Un brindis por Uds., RPC…

La opinión del cantautor panameño…..

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HENRY GORGONA

La TV panameña ha estado llena de altibajos, probablemente de más bajos que alti, y precisamente ahora que celebramos el cincuentenario de la Primerísima RPC Televisión siento la obligación, por el afecto y agradecimiento que tengo hacia éste canal, de hacer algunas reflexiones como ciudadano común que disfrutó de una muy buena época televisiva.

En mi humilde opinión de los cincuenta años, solo treinta son salvables, en los últimos veinte hemos sido rehenes de la mediocridad y de experimentos fallidos propios de una fusión comercial que nadie en Panamá entendió, hasta que el Cable vino a nuestro rescate. Y en ésta fusión que más bien parecía un plan de exterminio sistemático, se fue un monumento: el vetusto edificio Chesterfield de la avenida Nacional que llenó de gloria y albergó la verdadera historia televisiva de nuestro país.

Cientos de artistas de todo el mundo y Panamá pasaron por esos milimétricos estudios, pero en donde el profesionalismo y pasión los hacía ver tan grandes como los mejores del mundo. Finalmente, el Chesterfield se fue, y con él toda la historia fílmica y radial de la época, las nuevas generaciones no podrán ya conocer a “ Manny ” Bolaños o a Silvia de Grasse, ni saber que alguna vez los “ Juguetes de Félix ” fueron dirigidos magistralmente por esa gran Señora, Maritza Diez de Morales, ni que la primera cocinera de la televisión panameña fue Graciela de Wong, y tampoco que existió el famoso “ Golazo Royal ” los domingos.

Y al hablar de la mediocridad televisiva, no hablo de la programación enlatada de la que debe por supuesto abastecerse toda televisora, hablo de que la misma dio un cambio radical en cuanto a la producción nacional y dejamos a un lado a excelentes productores, animadores y profesionales del deporte y el periodismo en general con la excusa del relevo generacional y el absurdo de que “ la Televisión es para gente joven y bonita ”.

Probablemente esto sea cierto en los códigos universales del Broadcasting, pero por favor, que esa gente “ joven y bonita ” en relevo tenga un mínimo de capacidad y talento, porque para reemplazar a Víctor Martínez Blanco, a Carlos Rellán, a Guillermo Antonio Adames, a Nicanor Oscar Barraza, a Celiano Fonseca, a Guillermo Rodolfo Valdés, a Cesar De León, a un “ Tommy ” Cupas o a un “ Fat ” Fernández, por mencionar a solo unos cuantos íconos en sus respectivas áreas, hay que prepararse de verdad o contar con la gracia de Dios.

Han pasado ya cincuenta años y el “ Lamento ” de Avelino Muñóz, ese hermoso tema que les identificaba al iniciar su programación, dejó de escucharse sin aviso previo, pero, a pesar de todo eso, siempre abrigaremos el sentimiento de alegría y nostalgia al saber que éste canal fue parte integral de nuestra niñez y juventud, gracias a la iniciativa y la visión de los Hermanos Eleta Almarán y a un grupo de colaboradores magistrales, quienes nos permitieron disfrutar en vivo de grandes momentos de la historia; aunque la fecha haya pasado sin pena ni gloria.. Un brindis por Uds., RPC..

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Artículo publicado el 19 de marzo de 2010 en el diario La Estrella de Panamá,a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

Nuestra cultura y el proximo quinquenio

NUESTRA CULTURA Y EL PROXIMO QUINQUENIO
Henry Gorgona

En su artículo 84, nuestra Constitución Política reconoce la responsabilidad del Estado ante la proliferación, auspicio y divulgación de todas las expresiones artísticas de nuestro país, por esa razón fue creado de manera estoica durante el período de la revolución Torrijista nuestro flamante Instituto Nacional de Cultura, identificado popularmente durante sus primeros años como Incude (Instituto Nacional de Cultura y Deportes).

Aunque niño entonces, nos llamaba la atención el hecho de que cómo podía conjugarse en una absurda alquimia el deporte y las artes, sin embargo a pesar del rango compartido y de la inexperiencia de la nueva institución, debemos reconocer que los niños y la juventud de la época tuvimos, gracias a Dios, la oportunidad de ¡ver la luz!, y por primera vez apreciar en nuestros barrios expresiones artísticas hasta ese momento solo permitidas para las clases privilegiadas de nuestro país, porque la cultura y la educación, según ellos, solo era para ellos sin saber que la necesidad y no la razón es la que tiene la razón.

Ahora comprendemos la visión de Omar, debíamos salir cuanto antes del estado rebañizado en que nos tenían inmersos los gobiernos oligarcas que practicaban la fórmula de que menos cultura y menos educación igual pueblo subordinado.

Afortunadamente, las cosas cambiaron y nuestro instituto en referencia tiene ya desde hace algunos años su propia identidad y espacio, pero a pesar del gran esfuerzo de sus recientes directores, nuestras actividades culturales no han ido de la mano con el notable desarrollo de nuestro país y se ha bajado la guardia con respecto a los primeros años de la institución.

En este Panamá amalgamático del nuevo siglo, nuestra cultura merece un sitial privilegiado y en ese sentido estamos convencidos de que solo quien quiera gobernar de cara al pueblo y haya incluido en su plataforma de gobierno un espacio para la cultura entiende que esta y la educación son pilares fundamentales para el desarrollo social de nuestra nación, así lo ha manifestado la Ing. Balbina Herrera. Está clara, y los panameños que amamos las artes y que de una forma u otra hemos desarrollado alguna de sus disciplinas, le aplaudimos.

Hay tanto por hacer: la pintura, el teatro, la danza, la música, la poesía las artes plásticas reclaman el coqueteo de otrora con las clases populares; que nuestros niños, jóvenes y el panameño común de esas áreas tengan la oportunidad de disfrutar gratuitamente de los mismos espectáculos que se presentan en Atlapa, Figali o las diversas salas de teatro, después de todo, ellos no tienen la culpa de pertenecer a la clase que menos o nada tiene; que los juegos florales vuelvan a enaltecer nuestras escuelas.

Que realicemos una campaña para la masificación de la lectura: libros económicos o por que no, ¡sin ningún costo!, círculos de lectores, bibliotecas móviles con internet, de esta manera se ataca al ocio y a su consecuencia directa: el crimen organizado; que cada domingo nuestras familias puedan disfrutar de parques vestidos de música y danza en una gran fiesta; que nuestras editoriales publiquen álbumes o revistas con las que nuestra niñez pueda viajar en el tiempo y caminar junto a Victoriano, Bayano o Amador Guerrero; que nacionales y extranjeros disfruten de nuestro folclore en plazas públicas; y que podamos ver realizado por fin el museo de la música popular panameña.

Hay tanto por hacer, Ing. Herrera, y todo lo anterior en gran medida podría ser si no lo es, facultad de nuestro Instituto Nacional de Cultura, o ¿por qué no?, de la autoridad o del ministerio de la cultura. Estamos seguros y convencidos de que en su gobierno las cosas irán mejor, y en lo que respecta al tema usted es la candidata indicada para identificarse con el mismo. No podemos permitir que la percepción pública sobre esta querida institución sea de que “… solo sirve para que sobrevivan botellas”, como leí en días pasados, ¡hábrase visto!

Hay una deuda que saldar con tanto panameño ávido de conocimiento, hay una deuda que saldar con nuestra niñez, hay una deuda que saldar con Anel Omar Rodríguez y su legado, ingeniera, hay que levantar su bandera y seguir adelante…

Articulo publicado el 25 de abril de 2009 en el diario La Prensa de Panamá