De clanes y amanuenses políticos

La opinión de…

 

Antonio Saldaña

Las palabras de los supuestos líderes del PRD (miembros del CEN transitorio y precandidatos presidenciales) quienes se habían ufanado proclamando a los cuatro vientos que el partido soñado por Omar seguía siendo en la actualidad un partido sin dueños, han quedado en entredicho a raíz de las recientes declaraciones políticas y renuncia pública del secretario de prensa del PRD.

Y ello es así por cuanto que además de las arandelas mediáticas y delaciones del amanuense –persona que tiene por oficio escribir [o decir] lo que se le dicta– el acto refleja en el fondo el carácter de la crisis poselectoral irresuelta del PRD y la naturaleza de la composición de su directiva provisoria.

En efecto, luego de la histórica y aparatosa derrota electoral sufrida por el PRD en las pasadas elecciones presidenciales de 2009, todos esperaban –en una democracia moderna y en un partido ideológico y sin dueños, ocurre así– un cambio y renovación total de las directivas; pero lo que aconteció fue un asalto a la cúpula del PRD, a punta de macuquina, propiciado por clanes políticos [Grupos predominantemente familiares unidos por fuertes vínculos y con tendencia exclusivista (RAE)], verbigracia, como el de los pueblos.

De manera que lo ocurrido con el ex secretario de prensa del PRD no es un hecho aislado o producto de una actuación personal, sino más bien la respuesta contundente de uno de los clanes oligárquicos que cohabitan en la cúpula, dirigida como un misil a los testaferros de las otras camarillas políticas; las cuales en su conjunto mantienen secuestradas a más de medio millón de almas perdidas por la demagogia y el clientelismo político.

Pero, por supuesto, el escenario interno del PRD anteriormente descrito no es una situación políticamente irreversible. Para revertir el estado caótico y antidemocrático de ese colectivo, sus prosélitos deben emprender una cruzada política, como la iniciada por los torrijistas de Chiriquí y Coclé, para adoptar nuevos delegados y que este proceso culmine con la celebración de un congreso general ordinario para elegir las nuevas autoridades del partido.

Único camino, que además de legalidad le daría legitimidad política, tanto al Comité Ejecutivo Nacional, como a las directivas de Áreas de Organización, distritales y de corregimientos.

¡Así de sencilla es la cosa!

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Este artículo se publicó el 14  de enero de 2011   en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Constituyente paralela

La opinión de…

Antonio Saldaña

La ultra izquierda panameña que ya ha cumplido su quincuagésimo aniversario de existencia –cuya expresión visible de masas es, hoy por hoy, Frenadeso– parece no haber entendido aún que “la política es el arte de lo posible”, aquí, en Cuba, en China o en cualquier otro lugar del mundo.

Decimos esto, porque de lo contrario no se explica su oferta de llamar a una “constituyente originaria”. “Desde Frenadeso insistimos que la única salida válida es una asamblea constituyente originaria, auto convocada por el pueblo, con plenos poderes, que funda una nueva República de bienestar y progreso para todos, barriendo de una vez por todas las caducas y corrompidas instituciones del Estado”. (frenadeso.org 25/12/2010). Ofrecimiento a todas luces sectario e inviable políticamente en estos momentos.

Es cierto que las reformas neoliberales impuestas a nuestro país por los organismos financieros internacionales (FMI, BM, BID, etc.) y el Consenso de Washington convirtieron los gobiernos de Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos en cleptocracias, lo cual se refleja en la crisis institucional y de credibilidad de la actualidad.

Como también es verdad que el modelo de democracia forma–oligárquica constituye hoy en día una camisa de fuerza para el desarrollo económico y social de la nación panameña; pero, no menos cierto es que la salida posible al mal político que aqueja a la sociedad y al Estado panameño tiene que ser necesariamente consensuada entre los factores reales de poder (fuerzas políticas de gobierno y oposición, iglesias, sociedad civil organizada –Frenadeso es una de ellas–, poderes mediáticos).

El listado de cambios constitucionales tiene que ser también producto de un acuerdo de las fuerzas vivas de la Nación, que podrían incluir, atendiendo los diversos intereses ya manifiestos: La reelección presidencial inmediata, devolverle el poder a la Asamblea Nacional para modificar el presupuesto general del Estado, cambios en la selección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Electoral y los procuradores General y de la Administración, por ejemplo, vía elección popular, establecer un porcentaje fijo del presupuesto general del Estado para el Órgano Judicial y el Ministerio Público, entre otros.

El mecanismo factible a la luz de la correlación de fuerzas políticas, es el que establece el artículo 314 de la propia Constitución: “Podrá adoptarse una nueva Constitución, a través de una asamblea constituyente paralela que podrá ser convocada por decisión del Órgano Ejecutivo, ratificada por la mayoría absoluta del Órgano Legislativo, …”. ¡Así de sencilla es la cosa!

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<> Este artículo se publicó el 29 de diciembre  de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

¿Cuál inmunidad parlamentaria?

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La opinión de…

ANTONIO  SALDAÑA
Analista Político
Por espacio de más de un año, inclusive después del pasado 24 de noviembre -fecha de salida de Panamá del PARLACEN- varios actores políticos por diversos medios de comunicación social han expresado que los diputados de nuestro país en el Parlamento Centroamericano gozaban de inmunidad «absoluta» y, en consecuencia, por ese motivo, no se le podía perseguir penalmente al ex presidente de la República Martín Torrijos Espino antes de dicho término.

Y, decimos que la inmunidad no era absoluta, sino relativa, porque la propia excerta constitucional limitaba el período de inmunidad del legislador a «Cinco días antes del período de cada legislatura, durante ésta y hasta cinco días después, …»

Pero resulta que en razón de la normativa nacional e internacional, desde hace seis años en función de la pauta constitucional y cuatro años de la existencia de la norma legal, esa no es la realidad. Todo este procedimiento constitucional y legal que les daba jurisdicción y competencia al Órgano Legislativo e inmunidad parcial a los legisladores nacionales cambió a partir del acto constitucional de 2004 y de las transformaciones legales ocurridas en el Reglamento Orgánico del Régimen Interno de la Asamblea Nacional en el año 2006.

Así tenemos que la jurisdicción y competencia para juzgar a los diputados es transferida de la Asamblea Nacional al Pleno de la Corte Suprema de Justicia y esta última no requiere de autorización del parlamento para iniciar un proceso, tal como lo señala el artículo 155 de la actual Carta Magna: Los miembros de la Asamblea Nacional podrán ser investigados y procesados por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia, por la presunta comisión de algún acto delictivo o policivo, sin que para estos efectos se requiera autorización de la Asamblea Nacional. La detención preventiva o cualquier medida cautelar será determinada por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia.

Por otro lado, el Tratado Constitutivo del PARLACEN en los artículos 2 y 27 señalan quiénes son miembros y cuáles son sus prerrogativas e inmunidades, respectivamente. A saber, 20 diputados por cada Estado y el Presidente y Vicepresidente de las repúblicas, una vez concluidos sus mandatos. Y, «en el Estado donde fueron electos, de las mismas inmunidades y privilegios que gozan los diputados ante los Congresos, Asambleas Legislativas o Asambleas Nacionales». De tal suerte que los diputados de la Asamblea Nacional, los diputados de Panamá en el PARLACEN, incluyendo el ex Presidente y ex Vicepresidente de la República de Panamá, desde hace mucho tiempo no gozan de inmunidad, ni relativa y mucho menos absoluta. ¡Así de sencilla es la cosa!

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<>Artículo publicado el  4  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Agenda social ante clientelismo

La opinión del Analista Político…

Antonio Saldaña

El otrora partido de Omar arrastra tres lastres fundamentales:  Uno de carácter ideológico –cambió de social demócrata a neoliberal– impulsado por los gobiernos de Pérez Balladares y Torrijos Espino, respectivamente y los otros dos de índole político, constituidos por el arte de agendas personales (candidaturas presidenciales del PRD) y del clientelismo como práctica política, por excelencia, tanto de los aspirantes a puestos de elección como del diario bregar del partido.

Con relación a los cambios económicos estructurales realizados por motivo del agotamiento objetivo del modelo de “crecimiento hacia dentro”,   reconozco que muchos de ellos eran necesarios,   sin embargo, el hecho negativo de la transformación, siguiendo el guión trazado por las instituciones financieras internacionales y el Consenso de Washington, fue que devino en el “capitalismo salvaje”, aparejado a una corrupción rampante.   Por ejemplo, la privatización del IRHE, Intel, los Casinos Nacionales y la Autoridad Portuaria, se hicieron con la clara intención de obtener beneficios personales.

Por algunos de estos hechos, como también por el caso Cemis, hoy se le han incoado procesos penales a dos ex presidentes de la República, quienes en un estado de derecho tienen que responder ante los tribunales de justicia, como cualquier otro ciudadano, y el medio millón de prosélitos del PRD no son, en lo absoluto, responsables de las actuaciones personales de dos o más de sus miembros, por muy encumbrados que fueran, sobre todo cuando se sabe que ellos gobernaron con “sus amigos personales”, algunos de los cuales ni siquiera eran seguidores del PRD.

Frente a estos hechos concretos, y a la defensa a ultranza que lleva a cabo la cúpula transitoria del PRD, de los neoliberales y de sus adláteres, supuestamente, involucrados en cohechos.   Y en el marco de la celebración del cuadragésimo segundo aniversario del golpe militar del 11 de octubre de 1968;   surge la tesis política–ideológica denominada: El ciclo social democrático y revolucionario del Torrijismo, suscrita por el doctor Marcel Salamín Cárdenas, asesor político de Omar Torrijos y fundador del PRD, que contradice la práctica política y desviación ideológica de la dirigencia del PRD de los últimos 16 años.

En propiedad lo que plantea el politólogo antes mencionado es la necesaria “Refundación revolucionaria y democrática del PRD”, como consecuencia de una adecuada comprensión de la coyuntura histórica que vive el país y adscribe la derrota electoral presidencial de mayo de 2009 pasado, a la oligarquización de la dirección del PRD, a la práctica del clientelismo político, al abandono de la doctrina torrijista y la adhesión del PRD al neoliberalismo.

El hecho controversial, contradictorio y hasta paradójico, es que a pesar de que estas tesis la comparte el CEN provisional del PRD, su práctica política y la de los candidatos presidenciales no le dicen al país nacional que el PRD se propone realizar una total reingeniería política–ideológica donde la corrupción, las agendas personales, el clientelismo político, el gamonalismo y el “capitalismo salvaje” son cosas del pasado. ¡Así de sencilla es la cosa!

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<> Este artículo se publicó el 2  de noviembre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor  en: https://panaletras.wordpress.com/category/saldana-antonio/

Escenario electoral 2014

La opinión del Analista Político…

ANTONIO SALDAÑA

Recientemente fue publicado el resultado de una encuesta de opinión que anunciaba que si las elecciones fueran hoy, el dirigente sindical Genaro López obtendría el 8% de las preferencias electorales presidenciales, consulta efectuada a raíz del señalamiento de López en el sentido de que se retiraba de la conducción del Suntracs, ‘para construir el instrumento político popular’, de cara a las elecciones del 2014.

Puesta en perspectiva la percepción ciudadana antes mencionada, mi primera especulación sería que la alianza política progubernamental —si se mantiene unida— por primera vez en los últimos 25 años terminaría con la tradicional alternancia electoral, pues derrotaría al PRD.

Sencillamente porque, pese al desencanto del panameño de a pie con los partidos políticos tradicionales, por el cohecho, el nepotismo, el clientelismo y las políticas neoliberales culpables de la proletarización de las capas medias, lo cierto es que, la candidatura de la extrema izquierda ideológica lejos de polarizar a las fuerzas políticas, las fragmentaría en, por lo menos, cinco propuestas que se enfrentarían al bloque gobernante.

De izquierda a derecha las candidaturas presidenciales de oposición serían Genaro López por el FLN-29/11, Olmedo Beluche por el PAP, Juan Jované por el bloque independiente, Milton Henríquez por el Partido Popular y cualesquiera de los neo—oligarcas que hoy se disputan la aspiración presidencial en las toldas clientelistas del PRD.

De manera que pasado el susto causado a las entelequias —mal llamados partidos— políticas nacionales, por la inesperada impronta electoral de los radicales panameños, debo concluir señalando que quizás en la elección presidencial del 2014 no será la hora de Maximilien François Marie Isidore de Robespierre, El Incorruptible, de la revolución francesa, pero no me queda la menor duda de que el clientelismo político y la corrupción rampante nos podrían conducir, eventualmente, a la anarquía.

<> Artículo publicado el 1  de octubre  de 2010  en el diario La Estrella de Panamá,  a quienes damos,  lo mismo que a la autora,   todo el crédito que les corresponde.

Campaña mediática

La opinión del Analista Político….

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Antonio Saldaña

Un periódico de la localidad que se autodenomina el diario libre de Panamá, ha iniciado con fecha 23 de agosto una serie de reportajes sobre el Programa de Desarrollo Comunitario (PRODEC), que amerita dos cosas: Poner en perspectiva las publicaciones y describir, lo que a nuestro juicio, constituye la esencia del Programa.
Desde el inicio del período democrático el medio de comunicación ha dedicado su línea editorial y de investigación mediática a procurar salvaguardar los poderosos intereses económicos y políticos de sus dueños verdaderos, esto es, los miembros de la junta directiva y las personas que controlan los paquetes accionarios, quienes son en realidad los que dictan “la línea”.
Para lograr este objetivo estratégico el “poder real” del diario libre ha perfeccionado dos líneas de acción mediática: Procura dictar la agenda política al gobierno de turno y pretende cogobernar. Ambas ínfulas, sin someterse al escrutinio popular o examen electoral.

Este es el fondo político del ataque al gobierno del Presidente Ricardo Martinelli, efectuado tácticamente mediante el supuesto examen investigativo mediático del PRODEC, en el cual en su particularidad han coincidido intereses subalternos y la insuficiente información ofrecida al público de parte de la Dirección del Programa.

Por otro lado, es necesario indicar que el PRODEC es mucho más que la realización de obras de infraestructura comunitaria, por un monto de 500 millones de dólares en un periodo de 10 años, con los dineros excedentes del Canal de Panamá. El Programa es en verdad, visibilizar el Canal, sobre todo, en el interior del país.

Sin embargo, el reportaje en sus sucesivas entregas, desde sus titulares, subtitulares y colgados hasta el texto evidencia el hilo conductor de la obra mediática, donde la denominada investigación periodística no es, ni más ni menos, que el manto con que se pretende encubrir, la verdadera intención del periódico: La campaña mediática en contra del gobierno de Ricardo Martinelli y donde el chivo expiatorio de turno es el director del PRODEC.

Pero, lo más lamentable de la campaña mediática es que haya sido alimentada por “fuego amigo” y que el Presidente y el Ministro de la Presidencia no se percaten que para el diario en mención, el PRODEC es la excusa. Ayer fue la condena de la ex procuradora por el Corte, hoy es el Programa, mañana sabrá Dios qué.  ¡Así de sencilla es la cosa!

<>Artículo publicado el 3 de septiembre de 2010 en el Diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor,   todo el crédito  que les corresponde.

No es el Presidente, es la Constitución

La opinión de…

Antonio Saldaña

El principal actor de la recuperación del Canal y de su zona adyacente fue el pueblo panameño, particularmente su juventud, por ello el general Omar Torrijos sentenció que a los bienes rescatados –unos 31 mil millones de dólares en valor de mercado de las áreas revertidas y otros 700 millones anuales, en promedio, que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) entrega al presupuesto nacional– se les debía dar “el uso más colectivo posible”.

Suponíamos, en consecuencia, que a la lógica torrijista anteriormente enunciada respondían los dos programas emblemáticos de la administración del hijo del general: La Red de Oportunidades y el Programa de Desarrollo Comunitario (Prodec).

Hoy podemos especular que en estos dos programas se han despilfarrado algo más de 300 millones de dólares distribuidos entre malas prácticas administrativas, clientelismo político, sobreprecios y corrupción generalizada, es decir, sucumbieron ante el peso de la corrupción pública y privada engendrada en el gobierno oligárquico del pasado quinquenio, tal y como lo demuestran las marranadas dadas a conocer a la opinión pública a través de una prolija investigación periodística sobre las inversiones del Prodec, publicadas recientemente. (La Prensa 23/08/2010).

También en cierta ocasión el general Torrijos, ante las constantes quejas de los residentes de los corregimientos en virtud de la desaforada conducta de los representantes de corregimiento –el corregimiento era unidad política y administrativa del país en la Constitución de 1972, antes de las reformas de 1983– formuló la siguiente frase lapidaria: “La comunidad que elige a un pillo es tan pilla como aquél”.

¿Y qué refleja la investigación en comento? Que como en el pretérito militar, la comunidad nacional para las elecciones presidenciales de 2004 continuó siendo “tan pilla” como otrora.   Es por ésta y otras decenas de millones de razones, que he criticado y continuaré cuestionando la defensa a ultranza que realiza la directiva transitoria del PRD, de quienes tienen el deber ineludible de poner en claro ante las autoridades judiciales sus oscuras andanzas públicas, en especial en la administración de los fondos del Estado.

Sin embargo, pecaría de anecdótico sí al anterior comentario coyuntural, no agregara el antecedente constitucional del excesivo presidencialismo, que constituye la esencia de la mayoría de males que hoy aquejan a la República, sobre todo en el sentido de la separación y el ejercicio del poder público, tal y como lo dispone el artículo dos de la norma superior.   Por ello resulta ilustrativa la definición de Lassalle de la carta magna: La Constitución es el resultado de la suma de los factores reales de poder.

El hecho de que la Constitución de 1972 incorporara a la Fuerza Pública al ejercicio del poder, otorgara poderes extraordinarios al general Omar Torrijos Herrera y subrogara totalmente los numerales 16 y 21, y parcialmente el 25, del artículo 118 de la Constitución de 1946, constituyó el reflejo de la época que se vivía, donde el poder real residía en los cuarteles de la Guardia Nacional que el 11 de octubre de 1968 había asumido el poder político del Estado.

Extinguido por la invasión estadounidense, el proyecto político del cuartel, en que devino el proceso revolucionario, a raíz de la muerte del general Torrijos Herrera; lo que procedía era la instauración de un proyecto político de democracia participativa, mediante la convocatoria de una constituyente, para revertir todos los resabios autoritarios y presidencialistas que aún subsistían en la carta política. No obstante lo anterior, la neo oligarquía emergente, como en el pasado liberal, volvió a traicionar las legítimas aspiraciones populares y de la Cruzada Civilista.

En consecuencia, de lo que se trata en estos momentos no es reprobar per se, el excesivo presidencialismo contenido en la gestión de Martinelli que, a propósito del principio de legalidad, se encuentra sustentado en la Constitución Política vigente y que también ha sido ejercido por todos los presidentes de la República post invasión, sino de plantearse la renovación y modernización de la ley fundamental que hoy nos rige, reflejo de un pasado que debió ser sepultado en el mismo instante en que los invasores estadounidenses cedieron el poder al triunvirato Endara, Arias yFord.

¡Así de sencilla es la cosa!

<>Artículo publicado el 3  de septiembre de 2010 en el diario La Prensa,   a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Anoxia y diplopía políticas

La opinión de…

Antonio Saldaña 

Hace un tiempo escribí que “la cúpula interina del PRD había lanzado un grito al cielo porque, supuestamente, el presidente de la República quería dejar a sus principales dirigentes solo con la piel de los dientes”. (La Prensa, 10/01/2010). Reflexión que viene a lugar en estos momentos en virtud de la parafernalia politiquera reanudada por los líderes del CEN transitorio, dada la denuncia pública de la vinculación –a algunos de ellos ya se les ha incoado procesos penales- de altos funcionarios de las administraciones presidenciales de Pérez-Balladares y de Torrijos Espino, con supuestos hechos punibles.

La realidad es que una vez se reabrió el proceso criminal relacionado con el Centro Multimodal Industrial y de Servicios (CEMIS) surge el anodino guión político: “que se trata de una persecución política y un intento por hacer desaparecer al PRD” y que ambas situaciones afectan la institucionalidad política.

Falaz tesis tras la cual se oculta el verdadero propósito de los amanuenses de los grupos oligárquicos que han secuestrado al partido de Omar, el cual corresponde a la concepción del gamonalismo de los partidos políticos, opinión donde solo cuentan los de arriba porque los cientos de miles de humildes prosélitos son cosificados como un número o “ficha”, en dos palabras: clientela política.

De manera que es absolutamente impropio o absurdo sostener que el ejercicio de la justicia o del imperio de la ley, en un estado de derecho, pone en peligro la institucionalidad democrática. Al contrario, lo que tiene contra la pared al PRD “es la impunidad de la cual, hasta ahora, se han valido personajes de alto vuelo social, económico y político, los cuales difícilmente podrían justificar el origen de su riqueza que hoy exhiben y que constituye un verdadero insulto a los panameños de a pie”. Como también la especie de anoxia política que impide la inclusión del elemento modernizador y renovador, capaz de oxigenar el tejido social y político del partido que nos legara Antonio Yepes De León.

En el fondo, la pretensión de los caciques del PRD, con el objeto de desvirtuar la realidad, es la yuxtaposición de dos imágenes –la ley y la política- lo cual constituye una verdadera diplopía política. ¡Así de sencilla es la cosa!

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Este artículo se publicó el 8 de agosto de 2010  en el diario La Prensa,  a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Político y estadista

La opinión de…

Antonio Saldaña 

El 31 de julio de 1981, hace 29 años, se produjo en el Cerro Marta, provincia de Coclé, el magnicidio del General Omar Torrijos Herrera, líder indiscutible del Proceso de Liberación Nacional que culminó el 31 de diciembre de 1999 –al mediodía- cuando el último soldado estadounidense en suelo istmeño arriaba la bandera de las barras y las estrellas, para que solo ondeara en todo nuestro territorio el tricolor panameño.

Nació un 13 de febrero de 1929, en “un hogar decente y docente”, como el mismo solía decir, formado por dos distinguidos educadores, Don José María Torrijos y Doña Joaquina Herrera. El crimen del Imperio truncó la vida de una persona, que a juicio de Monseñor Marcos Gregorio McGrath, “fue un hombre compasivo”.

En efecto, siempre sintió una profunda conmiseración por quienes en el país sufrían penalidades o desgracias, y como lo hizo nuestro Señor Jesucristo optó por los pobres, los campesinos, trabajadores, aborígenes, negros, mujeres, niños y adultos mayores, en una palabra, por los excluidos de la sociedad y de la vida política. Por eso en la actualidad hay negros y autóctonos en la Asamblea Nacional; Institución que antes de 1968 estaba constituida por Diputados de una sola clase social o sus amanuenses, pertenecientes a grupos políticos oligárquicos provenientes del “Club Unión” y que el pueblo en su inmensa sabiduría les endilgaba el mote de “rabiblancos”.

Fue el General Torrijos uno de los pocos estadistas que ha tenido la nación panameña y para solo mencionar una de sus grandes realizaciones, por la vía pacífica y con el apoyo del mundo entero, contribuyó enormemente para arrancar la última estaca colonialista de la “Zona del Canal” y devolver el Canal a su legítimo dueño: El pueblo panameño. Producto de ese “alpinismo generacional” para lograr la devolución del Canal, son, por ejemplo, las obras de 50 millones anuales que lleva a cabo el PRODEC y los 72 millones de la Red de Oportunidades para atacar la extrema pobreza que aún campea en doce distritos del país.

Como hombre visionario, esto es, que se adelanta al tiempo, construyó obras monumentales y creó instituciones modernas y novedosas como la hidroeléctrica “Bayano”, el IRHE e INTEL, paradójicamente, fue un Presidente de la República electo en la papeleta del PRD, quien las privatizó y las puso en manos de la voracidad de las transnacionales que en el presente ofertan la energía eléctrica y las telecomunicaciones más caras de la región.

Por eso hoy a los veintinueve años de su desaparición física podemos decir con orgullo torrijista que “los hombres no mueren cuando se les entierra sino cuando se les olvida” y, Omar vive en el corazón de su pueblo. ¡Así de sencilla es la cosa!

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Este artículo se publicó el  3  de agosto de 2010 en el diario  El Panamá América,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Encuestas y el PRD

La opinión del Analista Político….

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Antonio Saldaña

Todas las mediciones de la opinión ciudadana publicadas en los últimos 9 meses, ubican al Presidente de la República y a sus ministros por encima del resultado obtenido por la coalición gobernante en las elecciones presidenciales de mayo del año pasado, es decir, más allá del 61% del apoyo popular. La encuesta “Pulso de la Nación”, publicada recientemente refleja que Ricardo Martinelli como su Gabinete son apreciados favorablemente por la opinión panameña, en 76% y 70%, respectivamente. Todo ello a contrapelo de la oposición política del PRD en cuya agenda política actual solamente figura la defensa de los altos personeros del partido perseguidos por la justicia por estar, supuestamente, involucrados en actos de corrupción y de sectores económicos poderosos afectados por las recientes reformas fiscales, según las propias declaraciones de un miembro del CEN del otrora partido de Omar.

Dicho lo anterior resulta interesante comentar las respuestas del pueblo panameño y de los simpatizantes del PRD, en la referida encuesta sobre el cuestionamiento de “¿Qué considera usted que debería hacer ese partido de oposición [PRD]?” en la actual coyuntura política. Como también el hecho sorprendente de que por primera vez de los anales de las encuestas de opinión, las simpatías por el PRD se sitúan muy por debajo (22%) de su piso histórico (35%).    La respuesta a la primera interrogante no pudo ser más contundente, el 64% de las personas consultadas y el 58% de quienes afirmaron ser miembros o simpatizantes del PRD, dijeron que el partido “debe renovar completamente su dirigencia con figuras nuevas”.   Y en cuanto a la segunda, indica que el antiguamente partido de Antonio Yepes ha perdido 13 puntos porcentuales de su “voto duro”.

En consecuencia el análisis de los resultados de esta última encuesta no puede ser simplista, porque no se trata de la remoción de la cúpula del PRD.   En mi opinión los números relativos en comento, dicen políticamente mucho más y alcanzan no solo a los actuales líderes formales, sino que incluye, sobre todo, a los responsables del desastre electoral del 2009, mismos que renunciaron a los ideales torrijistas y a la doctrina socialdemócrata.

Renovar significa volver a los enunciados originales, en el caso particular del PRD, a los postulados contenidos en la plataforma programática y de principios ideológicos de este partido. De manera que mal podrían encabezar la renovación completa de la dirigencia del PRD, los mismos que impulsaron el modelo neoliberal con el deliberado propósito del enriquecimiento injustificado de algunos pocos; como tampoco los causantes de la más humillante derrota electoral presidencial sufrida por el PRD en toda su existencia.

Y, mucho menos, por quienes hoy son objeto de la repulsa popular y de los prosélitos del PRD, por haber trocado el ideario torrijista en agendas personales caracterizadas por el clientelismo político, el nepotismo, el tráfico de influencias y el cohecho. ¡Así de sencilla es la cosa!

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Este artículo se publicó  el  30 de marzo de 2010 en el Diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Partidos y constituyente

La opinión de….

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Antonio Saldaña

El referente histórico de los partidos políticos de Panamá se puede situar en los programas de los partidos Liberal y Conservador de 1848 y 1849, respectivamente. Partidos, que al decir del doctor Bonifacio Pereira, citado por el jurista Juan Materno Vásquez, “son estos, por así decirlo, los partidos históricos” y existieron en nuestro país desde los tiempos de unión a Colombia.

En general el partido Conservador –según el historiador Andrés Celestino Araúz– era el representante de la clase de los terratenientes, de los dueños de los esclavos, de burócratas civiles y militares, de religiosos, y en menor medida de los comerciantes. Es por ello que los conservadores defendían el statu quo, las políticas fiscales proteccionistas, la educación religiosa y el régimen de esclavitud.

Por el contrario, el Liberal era el partido del cambio, que se proponía transformar el Estado colonial en función de la burguesía emergente. Proyecto que implicaba “modificar la reglamentación particularista y sustituirla por leyes de carácter general, convertir la tierra en mercancía y darle libre circulación; [suplantar] un Estado omnipresente por otro que sin trabas permitiera comerciar, [relevar] los monopolios y dejar que las actividades reglamentadas se movieran al impulso de la libre [competencia]; suprimir las jerarquías ante la ley y poder llamar ciudadano al desigual; [eliminar] el ejército de caudillos y sustituirlo por una milicia de ciudadanos pudientes, liberalizar la enseñanza, es decir, quitar a la Iglesia el privilegio de impartir el saber”.

Estas diferencias ideológicas entre los partidos Liberal y Conservador en el istmo se mantuvieron vigentes, probablemente, hasta la Guerra de los Mil Días, ya que éstos se unieron para apoyar la independencia de 1903. A partir de entonces “no se organizaron como partidos separados y la diferencia más importante entre ellos era formar parte del Gobierno o estar en oposición”. ¡Cualquiera semejanza con los partidos de la actualidad es pura coincidencia!

Hasta 1925, el puesto de presidente de la República y el de otros altos cargos del Gobierno debía contar con el visto bueno del poder estadounidense, a tal punto llegaba la subordinación política de los istmeños, que los funcionarios diplomáticos y de la Zona del Canal actuaban como verdaderos procónsules. Situación que tenía como fundamento jurídico el tratado Hay–Bunau Varilla de 1903 y el ignominioso artículo 136 de la Constitución de 1904.

De manera que desde los umbrales de la República, el caudillismo y la formación de partidos personales fue la tónica. Así surgen en la segunda y tercera década del siglo pasado, verbigracia, los porristas del doctor Belisario Porras y los chiaristas de don Rodolfo Chiari. Al respecto indica el doctor Juan Materno Vásquez que,   “hasta 1932 no existió partido político en Panamá, solo funcionaron grupos políticos organizados en torno a patricios liberales”.

Después de 1932 surge un enjambre de partidos políticos, en su mayoría de carácter oligárquico, con la excepción del Partido Socialista del doctor Demetrio Porras, el Partido Comunista (Partido del Pueblo) y el Partido Demócrata Cristiano fundado a finales de la década de 1950. Los partidos políticos alcanzan personalidad jurídica en las Cartas de 1946 y 1972, respectivamente. Con ocasión del golpe militar de 1968 y por disposición del Decreto de Gabinete No. 58 de 1969, fue suspendida la actividad de los partidos políticos, 10 años después fue dictada la Ley No. 81 de 1978 que estableció las reglas de la formación, funcionamiento y subsistencia de los partidos políticos.

Hace 20 años –después de la invasión militar estadounidense– las colectividades políticas volvieron a florecer, aunque menos que en el pasado demoliberal, sin embargo, como ocurrió con anterioridad, no han sabido jugar su papel de “órganos funcionales de la nación” y mucho menos de ser expresión del pluralismo político e instrumentos fundamentales para la participación política. Hoy, como ayer, los partidos políticos son organismos carentes de ideología que se caracterizan por el liderazgo personal, las agendas ocultas y el clientelismo político.

De modo que la verdadera crisis institucional que vive el país es la miseria de los partidos políticos y, a nuestro juicio, el fortalecimiento de la democracia, entendida “como la forma de Gobierno con la mayor participación posible del pueblo en el Gobierno”, pasa inexorablemente por el tamiz de la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, modernizadora e ideologizadora de la institucionalidad política del Estado. ¡Así de sencilla es la cosa!

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Artículo publicado el 13 de marzo de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Impuestos versus ahorro

La opinión del Analista Político…..

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Antonio Saldaña

Recientemente el gobierno nacional dio a conocer que después de los carnavales se discutirá en el Concejo de Gabinete la segunda reforma fiscal. Medida tributaria que dentro de sus novedades contempla un aumento del 2 % en el Impuesto de Transferencias de Bienes y Servicios (ITBMS).   Es decir, un incremento del 40% en concepto de tributo que pagarán todos los consumidores por igual, al pasar el actual impuesto indirecto del 5% al 7%.

No se puede negar que se trata de una carga impositiva de carácter regresiva, porque la solventan todos los consumidores independientemente del nivel de sus ingresos.   No menos cierto es que, en principio, los mayores afectados serán las personas de menores entradas. Como también es muy cierto que este gravamen no se aplica sobre los alimentos, útiles escolares, energía eléctrica, transporte, agua y gas.

Que los nuevos artículos y servicios sobre los que se cargará el ITBMS son, entre otros, las bebidas gaseosas, lubricantes, boletos aéreos, teléfonos residenciales y celulares pre-pago. También es muy cierto que la tasa de valor agregado que se paga en nuestro país, comparativamente con las demás naciones latinoamericanas es muchísimo menor, en los cuales el promedio es de 16%,  frente al actual 5% de Panamá.

Las autoridades justifican la ampliación de la tasa del ITBMS, como un mecanismo para recavar nuevos recursos -220 millones de dólares más al año- que le permitirán atender los programas de subsidios estatales como el de la energía y el combustible que representa 161 millones de balboas anuales, el programa de los 100 para los 70 por 92 millones de balboas, la Red de oportunidades en la cual se invierte alrededor de 70 millones de balboas, el bono escolar por 188 millones de balboas, el interés preferencial 73 millones de balboas. Así como también para financiar importantes obras de infraestructura vial (Metro) y de transporte masivo terrestre de pasajeros en el área metropolitana (metro bus y eliminación de los denominados “diablos rojos”.

En conclusión, no es posible que frente a la crisis energética global, el panameño siga aumentando año tras año el consumo de energía eléctrica, de gasolina y de diesel; y que además humildes ciudadanos se gasten cientos de millones de dólares en celulares.

De allí que nuestro punto de vista –ante la inminente alza de los impuestos- es que los ciudadanos, sobre todo, los que perciben menores ingresos, deben trocar el consumismo suntuario, innecesario y hasta nocivo para la salud (ingesta de bebidas gaseosas), por el sano hábito del ahorro.

Sabemos que el consumismo de los nacionales de nuestro país es el resultado de un largo proceso de culturización estadounidense que no es fácil de desarraigar, sin embargo, confiamos que hoy los panameños, obligados por las circunstancias, comiencen a modificar sus costumbres de consumo. ¡Así de sencilla es la cosa!

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Artículo publicado el 19  de febrero de 2010  en el diario El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.