skidmore y Nathaniel Owings, desde su fundación en 1936 la empresa se proyectó como una oficina de avanzada, competitiva, bien organizada, logrando mantener una presencia en los mercados más importantes del mundo, y ahora como la octava oficina de arquitectos en base al total de ingresos, de 279 millones de dólares en 2008.
SOM ha recibido más de 800 premios de arquitectura por sus diseños, algunos de ellos hasta 20 años después de construidos, como es el caso del Aeropuerto Internacional Rey Abdul Aziz (Jeddah, Arabia Saudita), premiado originalmente cuando presentó un diseño basado en arquitectura árabe vernácula, como después, pasados los años, al comprobarse su resistencia por su capacidad de servir a los cientos de millones de peregrinos camino a La Meca.
Como estudiante y luego como profesional, profesor asistente y encargado de una página diaria sobre arquitectura publicada en el diario El Mundo, conocí, analicé, estudié y presenté proyectos basado en las enseñanzas de los arquitectos de SOM, logrando ser recibido en 1987 en sus oficinas principales en Nueva York, donde me presentaron el anteproyecto y maqueta de lo que llegaría a ser la torre del Banco Central de Arabia Saudita. En esa ocasión los invité a Panamá, donde asociados con una firma local, se hubiesen podido proyectar edificios de excelencia arquitectónica y constructiva que pudieran haberse convertido en obras emblemáticas.
Noticia reciente nos dice que el Gobierno nacional ha invitado a SOM para que sean los diseñadores de una nueva torre gubernamental que se desarrollaría en el terreno donde anteriormente estaba la Embajada de Estados Unidos, en la Avenida Balboa, para ubicar en ella al Banco Nacional de Panamá, al Ministerio de Finanzas, a la Comisión Bancaria Nacional y a otras oficinas del sector financiero nacional.
Pero ¿y la Ley 15? Le damos la bienvenida a SOM, pero recordamos la citada ley que regula el ejercicio de las profesiones de la arquitectura e ingeniería en Panamá, a la vez que la ley de contrataciones públicas, la cual señala que toda obra del Gobierno debe ser colocada en el portal del Sistema Electrónico de Contrataciones Públicas “Panamá Compra” y convocada a licitación aun cuando sea esta abreviada.
Se ha invitado, se ha contratado, pero ¿por qué montos y bajo qué condiciones se ha escogido la firma de arquitectos? ¿Qué autorización legal fundamenta su escogencia sobre lo que dice la Ley 15 que está regulada por la Junta Técnica de Ingeniería y Arquitectura, una dependencia del Ministerio de Obras Públicas?
Que se quiera realizar un edificio de excelencia, emblemático, que represente al Panamá de mañana se entiende, pero ¿por qué no se ha convocado a una licitación pública o concurso el diseño, como lo estipula la ley?
Los arquitectos panameños hemos seguramente demostrado ser capaces de proyectar todo tipo de proyectos de excelencia y carácter emblemático, entre ellos también torres de más de 70 pisos que han modernizado el perfil urbano de la ciudad, donde se ha destacado la capacidad no sólo del arquitecto, sino también del equipo completo de profesionales que requiere una obra de la magnitud de un edificio: ingenieros eléctricos, sanitarios, estructurales, de sistemas, ambientalistas y mecánicos, entre otras disciplinas reglamentadas por la citada ley.
Le damos la bienvenida a SOM, pero quisiéramos verlos trabajando a la par de profesionales panameños cuya oportunidad de participar en un proyecto nacional sea reglamentada por la ley de ese mismo carácter, y donde su empeño y experiencia local, tal como vemos puesto en práctica hoy para un proyecto privado en la obra de Frank Gehry a la entrada del Canal, ayude a producir el edificio emblemático que el Gobierno plantea y los panameños merecemos.
Frente a la estatua del descubridor Vasco Núñez de Balboa, quien hoy sería testigo del progreso de un país impulsado por panameños, una torre estatal monumental, de esencia y proyección primermundista.
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Publicado el 25 de enero de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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