Crisis en los servicios públicos

Crisis en los servicios públicos

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David Robles – Traductor Público Autorizado
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En los últimos años hemos experimentado un auge económico favorable en nuestro país, calculado en una tasa de crecimiento de 9.2% del PIB en 2008 y, consecuentemente, en esa misma proporción presentamos un incremento significativo en los aportes al Tesoro Nacional y al Estado panameño. Esta inyección monetaria al Estado debería traducirse en una mejor asistencia a los servicios públicos que le corresponde al Gobierno su gestión (planificación, administración y ejecución) o regulación y, por ende, en un mejor servicio que el suministrado anteriormente cuando el crecimiento era menor y se contaba con menos recursos. Sin embargo, y sorprendentemente, a pesar de este hecho de bienestar económico tan vitoreado por el Gobierno, está sucediendo todo lo contrario.

La cruda y dolorosa realidad es otra; actualmente estamos pasando por uno de los momentos más críticos en estos servicios, como lo son el de seguridad (incontrolable ola de robos, homicidios y secuestros), la salud (envenenamiento masivo con dietilenglicol), el transporte (horas en un servicio de transporte inseguro y deteriorado), la educación (mala administración por parte del Gobierno en el mantenimiento de las instalaciones escolares) y la gestión de la basura (problemas con la recolección y disposición de la basura). La pregunta que nos hacemos la mayoría de los panameños es: ¿por qué si estamos viviendo una bonanza en el país, hemos llegado hasta el punto en que no uno, o dos, sino la mayoría de los servicios públicos se encuentran en un deterioro sin precedentes y crisis en la historia de nuestro país? Cuando se nos decía, insistentemente, en las promesas de campaña pasada que “sí se podía”, ahora resultó que no se pudo.

Considero que esto se debe a una de dos razones. Por una mala administración del partido gobernante o porque, simplemente, no existía el interés en resolverlos y se prefirió destinar esos recursos económicos a obras que no eran las más apremiantes para el país. ¿Será que estas obras menos apremiantes y que no figuraban dentro de las necesidades de la mayoría de la población, les representaban mayores beneficios particulares?

Ahora lo que nos dice el partido PRD a través de su actual candidata, la ingeniera Balbina Herrera, es que ella “de corazón” sí sabe cómo resolver estos problemas, como bien lo ha expresado locuazmente en las entrevistas y debates; lo que no entiendo es cómo ella siendo uno de los pilares del PRD, no pudo influir en las decisiones del actual gobierno para arreglar los mismos.

Pareciera que nos quieren vender la idea de que el único responsable de todos los desatinos de este gobierno es el mandatario Martín Torrijos, tesis que no comparto, porque un gobierno no lo lleva sólo el presidente, lo lleva el presidente junto con su gabinete, el Legislativo y su partido, en este caso los del PRD.

Lo cierto es que este gobierno no pudo solucionar los problemas del país, ni con las mejores condiciones económicas y financieras, ni con las brillantes ideas de la ingeniera Balbina Herrera, que dicho sea de paso ha formado parte de la dirigencia del partido y del actual gobierno. La lógica y el sentido común me indican que si en el tiempo de las “vacas gordas” no se pudo, ahora que estamos en el tiempo de las “vacas flacas” producto de la crisis económica mundial, mucho menos se va a poder.

Publicado el 13  de abril de 2009 en el diario La Prensa