¿Por qué informar sobre temas psicológicos?

La opinión de la Magister en Psicología Jurídica y Forense…

Lesbia I. González R.

¿Por qué es necesario informar sobre temas de psicología desde cualquier escenario en que nos sea posible hacerlo?,   precisamente para poder llegar a la población que tal vez no pueda o no tenga acceso a otros medios para conocer saber, educarse y de paso seguramente al conocer algo del tema se motivaran a investigar más.
Se preguntarán porqué escribo sobre esto, resulta que en una conversación con una colega y algunas otras personas, que han visto u oído que ya por varios años realizo intervenciones en medios de comunicación y en programas en particular de corte popular y de todo público, me hicieron notar que algunos de estos programas parecen “frívolos y muy populistas”.

Cuando empecé a ir a la televisión, programas radiales y escribir en la prensa, lo hice consciente de que es importante comunicar información válida, científica y que ayude al oyente, lector o televidente en mi caso sobre materia psicológica.   Consideré que si la persona veía televisión, oía la radio y/o leía periódicos podía de paso acercarse a la información como manejo de la ira, fobias, temores, entender la depresión u otros trastornos; conocer sobre el abuso sexual, la violencia doméstica, los síntomas, los signos para identificar problemas e incluso desde la perspectiva más positiva aprender a ser más exitoso, feliz o lograr metas si lograba oír, ver o leer información de cómo hacerlo; aun cuando no lo estuviera buscando o deseando ya que puede incluso no estar familiarizado con los temas.

Debo confesar que me sentí muy incómoda cuando me dijeron que si voy a esos “shows” me tratarían como a ellos e incluso mi ética y mi nombre estarán en “entredicho”.  Estoy en total desacuerdo con semejante premisa, el buen nombre de una persona y de un profesional está en su capacidad y para mí en su amor a lo que hace y una forma de demostrarlo es dar información lo más científica y digna que sea posible en los escenarios que se presenten, pues uno nunca sabe que beneficios hará en el ser humano que ve, oye o lee del tema, sea quien sea él, del sector de población que sea, mejor si es de los grupos que no tienen acceden a otras fuentes ya sea por desconocimiento o porque simplemente no les ha atraído.

Es más considero egoísta no entregar nuestro saber como una forma de devolver a la sociedad la fortuna que tenemos de haber estudiado y contarnos dentro de la población que cuenta con una profesión, considero que es una labor social que cada ser humano debe hacer por su comunidad, población o país.

Yo amo la psicología y en ella he encontrado grandes respuestas, grandes interrogantes que me han llevado a investigar más y aprender más acerca del comportamiento humano y quiero compartirla con todos los que la requieran.

Sé que tal vez fue buena intención o de buena fe sus comentarios y se lo agradezco, pero iré a cuanta entrevista me hagan y seguiré escribiendo mi buen nombre, estará resguardado por el amor que pongo en hacer el bien de entregar el poco conocimiento que poseo a los demás, especialmente a los que lo necesitan y tal no lo sepan aun o no hayan sido entrenado para ello; se también que cada psicólogo de este país a su modo y donde trabaja lo hace bien y con buenas intenciones, de mi parte llevando al lado el ego que siempre nos acompaña, (negarlo sería inapropiado) en mis presentaciones llevaré también luz, conocimiento, ideas y consejos, que modestamente serán un reflejo del amor al prójimo.

<>Artículo publicado el 11 de septiembre de 2010 en el diario El Panamá América a quienes damos,   lo mismo que al autor,   todo el crédito que les corresponde.

Educación: Información sin formación

La opinión de la Psicóloga forense / Docente universitaria / Hipnoterapeuta…..

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LESBIA GONZALEZ R.

Me disculpo por no recordar la Revista de Vinos, ni el autor, en la cual leí un artículo de un psiquiatra español que dijo: “La educación está llena de información sin formación”. Me asombró lo parecidas que eran sus ideas con las mías en relación a la educación y más allá de ello, reforzó mi concepto de que todos podemos crear, no importa de qué país somos o cuántos títulos universitarios tenemos.

La educación debe lograr en nosotros la capacidad de crear y de creer en nosotros mismos, informar; sin embargo, la educación nuestra se centra en darnos información, la cual es tan simple de encontrar, está en todas partes, la tecnología permite accederla en cualquier lugar a cualquier hora.

La formación es otra cosa, es continua, lenta, serena, requiere valor, amor a enseñar, amor a aprender, requiere coraje, la formación es única, porque cada humano es único, con características que compartimos, pero con una individualidad que, hasta ahora con toda nuestra ciencia, no hemos entendido y es por eso que seguimos pseudo educando y no educando; más bien formando.

La educación tradicional se ha centrado en informarnos (datos, teorías, fórmulas, etc.), luego nos examinan con distintas técnicas evaluativas, que se han dedicado a verificar la cantidad de información que hemos retenido. Una vez que verifican, enseguida clasifican, en orden de números obtenidos, quien se suponen obtiene mayor nivel en la escala es mejor alumno, quien está en el medio es el alumno “ promedio ” (que sigue siendo malo, para el sistema). Finalmente, están los de bajo el nivel, a quienes les llamamos fracasados y hasta allí es el sistema.

Agregaremos, además, que dentro de la exposición de dichos datos, teorías, etc., la docencia se dirige a incitar en los discentes, en sus cerebros, las bases de la adquisición de conocimientos, como son solo la memoria y comprensión.

Después de estas bases hay mucho, mucho más, que muchas veces apenas es tocado o nunca lo es. Para colmo la información que se imparte es tratada con tal reverencia, como si los tiempos no fuesen a cambiar, con su carga inexorable de nuevos pensamientos, ideas, creatividad y distintas formas de hacer las cosas.

Si la educación con formación fuera un hecho, la docencia traspasaría las bases de la memoria y la comprensión, y se adentrara en el fascinante mundo del análisis, la abstracción de datos, la creación y hasta la capacidad de ser original. Estaría plagada de opciones, pues, en el mundo existen diversas versiones de un mismo hecho; lograríamos tener la capacidad de decisión en base a las diversas formas de hacer algo o las diversas maneras de pensar en relación a un tema específico.

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Este artículo se publicó el 26 de mayo de 2010 en el diario La Estrella de Panamá, a quien damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.