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La opinión del Poeta, Periodista, Historiador y Crítico de letras…
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ÁLVARO MENÉNDEZ FRANCO –
amenendezfranco@yahoo.com
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Próximo a concluir el décimo año del Siglo XXI el reconocido y productivo poeta panameño, de proyección mundial, Luis Carlos Jiménez Varela nos deslumbra con un formidable poemario que él, justamente, titula ‘Cartas de Infancia’. Con amable dedicatoria, que agradezco, de todo corazón, me llega este logro del poeta y prosista panameño, que ha llevado su lira a otros países combinando su creatividad con su valiosa militancia social, que se orienta a favor de las mayorías populares aquí y en todas partes.
El libro, que hace ascender a quince los valiosos aportes de Jiménez Varela, a la cada vez más creciente bibliografía panameña, consiste en cuarenta y seis cartas, misivas del alma del poeta hacia su madre, a quien evoca con toda sinceridad con el tono elegíaco de quien sabe deberle la vida, en unión del padre —prematuro viajero desde un triste nosocomio.
Cada carta que el poeta dirige a su venerada progenitora es un acercamiento al tránsito ‘desde un corto sueño’ hasta la eternidad que el hijo le garantiza con su estro de poesía. Todas las madres del mundo se merecen la eternidad en el recuerdo agradecido de sus hijos, pero es innegable, la madre de un poeta tiene una doble eternidad: la del hijo o hija agradecidos y al del poeta que escribe sobre las páginas del tiempo las virtudes de quien lo anida ‘en su útero de terciopelo’.
Jiménez Varela une a su fidelidad ideológica, su persistencia en el buen verso, que se entrevera con una vida de trabajo a favor de los descalzos, descamisados y oprimidos de la tierra.
Tan fuerte es el lazo de amor entre madre e hijo, que la muerte puede llevarse el físico carnal, pero nada puede contra el acto de renacimiento y permanencia de la poesía.
Cada misiva del creador poético es un aporte a la elucidación de las preguntas de Rubén Darío ‘¿de dónde venimos y hacia dónde vamos?’. Venimos del vientre de la madre y vivimos sobre la madre tierra y hacía la nada terrenal nos dirigimos, pues somos polvo y en polvo nos convertiremos. Pero, al decir del gran Quevedo Villegas, ‘Polvo seremos, más polvo enamorado!’.
La bibliografía poética de Panamá se enriquece con ‘Cartas de Infancia’, poemario de elevado estilo, dictado por la unión de la mente y el corazón, para disfrute de los gustadores de las buenas obras.
En el nombre de César Vallejo y Mao saludo al colega de lid y de letras.
<> Este artículo se publicó el 7 de noviembre de 2010 en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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