La opinión de…..
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Continúa en el mundo la necesidad de catalogar a los seres humanos por medio de raza. Reciente y notable ejemplo de esto fue la pregunta hecha por el censo de Estados Unidos de Norteamérica sobre raza a Barack Obama, a la cual él respondió marcando el cuadro que correspondía a negro o a afroamericano.
El deseo de separar en diferentes cuadros a los seres humanos por medio del concepto raza tiene una historia en tiempo no muy larga pero muy profunda en sufrimiento.
Mucho antes de que surgiera el concepto de raza, los seres humanos encontraron razones para separar y esclavizar a otros humanos basándose en resultados de guerras, diferencias de lenguaje, cultura o religión.
En la Grecia antigua o en Roma, el color de la piel o fisonomía no impedía a una persona gozar de todos los privilegios ciudadanos. Bárbaros y diferentes eran considerados los integrantes de las tribus germánicas que vivían del otro lado del Rin.
La idea de que en la naturaleza existieran grupos humanos caracterizados por diferencias biológicas heredadas probablemente se origina en el siglo XVIII con los trabajos taxonómicos de Linneo y de Blumenbach. De estos famosos científicos surgió la división de Homo sapiens en grupos llamados Africanus negreus, Americanus rubescens, Asiaticus fuscus y Europeanus albescens. Basándose en esta división, otros fomentaron la idea de que la herencia de nuestros ancestros, el color de la piel y otras características de la forma humana determinaban diferentes grupos raciales los cuales tenían diferentes orígenes, capacidades intelectuales, morales y espirituales.
Darwin, igual que el antiguo testamento, propuso un origen común de los seres humanos, pero intereses económicos, políticos, prejuicios y la mala ciencia dieron base e impulsaron el desarrollo de conceptos malignos de raza, apoyados por la teoría de eugenesia. El concepto de raza en su forma más virulenta justificó la esclavitud de negros en América y el exterminio de gitanos y judíos en el siglo XX.
La estaca que acabó con la justificación científica del concepto de razas fue el desarrollo de la genómica a finales del siglo XX. Una y otra vez se ha comprobado la fantástica similitud entre los genes de diferentes seres humanos y la mezcla que ha ocurrido por más de 100 mil años durante la diáspora de la humanidad desde África hacia todos los continentes. Una muestra de esta mezcla ha sido el hallazgo de que muchos hombres ingleses llevan en su línea paterna los genes de los invasores del norte que tomaron la isla hace más de mil años, pero sus mujeres retienen sus genes ancestrales celtas. Algo similar a esto se ha comprobado con poblaciones en la India y en otros lugares.
En nuestro país y en otros países latinoamericanos los hombres, no importa su fisonomía o color de piel, poseen en su mayoría genes paternos indoeuropeos que evolucionaron de genes de Asia central y estos a su vez de genes africanos, mientras que la mayoría de nuestras mujeres poseen genes amerindios que provienen de genes de Asia central y estos de genes africanos. Esto es otra confirmación más de la gran mezcla de genes en la humanidad, lo cual no es compatible con el concepto biológico de razas puras y demuestra la imposibilidad de identificar precisamente en el humano razas por medio de características físicas.
No obstante que en la naturaleza el concepto de raza humana no tenga una base científica, el concepto de raza sí tiene una base real en la sociedad. Raza es parte de una noción social que sobrevive debido a su aceptación colectiva, a acuerdos entre grupos o debido a su imposición y definición por un grupo dominante.
El concepto de raza afecta diariamente percepciones en nuestras vidas de manera significativa y probablemente es por eso que sobrevive. El mundo que vemos a través del lente de la raza no solo nos hace ver color y forma sino también nos hace ver estatus social, nivel cultural, capacidad económica, excluye o incluye o le da o quita poderes a personas.
En las últimas décadas el concepto de grupo étnico ha surgido como una alternativa al concepto de raza. Su definición es variable y puede depender de similitudes físicas, lingüísticas, religiosas, circunstancias históricas, orígenes geográficos, o de intereses políticos o económicos comunes. Algunas de estas divisiones étnicas se han asociado a hechos de violencia extrema como los conflictos entre hutus y tutsis. Otras han servido como forma de resistencia al colonialismo, a la defensa de los intereses de inmigrantes o la formación de una identidad nacional. Igual que las definiciones raciales del pasado, definiciones étnicas basadas en homogeneidad cultural como la que se pretende que existe entre los afroamericanos, los hispanoamericanos o los amerindios, sin reconocer sus diversidades, pueden crear estereotipos que al final degradan la imagen y el valor de estos grupos y personas.
En la corta historia del Homo sapiens han ocurrido cambios en su fisonomía y en el color de su piel por mutaciones, presiones del medio ambiente y selección natural, pero con sus incesantes migraciones por el mundo, su dotación genética se han vuelto a mezclar una y otra vez impidiendo la formación de una nueva raza genéticamente diferente.
Es improbable que los actuales conceptos de raza desaparezcan en el futuro cercano debido a que están integrados en las mentes de las personas y en la estructura de la sociedad. Lo que pudiera ser probable por medio del diálogo y la información sería un cambio de paradigma en las futuras generaciones donde el concepto de raza cambie y se llegue a aceptar y a entender que solo hay una raza, la raza humana.
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Este artículo se publicó el 9 de abril de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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