Los gobiernos largos

 

La opinión del Periodista…

 

Juan  B.  Gómez 

Dice el dictador egipcio Hosni Mubarak, que si deja el poder inmediatamente, se produciría una anarquía que sería peor que si él quedara en el poder.

Ese es el argumento de todos los dictadores. ¿ Recuerdan que esa era la misma canción de Noriega?   Simplemente, que los dictadores no quieren dejar el poder.   Pero hay algo evidente: que no se puede gobernar cuando el pueblo no quiere ya a su dictador.

Los pueblos detestan los gobiernos largos. Creo que no hay ninguno que quiera, sinceramente, a uno que no quiera dejar el poder… El dictador se obsesiona con quedarse, y el pueblo sufre la misma obsesión porque se vaya.

Los pueblos odian a los dictadores. Y a veces hasta a los que no son dictadores. Es difícil encontrar en la historia de Francia a un hombre que haya sido más amado que Charles de Gaulle.

Pero cuando su gobierno se fue alargando, empezó la inquietud y la protesta; entonces, su genio político le dijo que consultara al pueblo. Y se efectuó un referendo: el pueblo diría si quería que continuara o no en el gobierno. La primera vez, el pueblo dijo Sí.; pero la segunda vez, dijo No. Y el enorme hombre de Estado se fue a su casa, dejando al pueblo francés en libertad de elegir a su sucesor.

Pero, es necesario aclarar, que los referendos de De Gaulle fueron libres, sin presiones de él para lograr el voto popular. No igual que los referendos de Chávez en Venezuela, que se gasta hasta mil millones de dólares, si fuera necesario, para comprar el Sí mayoritario de un pueblo que en realidad lo detesta.

Ahora, Mubarak dice que se iría pero no puede dejar al pueblo en la anarquía. No, si se organiza una Junta de Gobierno, solamente destinada para realizar unas elecciones democráticas, correctas y limpias, con la rigurosa vigilancia de las Naciones Unidas. Así, la salida ( o huida) del dictador no sería catastrófica como él lo pronostica.

Repito que no se puede gobernar en un país, cuando el pueblo se convierte en una sola e inmensa garganta que grita: ¡Que se vaya el dictador!

Que Hosni Mubarak recuerde cómo terminaron Trujillo, los Somoza – padre e hijo-; y cómo dejaron a Mussolini, descuartizado colgando de un farol… Y si quiere, recuerde también, dónde está Noriega penando su criminal dictadura…

<>Artículo publicado el  6 de febrero  de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

El gran negocio de la política

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La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez 

“Entran limpios y salen millonarios”. Amigos, si ustedes dudaron en algún momento de que la política es un gran negocio, ahora no lo dude; confirmado. 

En el último año del gobierno de Pérez Balladares, se creó la Sala Quinta en la Corte Suprema de Justicia. Tres nuevos magistrados para ocuparla por 5 años por lo menos. Pero esta Sala tuvo vida corta, porque una de las primeras acciones que tomó el gobierno siguiente de Mireya Moscoso, fue decapitarla.   Pero hasta ahí no llegó la cosa: más de diez años después, se pretende revivirla.   ¿ Y qué se le ha ocurrido a los 3 magistrados de la Corte decapitada?    Que le paguen los años que no trabajaron. Un millón de dólares por lo menos para cada uno de ellos. ¿ Y esa demanda prosperará?   Nadie sabe, no se imaginan las cosas que pasan en nuestro querido país.

Recordé, que cuando Carlos Menem llegó al poder en Argentina ( 1989), uno de sus primeros objetivos fue apoderarse de la Corte Suprema; y antes de un año de gobernar, la dominaba por completo; y no contento con su triunfo supremo, creó una Quinta Sala más en la Corte, en la que nombró por supuesto a sus mejores amigos. (Julio Nazareno, que fue Presidente de la Corte era socio de su firma de abogado).

Entonces sí, por ahí no pasaba nada que oliera a un fallo contra él ni contra su gobierno. Y como quería gobernar más de un período, arregló las cosas para quedarse dos. (Todavía no está claro lo que ocurrió con los senadores del Partido Radical, enemigos tradicionales de los peronistas, que habían jurado que votarían contra la reelección, y terminaron votando por la reelección de Menem. Se decía por todas partes que los compraron con sumas inmensas).

Y cuando se aproximaba el fin de su gobierno, nada, Menem quería quedarse tres períodos consecutivos. Y sus amigos de la Corte empezaron a opinar que sí era posible, aunque la constitución señalaba claramente que el Presidente sólo podría estar dos periodos en el poder…

Bueno, la historia es muy larga, pero les digo que lo primero que hizo el presidente Kirchner fue mandar para su casa a todos los magistrados de Menem;   y si alguno se opuso, les iban a sacar a la luz pública todas las bajezas y chanchullos que había cometido durante su mandato… Así liberó Kirchner a la Argentina de la corrupta Corte Suprema de Justicia de Menem.

¿ Y ahora, nosotros queremos que haya en nuestra Corte una Quinta Sala, politizada y entregada al poder del mandatario que la imponga?   El pueblo, dicen, tiene la palabra…

Me gustaron las siguientes palabras de Juan Manuel Handal, en La Carta de Panamá: “Tenemos que encontrar camino a gobiernos más honestos y evitar que los estafadores, logren meter sus sucios dedos en la torta nacional”.

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<>Artículo publicado el  29  de enero de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Sobre las grandes obras literarias

La opinión del Periodista…


Juan B. Gómez 

Pobre, pobrísima es la educación que se imparte en todos los países latinoamericanos, según el periodista Andrés Oppenheimer, quien realizó una investigación en los países en los cuales tienen las mejores universidades del mundo.

Según Oppenheimer, los países que tienen las mejores universidades son: Estados Unidos (Harvard), Finlandia, Suecia, Singapur, la India, Israel y otros; pero reiterando, que en toda Latinoamérica no hay una sola universidad de primera clase.

Y esto, según el periodista argentino, porque dedicamos mucho tiempo, energía y dinero al pasado. Se burla el periodista de Hugo Chávez, quien dice se ha empeñado en desenterrar los restos de Simón Bolívar para comprobar su identidad; y que en Ecuador andan en lo mismo con una supuesta hermana de Bolívar. Y han echado prácticamente a un lado el presente y el futuro.

Sin embargo, y tal vez contrariando la tesis del periodista argentino, pienso que dentro de un siglo, por decir lo más, muy pocos serán los que leen las mejores obras que el hombre ha escrito a lo largo de la historia.

¿ Y en qué me baso para hacer tan desalentador pronóstico? En que no veo verdadero interés en leer las obras que todos elogian y admiran.

Seamos sinceros, ¿usted ha leído Don Quijote de la Mancha? Aquí se nos hace un nudo en la garganta para contestar sin mentir. Las andanzas del caballero de La Mancha todo el mundo las comenta y las aplica en las conversaciones cotidianas, pero casi nadie abre las páginas del libro inmortal para deleitarse con ellas.

Es muy común oír hablar de Fausto y de Hamlet, de los Diálogos de Platón y de las obras de Homero, pero, ¿se leen? Las editoras dicen, desde hace siglos, que esas obras se publican en todos los idiomas, pero les aseguro, osadamente, que son las menos leídas en todos los idiomas que se publican.

Vivimos tiempos de gran superficialidad y esnobismo. Creo que el hombre de ayer, lo mismo que el de hoy, es en su esencia utilitario. La actualidad acapara todo su interés. Y una obra clásica se refiere a una realidad pasada, inexistente, que no dice nada a su problema actual.

El hombre de hoy está preocupado profundamente por su propia existencia. Es él y sus circunstancias, para decirlo con Ortega y Gasset. Por eso se lee con tanto interés lo que se dice hoy del hombre de hoy. ¡No veo otra explicación¡

Nos interesa mucho más saber lo que se diga de un presidente de la República, que está en el poder, que lo que le pasó a todos los gobernantes del pasado juntos. ¡Que nos importa, en una crisis de nuestra vida actual, con lo que le ocurrió a tal personaje hace mil años en una situación similar¡ La historia se hace todos los días y cada día trae su afán.

Vuelvo a lo que dije al principio: Que en el futuro ya no se leerán las obras más extraordinarias que el hombre escribió…

<>Artículo publicado el  22  de enero de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Vitrina de la ignorancia

La opinión del Periodista…


Juan B. Gómez 

Un grupo de amigos que vino a visitarme al hospital, no se cansaba de reír de los disparates que dijo un compatriota en la televisión norteamericana recientemente. Yo recordé muchas otras cosas afines, que no adquirieron tanto resonancia internacional porque tal vez no salieron de nuestro ambiente nacional. Vamos a recordar algunas. 

Hace unos años se me acercó en el café un destacado galeno, que me contó que cuando él se graduó de médico en una universidad de otro país, salió con la cabeza llena de teorías, pero muy poco de realidades y experiencias.   Y poco después de haber llegado trabajaba en el Hospital Santo Tomás. De esto hace más de 50 años; y él, consciente de su poca práctica médica, le rogaba a Dios que no le fuera a aparecer un caso difícil.    Pero así sucedió.   Le llegó el caso de un hombre que había sufrido un infarto y él no sabía qué hacer; pero oyó a uno de los parientes del enfermo que éste era paciente de un veterano cardiólogo y fue suficiente, lo llamó, le dijo lo que estaba pasando. El cardiólogo le preguntó qué le había hecho al paciente, el joven médico le contestó que nada; y se fue al hospital.    Llegó y pronto hizo lo que tenía que hacerle. Al salir del hospital, el veterano le dijo al médico joven: “Lo felicito por no haber hecho nada; no se imagina las estupideces que hacen los médicos cuando no saben qué hacer…”

Otro caso que recordé fue el que me contó un sabio profesor a quien otro profesor muy ignorante (aunque usted no lo crea) le pidió que le escribiera el discurso que pronunciaría el 3 de noviembre en los actos patrióticos. Así lo hizo el ilustrado profesor: preparó un discurso de gran valor histórico; y lo único que le pidió a su incapaz amigo fue que lo leyera muchas veces antes, para que pareciera de él.    Pero cuando llegó el día, al pobre hombre se le ocurrió que él podía decir algunas cosas mejores; y dijo sus propias elucubraciones: Que los prohombres de la Independencia de Panamá de Colombia habían sido Justo Arosemena y José de Obaldía (que habían muerto ambos bastantes años antes de la independencia).   Y de ahí en adelante, se imaginan los disparates que siguió diciendo…

Una vez oí a un profesor universitario afirmar que “Chuchú” Martínez había sido Premio Nobel de Literatura (respetuosamente, yo guardé silencio). También me preguntó un abogado si el poeta Rubén Darío era panameño.

Otra vez, hace muchos años, escuché a un ignorante (afortunadamente no era profesor) contar cómo había sido la muerte del famoso torero Manolete. Cualquier estudiante de sexto grado sabe que en España hubo una guerra civil, desde 1936 a 1939; y que luego gobernó ese país el general Francisco Franco. Manolete murió en 1947, sin embargo, el ignorante decía que cuando el torero recibió la cornada fatal, moribundo, se volvió hacia la Reina de España y le dijo: “Majestad, muero por su honor…” y cayó muerto en presencia de la Reina…

Una vez escuché a un profesor a la fuerza, lanzar la siguiente expresión: “ Porque como dijo Napoleón (que estaba vivo hace doscientos años), en la batalla de las Termópilas (hace bastante más de dos mil años): “To be or not to be” (que dijo Shakespeare varios siglos antes de que naciera Napoleón).

Para terminar, se cuenta que, en las primeras décadas del siglo pasado, un buen día el Presidente de la República visitó David. Y que el Alcalde de nuestro distrito fue el que pronunció el discurso de recepción diciendo, sobre una caja de galletas extranjeras: “Hoy, que mi sifilítico corazón goza de su más espermáutico contento vengo a depositar en vuestras manos este curso que voy a devacuar…” Como lo aplaudían frenéticamente, se volvió hacia la caja de galletas en la que estaba parado, y dijo: “Yo no he debido nacer en David, sino en “ Tea , Biscuit, Company…”

<>Artículo publicado el  15  de enero de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

El hombre fuerte

La opinión del Periodista…


Juan B. Gómez 

Pues del matón al cobarde, sólo media la resaca. ( Alberto Cortez). 

He pensado bastante en el contenido de este artículo, porque siento que del hombre fuerte hay muchas versiones equivocadas.

Explico mi versión. Sostengo que el hombre fuerte no es el que toma el poder y lo convierte en vehículo de su ambición; no siembra el terror, no amenaza, no persigue, ni encarcela ni decapita. Es lo contrario, utiliza el poder para realizar una obra sólida y duradera. El fundamento de su fuerza es la grandeza. Los hombres verdaderamente fuertes nunca fueron matones que echaron la Constitución al basurero, ni desterraron ni asesinaron a sus adversarios. El hombre verdaderamente fuerte es amplio y grande con los que se oponen a sus ideas; no cierra periódicos ni amenaza a los periodistas. El hombre fuerte es seguro de sí mismo. Es fuerte en su interior, y fuerte en la vida pública. En cambio, a los que equivocadamente llaman fuertes, son inseguros y atormentados por dentro y por fuera.

A juicio mío, Panamá ha tenido varios hombres fuertes. Pondría como ejemplos, a Harmodio Arias y a Roberto F. Chiari. Cuando el Dr. Arias fue a visitar al Presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, para negociar un nuevo tratado del Canal, el propio Roosevelt escribió; “Entró en mi despacho un hombrecito insignificante y delgaducho; pero a medida que me fue explicando sus objetivos patrióticos, ese hombrecito se me fue agigantando… Nunca podré olvidar al Presidente Harmodio Arias de Panamá” ( Escribo de memoria).

Y cuando los trágicos sucesos de enero de l964, que el Presidente Roberto F. Chiari rompió relaciones con la primera potencia mundial, ahí había un hombre fuerte, decidido, valiente.

Hay hombres que en ciertos momentos de la historia se convierten en la imagen de su propia patria. Cuando Hitler invadió a Francia y tomó posesión de su gobierno, un desconocido coronel hasta ese momento, Charles de Gaulle, protestó contra la debilidad del jefe del gobierno francés , el mariscal Petain, y llegó a Inglaterra, solo, a organizar la Resistencia; le dijeron: “ Pero si Francia ha caído”, contestó: “¡ No, Francia no ha caído, Yo soy Francia!” ¡ Ese era un hombre fuerte!

Otro hombre que se convirtió en nación fue Winston Churchill. Cuando los nazis enviaron sobre la capital británica 2,500 aviones que lanzaron sus mortíferas bombas para causar la destrucción, la muerte y la ruina de Inglaterra, Hitler creía que el país se le rendiría. Y fue entonces, cuando Churchill dijo que pelearían en la tierra, en el mar, en el aire, en las montañas y en los valles, pero Inglaterra nunca se rendiría. Ese fue el discurso en que sólo prometió sangre, sudor y lágrimas; pero insistía: ¡ Nunca nos rendiremos! ¡ Ese era otro hombre fuerte¡

Cuando el General Leopoldo Faustino Galtieri era presidente de Argentina, se le ocurrió meter a su país en la Guerra de las Malvinas. Y cuando la tragedia cayó sobre el país, el pueblo le pedía soluciones para el desigual conflicto, y Galtieri repetía, que él era “ muy macho”. ¡ Estaba idiotizado!

¿ Fueron Torrijos y Noriega auténticos hombres fuertes? Ustedes tienen la palabra.

<>Artículo publicado el  1  de enero de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Un Mensaje de Año Nuevo

La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez Amador 

Como ya deben estar enterados, en el último mes he tenido problemas graves con mi salud.   Y como en los cuarenta años de mi programa Impacto, por Radio Chiriquí, siempre que he estado en el país, he venido a darles mi mensaje de Año Nuevo.

Podría hablarles de muchas cosas, pero quiero ir a lo esencial de esos mensajes anteriores.

Siendo un joven estudiante del Instituto Nacional leí una frase del filósofo chino Confucio, que marcó buena parte de mi conducta futura.

Ese pensamiento decía: “Vive hoy como si fueras a morir mañana; libre tu corazón de odios y prejuicios; en paz con Dios y con los hombres”.

Y hoy en las proximidades de un Año Nuevo, quiero volver sobre lo que dije a través de cuarenta años.

Yo decía entonces, y lo ratifico hoy: que tenía que darle gracias a Dios por tres cosas: primero, porque me permitió vivir, tantos murieron. Segundo, porque me dio salud, tantos no la tuvieron, y tercero, porque me permitió vivir con dignidad.

Este último agradecimiento a Dios, francamente, normó mi vida –hasta donde pude. Creo que sin dignidad la vida de un hombre pierde el centro de su existencia.

Con respecto a mi salud, este año, como todos saben, ha tenido sus fallas grandes. Y aun así, agradezco a Dios que me permite estar hablándoles a ustedes en este fin de año.

Ayer, hablando con los amigos Roger Patiño y Librado Montenegro, les decía que si Dios me lo permite escribiré un ensayo sobre cómo ve la vida un hombre que se aproxima a los ochenta años de edad.

Siempre me he considerado un hombre amante de la vida; y por eso amo sus cualidades principales: la salud, la inteligencia, el amor y las emociones intransferibles del espíritu y del honor. La inquietud que siempre he mantenido por penetrar –lo impenetrable- que es Dios.

Cada día me convenzo más de nuestra propia pequeñez. Se imaginan, que somos menos, mucho menos, que un grano de arena en un inmenso arenal. Y que aún la Tierra, nuestro planeta, es nada frente a los cientos de miles de millones de astros que pueblan el cielo, muchos de ellos más grandes que la Tierra.

Finalmente, pues, no somos nada.

Pero, un momento, situándonos en el pequeño espacio que nos toca vivir; el Hombre, muchos hombres se han agigantado y han realizado una obra descomunal.

Por eso, la gran paradoja: el hombre, infinitamente pequeño en el universo, ha creado obras inmensas dentro de su vida. Pensemos en Jesús, Lincoln, Einstein, Edison, Galileo, Bill Gates y en todos los líderes que han alejado grandemente al hombre de la bestia.

A esos grandes hombres tenemos que reverenciarlos, y rogar que cada día haya más como ellos.

Siento que los canso con estas viejas creencias. Hoy solamente he venido a desearles a todos ustedes muchas felicidades; y que el Nuevo Año nos traiga a un hombre aún mejor, para que la raza humana pueda darle las gracias a Dios por tantas bendiciones.

Eso, es lo que me ha traído hoy aquí. Con un fuerte abrazo cordial, desearles que el Nuevo Año los colme de felicidades.

<>Artículo publicado el  8  de enero de 2011  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

En el hospital

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La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez 

Pasé diez días en el Hospital Regional de Chiriquí. Desde varias semanas antes venía sufriendo de un cansancio que no me permitía respirar a pleno pulmón. Y fui a visitar al cardiólogo, doctor Jorge Velarde. Me tomó un electrocardiograma, y con la flema inglesa que lo caracteriza, me dijo lacónicamente: “ Hospitalización inmediata… Bloqueo completo”.

 

Fui a mi casa, llamé al sobrino Gustavo Gómez; y unas horas después estaba en el Hospital Regional. Allá me esperaba el Dr. Batista; me alojaron cómodamente en uno de los salones del piso de urgencia; dormí bien- Y al día siguiente me vio el competente cirujano cardiovascular, Doctor Adames, quien me colocaría un marcapaso el jueves.

Y efectivamente, el excelente cirujano, Dr. Adames, asistido por la doctora Larisa Beitia y el Dr. Thompson, que se ocupó de la anestesia, terminaron su trabajo con gran capacidad profesional.

Estuve diez días en el Hospital, como ya dije, y sería injusto no expresar mi gratitud a tantos otros profesionales que estuvieron junto a mí en esos momentos; por ahí pasaron frecuentemente, la doctora Hilda Josefa Gómez, el Dr. Franklin Anguizola, doctor Lezcano, doctor Dutary, doctor Estrada, doctor Cuestas Gómez, doctor Williams…

Y no quiero dejar de mencionar tampoco a las muchas personas que se hicieron presente, casi inmediatamente:   Mi hija Naty Gómez, a la querida amiga Donna Fisher, que estuvo allá desde el principio, y se encargó de dirigir el programa radial, Lucho Henríquez, (mi asistente) mi hermano Julio Gómez y su esposa,  Alcira, sus hijos; mi cuñada Catalina viuda de Gómez; y los que no podían faltar: mis amigos del Café; Milciades, Coco, Héctor, Alberto Sittón, Beby y Omar Chávez, Camilo Reigosa, Librado… (No saben cuánto sentiría no mencionar a algunos de mis amigos) Hubo momentos en que aquello parecía un mitin…

Yo les decía a las enfermeras, que estaban siempre atentas a servir, que había descubierto algo muy importante en esta temporada con ellas, que si podía poner un letrero luminoso en el salón, sería; “ Hasta aquí llegó el orgullo”- Francamente, en el hospital estamos sin independencia, obligados a obedecer, las reglas del Hospital. Quiero hacerles llegar a: Ana, Lizbeth, Noylinc, Omaira, Jéssica,Erica, Silvia,Mireya, Francisca, Aracelly, Alina, Lucila, Eida, Yarleny, Kaira,Dayana, a todas mis amigas, mi saludo más sincero y respetuoso…

Y a los lectores de esta columna, igualmente pido perdón por la digresión tan larga, sobre un tema que se sale de lo habitual. Espero seguir publicando artículos de los que les gusta… Hasta pronto.

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<>Artículo publicado el  25  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Ser periodista

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La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez  

Hace unos diez años fui invitado a dictar una conferencia sobre ética periodística en la Universidad de Chiriquí.   Y allá me di cuenta de que había una sentida rivalidad contra los periodistas no graduados en una universidad; se nos trataba casi despectivamente como “empíricos”. Por eso empecé diciéndoles, que el término empírico no tenía sentido cuando se lo atribuían a muchos periodistas panameños.
Que tal vez podrían calificar así a Gil Blas Tejeira, que fue un magnífico estudioso del idioma español, sin asistir a una universidad; o al valiente y brillante Guillermo Sánchez Borbón, que tampoco hizo estudios universitarios. Pero cuidado con llamar empíricos a Harmodio Arias, José Isaac Fábrega, Mario J. de Obaldía, Eduardo Ritter Aislán, Carlos Iván Zúñiga, Mario Augusto Rodríguez, Ramón H. Jurado, y a muchos otros que, aunque no fueron graduados de periodismo en universidad alguna, sí tuvieron estudios universitarios en otras disciplinas; y hasta fueron profesores universitarios algunos de ellos.   Y todos fueron grandes periodistas.

Me perdonan que les hable del caso mío. Yo tampoco soy un periodista empírico. Yo cursé, casi hasta el final, la carrera para profesor de español; y no la terminé porque en el último año me nombraron para desenvolverme en un cargo diplomático en Argentina; y no terminé mis estudios para profesor.   Y algo más, en mis tiempos de universitario no existía la carrera periodística;   y yo, que lo confieso, nací para periodista, estudié para profesor de español con la esperanza de que algún día lo sería. Los estudios del idioma, su literatura y su gramática, me sirvieron más tarde grandemente como periodista. Creo que uno de los requisitos más importantes que se le deben exigir a un profesional del periodismo, es que sepa hablar y escribir bien; y esto, sea graduado o no como periodista en una universidad.

Pasé diez años en el servicio diplomático; y algunos recordarán que desde Argentina, España, Brasil, Suiza y Hong Kong, mantuve siempre una frecuente relación con los periódicos panameños. Y ahora, acabo de cumplir 40 años como periodista radial en Chiriquí.

Estoy convencido de que a un periodista no lo hace la universidad, por más prestigiosa que ésta sea. El periodista se hace trabajando el periodismo. No quiero desmerecer los estudios de periodismo que se realizan en una universidad, pero quiero enfatizar que es en la práctica donde se hacen los periodistas…

Sobre esto y muchas otras cosas hablé a los estudiantes de periodismo de la Universidad de Chiriquí, hace un buen rato.

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<>Artículo publicado el  11  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

El sentido común

La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez 

Y la conversación se fue por los caminos del más famoso personaje que ha conocido el mundo de la literatura, Don Quijote de la Mancha. Don Quijote es el personaje que simboliza al idealista, al que lucha por el imperio de la verdad y la justicia, por la libertad, el honor y la vergüenza, sin interés personal alguno.   El que dedica su vida por una causa, y está dispuesto a morir por ella. Y al lado del idealista, el personaje que simboliza al hombre práctico, al que ve las cosas claras y evidentes, al que le sobra sentido común, Sancho Panza.

 

Todos conocen el argumento. En un lugar de La Mancha, en Castilla, vivía un buen señor muy aficionado a leer libros de caballería;   y a causa de ello se volvió loco; y le dio por el despropósito de salir en busca de aventuras, y «desfacer entuertos», proteger viudas y realizar, en fin, todas aquellas obras que realizaron los héroes de sus viejos libros de caballería, Y un buen día dejó la vida cómoda de su casa y tomó la penosa, y a veces peligrosa vida de los caballeros andantes que él quería imitar. Y montado en el viejo y flaco caballo Rocinante, sale con su escudero, Sancho, a la gran aventura de su vida.

Don Quijote, el idealista, fue «El eterno y esencial derrotado»- como dijo Ortega y Gasset. Era el vencido, apaleado y golpeado, por los mismos que trató de ayudar, que regresaba a su casa a morir. Dicen que unos días antes de morir, en Santa Marta- Colombia, Bolívar exclamó, que en el mundo habían existido tres grandes locos: «Don Quijote, Cristo y yo».

Pero volvamos al café.  Mis amigos me pedían que habláramos en «cristiano». Y entonces hablamos de la falta de sentido común de algunas familias, en todas partes del mundo que, al desaparecer el padre, no supieron distribuir ni administrar la herencia equitativamente, y se pelearon entre ellos, llenaron los bolsillos de los abogados aprovechados y murieron lindando con la miseria.

Y también hablamos de política. El sentido común dice que, cuando se está en el poder se tienen muchos amigos; y que cuando se pierde, los amigos desaparecen.  ¿Quién tiene el poder hoy?   El Presidente Martinelli; y todos quieren estar a su lado; su partido, Cambio Democrático, se ha multiplicado. Pero no seguirá siendo lo poderoso que es hoy, cuando deje el poder.   Cuando esto ocurra, entonces su gente se disparará en busca de uno más poderoso que él.   Ya el se adelantó: » Tengo pocos amigos, y muchos manzanillos». Lo mismo le ocurrió al Presidente Endara. En el poder, formó el Partido Arnulfista en un par de días. Y cuando quiso hacer su propio partido, fuera del poder, demoró casi cuatro años… Ojalá mi hija, Naty Gómez, que vive en la capital, lea este artículo, que de cierto modo lo inspiró, al pedirme en días pasados que le hablara de la obra inmortal de Cervantes…

<>Artículo publicado el  4  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Saber renunciar

 

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La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez 

“Si obligas a correr a una tortuga tan de prisa como un caballo de carrera, la matarás”.

No me gusta generalizar, pero me parece que antes los políticos sabían cuándo renunciar a un cargo público mejor que lo hacen ahora.   Lo digo, porque veo que con frecuencia el Presidente enrostra públicamente a sus ministros y subalternos con faltas de su conducta como funcionarios, por incompetencia o deshonestidad; y ellos, como si nada, se quedan en el cargo con la cara más lavada del mundo, como dicen los brasileños.   No saben renunciar.

En cambio, en el pasado hubo muchos casos en que una leve censura a su conducta, bastaba para que el Presidente se quedara sin ministro o funcionario. Nadie los obligaba, pero ellos tenían tan alto sentido de la dignidad que no les permitía continuar en el cargo.

Estoy pensando en un hecho público que trajo grandes repercusiones en la vida política del país Voy a recordarlo, apelando solamente a la memoria, porque no conservo documentos del hecho trascendental.

Veamos. El Dr. Daniel Chanis, a la muerte del presidente Domingo Díaz Arosemena, ocupaba como Primer Vicepresidente la presidencia de la República.   Y, después de muchas demostraciones de prepotencia, destituyó al comandante de la policía nacional, coronel José Antonio Remón Cantera; pero Remón no aceptó la destitución, y se fue contra el Dr. Chanis y lo derrocó. En esa situación, el señor Roberto F. Chiari, como Segundo Vicepresidente, ocupó la presidencia de la República.

Como correspondía al presidente Chiari, nombró a sus ministros e integró su gabinete con prestigiosas figuras del mundo político. A los señores Samuel Lewis lo nombró ministro de Relaciones Exteriores y a José Isaac Fábrega, ministro de Educación. Pero el país se sorprendió, cuando apareció una carta pública, firmada por los dos señores mencionados, en la que le decían al presidente Chiari, que solamente aceptarían ocupar sus cargos si destituía al Comandante Remón… Ante la situación surgida con la renuncia de los señores Lewis y Fábrega, el presidente Chiari solicitó de la Corte Suprema de Justicia que le dijeran cuál era su situación constitucional, y como la Corte contestó que el presidente constitucional era el Dr. Chanis, Chiari se fue para su casa, dejando el cargo en acefalía.

Entonces, el coronel Remón tomó la decisión, desesperada, de llamar al Dr. Arnulfo Arias y entregarle la presidencia, diciéndole que él había sido el verdadero elegido por el pueblo panameño, pero esa es otra historia….

En esta ocasión, quise llamar la atención de la actitud tan correcta y patriótica de los señores Lewis, Fábrega y Chiari. Y pregunto, ¿en nuestro tiempo tenemos políticos que como ellos, sabrían renunciar con tanta dignidad a un cargo? Es lo que quiero saber.

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<>Artículo publicado el  27  de noviembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/gomez-juan-b/

Ser de la oposición

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La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez 

Decía hace poco el periodista Alvaro Alvarado, que por hacer ciertas críticas al gobierno del presidente Martinelli, se le considera su enemigo; y que ha recibido amenazas hasta de muerte por ese motivo.

Desde varios meses antes de ganar las elecciones, yo le advertí al candidato Martinelli que no continuara en la práctica del gobierno anterior, de hacer más concesiones para la construcción de hidroeléctricas en Chiriquí, porque eso iba a destruir nuestros ríos, con grandes perjuicios para todos nosotros… Lo mismo le advertía sobre explotación de minas de oro y de cualquier otro metal, porque eso iría igualmente contra nuestra naturaleza.

El presidente no hizo caso a nuestras advertencias; y ha estimulado la construcción de hidroeléctricas y la explotación de minas, no solamente en nuestra provincia sino en otras partes más de la república.

Por estas advertencias, ya algunos señores del gobierno me han señalado como de la oposición. Ellos consideran que, si se es del gobierno, debe silenciarse toda voz de oposición a lo que éste haga; y yo considero que dedicarse a aplaudir todas las acciones del gobierno, para que no se nos considere de la oposición, es observar una fidelidad canina, que no he tenido nunca.

Por respeto a mí mismo, yo no podría formar filas con los opositores del PRD. Y si se diera la situación de que, en el futuro volvieran a ser candidatos, el mismo presidente Martinelli y la candidata señora Balbina Herrera, volvería a votar por Martinelli; o no votaría por ninguno de los dos…

Creo que mi situación política es bastante clara. Se acostumbra ver las cosas, no como ellas son, sino como somos nosotros. Por eso, el filósofo español Miguel de Unamuno, no quería que se le encasillara en ninguna doctrina religiosa. “…buscan poder encasillarme y meterme en uno de los cuadriculados en que colocan a los espíritus diciendo: es luterano, es calvinista, es católico, es ateo, es racionalista, es místico, o cualquier otro de estos motes, cuyo sentido claro desconocen, pero les dispensa de pensar más. Y yo no quiero dejarme encasillar, porque yo, Miguel de Unamuno, como cualquier otro hombre que aspire a conciencia plena, soy especie única…”

Recordé que, cuando muchacho, publiqué algunos artículos a favor del laicismo en la educación nacional, y a un sacerdote que no estaba de acuerdo conmigo se le ocurrió decir que yo era comunista y ateo. Yo me reí de la ignorancia del sacerdote y le recomendé que leyera a Unamuno…

Volviendo al señor Martinelli, no es que somos de la oposición, sino que queremos que usted y su gobierno rectifiquen las cosas que han hecho mal y que le podrían traer grandes problemas a la patria y a su mismo gobierno….

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<>Artículo publicado el  20  de noviembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/gomez-juan-b/

Temas patrióticos

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La opinión del Periodista…

Juan B. Gómez 

Se discutía en el café, si lo ocurrido en Panamá el 3 de noviembre de 1903, había sido Separación o Independencia.  Y yo volví sobre el viejo punto de vista: fue Independencia.   En verdad que a mí esto me parece una cosa francamente elemental.

Panamá, al independizarse de España, en 1821, se unió voluntariamente a Colombia; pero Colombia no interpretó nunca que nos habíamos unido a ellos, como un país independiente, que se une a otro para formar con él un gran país, siguiendo la idea romántica de Bolívar y su Gran País Americano. No, Colombia interpretó y mantuvo durante los 82 años que estuvimos unidos a ellos, que Panamá “pertenecía” a Colombia; y nos consideraron siempre como una provincia de ellos.

Así las cosas, el 3 de noviembre de 1903, nos independizamos de Colombia, y después de esa fecha no dependimos más de su gobierno; no olviden que era en ese país que se tomaban todas las medidas de gobierno del nuestro; se hacía todo como si fueran nuestros dueños.   Así de sencilla fue la cosa. Pero si quieren comprobarlo semánticamente, busquen en el Diccionario de la Academia Española el significado de los dos términos:  Independencia o Separación.   Es cosa elemental, repito.

Y en cuanto a que, si el 28 de noviembre de 1821 fue más importante que el 3 de noviembre de 1903, las dos son fechas de superlativa importancia en el calendario histórico de nuestro país.   Ninguna de las dos es más importante que la otra… No sé por qué han convertido esto en un enconado tema patriótico…

Cuarenta años después.

Se los digo rápidamente: el 9 de noviembre cumplí 40 años de trabajar en la radio chiricana.

Casi se lo atribuyo al destino. En noviembre de 1970, estaba preparando viaje a los Estados Unidos, con la esperanza de trabajar en ese país en algún periódico de habla hispana, en lo que me había desenvuelto como periodista aficionado. Y había contactado a mi viejo amigo de infancia, Diógenes Sagel, que vivía allá con su familia, desterrado por la dictadura desde hacía varios años. Y él me había dicho, que debía viajar a Estados Unidos a gestionar personalmente lo de trabajar en un periódico, que mientras obtuviera el trabajo podría vivir en su casa, sin costo alguno.

Y en un viaje a la capital, me encontré en el aeropuerto con el viejo amigo Francisco Moncada Luna, Tío Pancho, quien me dijo que si quería ensayar el periodismo radial, me ofrecía su emisora, Radio David, gratuitamente. El ofrecimiento del amigo me dejó pensando. Y el 9 de noviembre de 1970 empecé el Radioperiódico Impacto, que ya existía con ese nombre en la emisora. Cosas del destino, repito.

De eso se cumplieron 40 años, nada más. ¿Qué les parece? Lo dijo Pío Baroja.

El gran novelista español, empieza sus memorias, “Desde la última vuelta del camino”, diciendo: “Yo no tengo la costumbre de mentir. Si alguna vez he mentido, cosa que no recuerdo, había sido por salir de un mal paso. No por pura decoración. Los hechos de la vida están casi siempre tan conectados el uno con el otro, que el mentir para darse tono me parece una estupidez sin objeto”.

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<>Artículo publicado el  18  de noviembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/gomez-juan-b/