Con el libro no se meta, Alcalde

La opinión de la Jurista…

Priscilla Delgado

Panamá por años ha sido catalogado como el país donde no se lee; se han esgrimido toda clase de razones para justificarlo y una de las más poderosas es que el libro aquí es muy costoso.   Reconociendo que el libro es costoso en todas partes del mundo por las diferentes alzas en las cadenas que tienen que ver con este elemento cultural, es imperativo que se conozcan las razones de por qué no se puede gravar con un nuevo impuesto.

Panamá cuenta apenas con una docena de librerías y como mucho cinco editoriales nacionales que hacen grandes esfuerzos por editar sus obras y luego venderlas en un mercado local en el que la población lectora es inferior al 10%, debido a que aún, y pese a todos los esfuerzos colectivos que se han desarrollado en el sector privado, como las ferias del libro, no se ha podido llevar la lectura a la gran población y sigue siendo el privilegio de unos pocos.

Ahora bien, si nos vamos a argumentos rígidos que sustentan el no a un aumento a la tasa que se paga en todos los comercios y que no exime a las librerías, tendría que decir que Panamá es signatario del acuerdo de Florencia de 1950 y ratificado en 1976 por el protocolo de Nairobi, en el que se dice textual y literalmente que Los estados contratantes se comprometen a no imponer gravámenes a la importación y venta de libros, favorecer el conocimiento y facilitar la libre circulación de las ideas por medio de las palabras” Con este compromiso, esta ley viola lo firmado por nuestro país.

Pero además y para tal efecto la Cámara Panameña del Libro hace buen rato lleva adelante el proyecto de ley del libro que persigue eliminar todo tipo de trabas, tanto arancelarias como para-arancelarias, y establecer estímulos tributarios a fin de que este pequeño sector crezca y se fortalezca, tal como debe ser y es en la mayoría de países.

No puede ser que se miren todos los sectores involucrados en esta ley que aumenta el gravamen a los comercios sin mirar cada uno por separado y las implicaciones que tienen los diferentes gravámenes en la economía.

El Alcalde debería hacer excepciones con reglas muy claras y de una vez por todas dejar de manifiesto la eliminación del impuesto existente, toda vez que casi todas las empresas dedicadas a la venta de libros lo tienen que hacer a crédito, con un ingreso que no corresponde al real, debido a que al libro se le otorga crédito de meses y a en el caso del placismo (venta de libros de gran formato) hasta años. Con este nuevo impuesto, sin la menor duda, el pequeño sector del libro tendrá que cerrar muchas de sus puertas porque significa que no podrán continuar operando.

Por las razones arriba expuestas y porque la ganancia en el caso de que se vendiera al contado, tal vez es uno de los márgenes de ganancia más estrechos del mercado, en donde la utilidad de un libro no supera jamás el 30%.

Si queremos una población más inteligente, más productiva, más sensata y que tenga la opción a través de la lectura de focalizar mejor sus ideas y de tomar mejores decisiones, créame, Alcalde, el libro es un instrumento valioso y me parece que usted es un fiel creyente de esta teoría.

Dicho esto, le solicito respetuosamente, que no toque al libro, objeto consagrado por la Unesco como bien inmaterial de la humanidad.

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Este artículo se publicó el 27  de enero de 2011   en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

Los informes del teletón

La opinión de la Jurista…

Priscilla Delgado

Desde hace 25 años se celebra, con éxito, el teletón que lleva a cabo el prestigioso Club 20–30, cuyo propósito es canalizar la ayuda obtenida para sitios y personas vulnerables y, de hecho, esto se ha logrado. Han podido ayudar a un número importante de hospitales y niños con discapacidad, entre otros.

Panamá, a diferencia del resto de los países en donde también se lleva a cabo un teletón, tiene la variante de que siempre supera las metas con creces, y no hemos visto, salvo un año, que tuviéramos dificultades para llegar. Esto tiene dos lecturas, que los panameños somos generosos para las causas de los más necesitados y que las empresas creen en este proyecto y tienen destinada una cuota de dinero para esta actividad.

Igualmente, los empleados de las grandes empresas sacan de su bolsillo dinero para llegar a la meta, que este año superó los 5 millones de dólares, lo cual no es poca cosa, cuando se trata de un país de menos de 4 millones de personas.

En diciembre pasan cosas muy buenas y esta es una ellas, a pesar del agravante de las inundaciones que agobiaron al país y que nos deja un final de año lamentable. Esperamos que el teletón ayude de alguna manera a disminuir los dolores de aquellos que se quedaron sin hogar.

Pero este artículo no se trata de hacer un recuento de los distintos teletones, se trata de hacer un llamado a este club, porque somos muchos los ciudadanos que no conocemos la forma en que se invierte el dinero obtenido. Sabemos en qué, pero no tenemos detalles de ¿cuánto cuesta esta actividad? ¿Cuál es el costo de la producción?, ¿cuál es el monto de los gastos, debidamente establecidos por renglones?, ¿el aporte cómo se desglosa y quién vigila el cumplimiento de la donación?

El que nos digan que se equipará una sala de niños quemados a mí, en lo personal, no me dice mucho. Yo quiero saber quién hará el equipamiento, por cuánto, si es por contratación, y si le entregan el dinero al hospital. Yo quisiera saber el manejo completo de los dineros del teletón, porque al final es el pueblo el que “real a real” hace que el teletón llegue a la meta.

No hago esto con objeto ni de cuestionar al club ni menos de poner en duda la honradez y honorabilidad de los miembros, misma que se puso en evidencia las veces que el club de La Chorrera ha colaborado con las distintas ferias internacionales del libro, y puedo dar fe de la talla moral de una gran mayoría de miembros, pero sí recomiendo que se den cifras precisas y exactas y que los medios escritos donen una página en la que se vea esta rendición de cuentas, a fin de que todos los habitantes de este país conozcamos al detalle el producto de este gran trabajo.

Sobre todo, en momentos en que se cuestiona mucho la credibilidad de las distintas organizaciones no gubernamentales. Sería una lástima que este club fuera cuestionado por falta de información, tal como ha pasado con los carnavales.

Me atrevo a hacer este llamado de atención, porque son muchos los que, al igual que yo, nos hacemos la misma pregunta. Es cierto, se han hecho informes, pero no con la precisión de lo que estoy planteando, detalles, muchos detalles, porque es dinero del pueblo. Con esta sugerencia, y si tienen a bien recibirla, estoy segura de que lograremos un teletón con la misma transparencia por muchos años más, porque esta actividad ha sido determinante para solucionar las necesidades de los grupos más necesitados.

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<> Este artículo se publicó el 23 de diciembre  de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

Besos, los inolvidables besos

De la inspiración de la Abogada y escritora…

Priscilla  Delgado

Nuevos besos, con sabor a antigüedad, nuevo sabor de boca nueva pero con la seguridad de haberla tenido siempre, los besos que nos llegan al alma nos seducen el cuerpo y nos invitan a mas besos…de fresas, de vino blanco, tinto, rosado, kiwi, de dulces y chocolate, así son los besos.

Cuanta diferencia entre un beso y besar el alma, besar a través de la piel con la piel caminando sobre otra piel.

Los besos maduros como fruta al tiempo como si llamaran a la puerta para decirnos aquí  está   mis besos que llegaran a darte un espacio de ensueño construido entre el acorde de una guitarra y piano allá en la lejanía, en el medio del ensueño y el despertar un beso que no esperaba, que estaba por llegar y por fin lo hizo, con entrega con el clamor de “aquí están”.mis besos, besos y mas besos que son los que nos indican que el reloj no se detiene para besar, que el tiempo le da tregua a la entrega de los besos para no olvidar.

Esa sensación de besos tibios y ardorosos llenos de entregas y de pasión nueva. Ese descubrir el beso en otra boca que no esperábamos hoy , con la sorpresa de que los besos aventuran un descubrir distinto, todos los besos son distintos y pareciera que tuvieran nombres y apellidos  y sello propio.

Hay unos que nunca se olvidan y otros que nunca se repetirán, porque nunca se pusieron de acuerdo para que el contacto fuera permanente y fueron besos que se olvidaron para siempre, sin embargo hay otros que quedan clavados en las canciones en las noches de luna, en el alma y en la piel.

Hay besos, muchos besos….A algunos los olvidamos y otros serán difícil escapar de ellos porque se vuelven adictivos y nos marcan y nos drogan……Besos de poetas, besos de versos y de canciones, cuanto se ha construido en base a un beso…solo un beso….Ese que nunca nos dejo olvidar.

<> Reproducido de nota publicada el 3 de Noviembre de 2010 a las   20.00  horas por la autora, a quien damos todo el crédito que le corresponde.
Más artículos de la autora en: https://panaletras.wordpress.com/category/delgado-priscilla/

La noche

Reflexiones de la Abogada y Escritora…

Priscilla Delgado

De pronto anochece, la ciudad se va oscureciendo, las luces aumentan de tamaño. Las personas en los carros son otras, vestidas de oscuridad.   Nos preparamos para sentir la noche que nos arropa en su manto claroscuro. Noche para sentir, noche para presentir, noche, noche llena de secretos por descubrir, gente que quiera que la  descubran, otras quieren pasar inadvertidas, gente de todos los colores, algunas paradas en las esquinas esperando el mejor momento de la noche para arreglar su despertar.

Gente que escuchó mentiras al oído, que se dejo amar y le echo la culpa a la noche esa que encubre como si en el amanecer la memoria fuera sorda.

Gente que no miro bien con quien hablaba y  fue contando sus cuitas al primero de la barra, para después arrepentirse de haber abierto el corazón..

Gente que esta sola, y la noche es cómplice de esa soledad y ruegan que amanezca para ver la luz de otro día.   Porque la noche es solidaria  pero tambien cruel, es allí donde nos vienen de golpe los recuerdos y nos traiciona la memoria de lo que quisiéramos olvidar….

La noche nos empuja a pensar mas de la cuenta, a sentir mas de la cuenta, a vivir mas de la cuenta. Nos arrepentimos y aseguramos que todo cambiara y al día siguiente pedimos tregua para volver a cometer los mismos desaciertos empatando los pecados.

Noche que nos libera un poco de la carga pesada de un día feroz para compartirla con ojos amables que nos miran siempre bien, que nos quieren y nos reclaman mas noches para estar, noches para vivir, noches para sentir.

Gente que vivió de noche sin que le dieran la oportunidad de despertar porque la noche se los llevo en silencio y nunca mas vieron la madrugada.

Noche de madrugadas hermosas, en donde el sol va saliendo en el mar, como si nos regalara la vida en esa luna inmensa que nos dice que la noche se acabó y que hay que ver el día con todos los colores del arco iris, las calles con flores y las casas que queremos que sean hogares.

Ver envejecer a nuestros viejos y crecer a nuestros hijos.  Noches maravillosas, días maravillosos, pero la noche siempre nos trae algo especial… cada noche nos acostamos con un sentir nuevo y solo con estar atenta al sentir viene la noche con otro regalo.

Priscilla  Delgado. Noche del 1 de octubre de 2010.

<> Nota publicada el   02 de octubre de 2010 a las 15:07 en Facebook por la autora,  a quien damos todo el crédito, el mérito y la responsabilidad que le corresponde.

Uruguay en la Feria del Libro

La opinión de la Abogada  y  Escritora…

Priscilla Delgado

Era la primera vez que Uruguay fungía como invitado a una Feria del Libro.   Ser el país invitado significaba enseñar su cultura y toda la autoridad que tiene, habida cuenta de que ha logrado el nivel más bajo de analfabetismo de toda América Latina.

Hay que aplaudir a las autoridades que dijeron sí a esta invitación que lideró su embajador, Francisco Purificatti, quien junto a un equipo muy reducido de personas y con el apoyo incondicional de algunos uruguayos residentes en Panamá impulsó este proyecto cultural que se preparó con menos de un año de antelación.

Cabe resaltar la delegación cultural de ese país, compuesta por más de 30 personas entre pintores, autores, escultores y cineastas, la presentación de más de 750 títulos escritos, así como su muestra gastronómica que incluyó la cultura del mate, segmento muy vistoso y particular porque los tomadores de mate comparten la misma bombilla para beber la infusión, como una forma de fraternizar.

Aprendimos muchas cosas de Uruguay, por ejemplo que es un país que mantiene una cultura de paz, que cree en sus tradiciones y que considera que el libro es generador de cultura y de educación.

Que un país tan lejano sea un invitado de honor en una de nuestras ferias del libro (proyecto joven porque apenas celebró su sexta versión) debe tener una lectura positiva y de engrandecimiento para el pueblo panameño que participa en esta fiesta de las letras. En esta ocasión con un homenaje a Mario Benedetti, en donde niños panameños declamaron su poesía.

La presentación de Daniel Viglietti, poco conocido en Panamá, no obstante ser uno de los cantautores más importantes en la historia de América Latina y compañero de exilio de Benedetti, fue un evento que llenó el Teatro La Huaca a rebosar, en donde había gente de pie. Esto nos dice que queremos ver cosas buenas, escuchar buenas noticias, aprender de lo nuevo y que debemos reconocer que en nuestro pequeño país también suceden acontecimientos que aplaudir.

Los autores que nos visitaron, Rafael Courtoisie, Tomás de Mattos, Fernando Butazzoni, Olga Olivera, Pablo Vierci, Silvia Puentes de Oyenard, Ramón Sabella, fueron leídos, fueron entrevistados y a partir de ahora tenemos un acercamiento con la literatura uruguaya, reconociendo que para nosotros el Uruguay era poco conocido, salvo por el fútbol y por ser un país en donde convergen reuniones importantes por su clima de paz; pero que pocos sabían que tiene una cultura negra que celebra el Carnaval, en donde se baila el tango, además el candombe, reconocido como patrimonio inmaterial de la humanidad, pasando de una tradición afrouruguaya a ser hoy día parte de la identidad cultural del Uruguay.

Este baile fue ejecutado por los niños de la Escuela República del Uruguay de Colón, en el acto inaugural; ellos se lo apropiaron y lo imitaron como si hubiesen nacido dentro de esta cultura.

Otra puesta para el país, otro éxito para la Cámara Panameña del Libro, en esta ocasión liderada por Briseida Bloise y con el apoyo siempre incondicional de la Dra. Rosa María Britton. Una vez más siento que nuestros primeros esfuerzos, cuando nadie creía que estas ferias se podía realizar porque no eran importantes para los panameños, valieron la pena. Lo hicimos y dejamos la piel en el camino y hoy vemos con orgullo un proyecto hermoso, consolidado, querido y esperado por todos.

<>Artículo publicado el 8  de septiembre de 2010 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que a la  autora,  todo el crédito que les corresponde.

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Hay que poner en guardia al corazón.

La nota publicada en Facebook por la Abogada y Escritora…
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Priscilla Delgado

Hay que poner en guardia al corazón para que no corra desbocado. No hay que permitir derrumbes inesperados, esos que nos llevan a cabalgar sin control. El corazón a veces no se da cuenta de que corre peligro al latir demasiado rápido. Que peligra la andadura por la vida cuando no hay un estacionamiento que nos indique que hay que parar sentir más tranquilamente y examinar los pasos a recorrer.

Los latidos son más fuertes que la razón que nos  pierda y nos enreda, que nos hace desaprender lo que hemos vivido y  lo que hemos  estado acostumbrados a sentir.

Después de un tiempo de tranquilidad y mar calmo no puede venir una tempestad  a arrebatarnos la mesura. El control de los latidos debe ir al compas de  la razón, no ir sin parar, hemos de ir caminando a destajo, por trabajo y metas cumplidas sin anticipar nada, sin poner en riesgos los cimientos de nuestro suelo, ni los cimientos del techo….Nuestro sueño debería ser siempre de alegrías y no de sobresaltos inesperados  que no permiten abrazar con prontitud la tranquilidad que nos abriga.

Si bien es cierto que lo inesperado siempre cuando nos llega es una suerte de alegría, también produce altibajos que nos detienen el pensar. Ponerles bridas al pensamiento no es malo, es difícil pero no imposible.

Que todas las palabras que resuenen sea para alegrar tu alma no para atormentarla con los imaginarios que nos vienen solos como fantasmas y que se van convirtiendo en realidad a fuerza  de querer pensar.

Pensar, imaginar, crear, es vivir un poco a lo lejos las invenciones  dictadas por el corazón más que por la cabeza, es dejarse llevar  por los duendes que a veces no nos dejan dormir, es soñar en espejismos no muy claros que se ven con claridad en las noches porque de día estamos ocupados para recrearlos. Es permitirles a los duendes que se adueñen de nuestra alma y nuestro cuerpo para  alejarla y llevársela lejos donde quisiéramos estar.

Vida alerta siempre, pon alertas a los antojos que no son dictados con prisa, todo tiene un comienzo, todo debe discurrir con tranquilidad, no hay que apresurar nada, todo se da cuando se tiene que dar, no podemos detener el inexorable valor del tiempo pero no podemos acelerar a nuestro antojo el transcurso de los hechos…Tiempo para pensar y otro para actuar.

Priscilla Delgado.    31 de Agosto de 2010

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Publicado en 01 de septiembre de 2010 a las 15:54  en Facebook por la autora a quien damos todo el crédito, el mérito y las responsabilidades que corresponden.

Las Ferias de Libro un proyecto esencial

Casi todas las ciudades importantes tienen su propia feria del libro, algunas con mejores resultados que otras; algunas se fueron cayendo, poco a poco, por falta de quien las dirija, con la idea de convertirla en una vitrina cultural, no en un mercado de ofertas de libros.   Especial  PARA DIA D Interés.  La opinión de la Abogada y Escritora…

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Priscilla  Delgado

La población joven es una de las máximas beneficiarias de este tipo de iniciativas. Creo que el primer recuerdo que nos queda cuando por primera vez visitamos una feria del libro, es el olor a papel, el olor a nuevo y eso me sucedió cuando, por primera vez, visite una feria en 1993 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Tengo que admitir que este olor me conmovió y es difícil olvidarlo y eso es lo primero que siento cuando piso la entrada de una feria del libro. Creo haber participado en unas 19 ferias del libro, en distintas ciudades, todas diferentes, cada una con el condimento de la ciudad que las acoge.

No se puede hablar de ferias buenas o malas, simplemente, son diferentes. La de Cuba es una feria muy linda que dura más o menos 23 días y recorre varias ciudades. La de Santo Domingo fue una apuesta del Presidente Leonel Fernández, quien del presupuesto del Estado, destina un fondo considerable con el fin de que la feria sea gratuita para los visitantes, pudiendo así, invertir en una delegación cultural de gran respeto que asiste cada año.   Esta feria ha ido tomando una enorme fuerza en el Caribe, y es tal vez, la más importante del área, también lo fue la de Puerto Rico, pero por falta de dirigencia se fue muriendo poco a poco.

La de Guadalajara es considerada la más importante de todas las ferias del libro, la realiza la Universidad de Guadalajara y no la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, que sólo contrata los espacios para la venta de libros. Tanto el contenido del programa cultural como las invitaciones las lleva a cabo un comité permanente, nombrado por la Universidad de Guadalajara, presidido por Raúl Padilla y que tienen una planilla de, más o menos, 350 personas trabajando todo el año, buscando nuevos clientes, nuevos países para invitar y nuevos autores para presentar. Esta feria se distingue porque, además de ser muy profesional, hace énfasis en la invitación de bibliotecarios de todo el mundo como invitados especiales y los compradores profesionales que van de todas partes, haciendo de la misma una gran reunión de negocios, pero a la vez están los mariachis tocando y siempre hay un brindis de tequila en cada “stand”, sea la hora que sea, dentro de los tres días de programa profesional.

Simultáneamente, se lleva a cabo un congreso de escritores, hasta la muestra gastronómica del país invitado que es el que hace lucir la feria y es la que por tres semanas se apodera de la ciudad, en donde sólo se habla de la feria del libro, haciendo de esta actividad, tal vez, la fiesta cultural más importante que se realice en Guadalajara.

Sigue, en orden de importancia, la feria del libro de Bogotá, que ha crecido en un 42% en los últimos diez años, aumentando las novedades cada vez y con el ingrediente de las bolsas para compradores, lo que hace apetecible ir a la feria del libro y darse un recorrido por esa bella ciudad del sur.

Otra feria que llama mucho la atención es la feria del libro de Santiago de Chile y es, tal vez, la más interesante debido a que, no obstante, el libro en Chile tiene un impuesto muy alto, se sigue visitando y la misma crece cada año y lo han logrado debido a la riqueza del contenido del programa profesional en donde se invita a participar con bolsas de viajes a todos los compradores más importantes del cono sur con una atención personalizada y con ello han logrado hacerse sentir consiguiendo que una empresa de luz les otorgue, año tras año, más de 100 mil dólares como auspicio, lo que les permite replicar distintas ferias en distintas ciudades de Chile, de allí que el país está más que comprometido con el libro y se le distingue por ser un país lector, aunque estoy convencida que el libro es un vehículo cultural, porque el libro en sí, no hace culto a nadie.

Siguen siendo las primeras ferias, El Líber, en España, una feria exclusivamente para compradores y la feria de Frankfurt, feria para vender derechos y sostienen los entendidos que quien no conoce esta feria no sabe nada de libros, yo la conocí y entendí por qué se dice esto y es que si uno se retrasa 5 minutos en una cita, la pierde sin que haya una segunda oportunidad. Allí reina el orden, no hay programas especiales, sin adornos, simplemente es la feria en donde se deciden los derechos de edición de grandes obras que luego vemos en nuestras pequeñas ferias del libro.

En estos momentos, casi todas las ciudades importantes tienen su propia feria del libro, algunas con mejores resultados que otras, algunas se fueron cayendo poco a poco por falta de quien dirija este proyecto, con la idea de convertirlo en una vitrina cultural, no en un mercado de ofertas de libros.

Otras fueron en picada porque dejaron de ser una vitrina interesante para el expositor extranjero que es la “vida” de una feria del libro. Y lo es porque, de lo contrario, no las necesitamos, para eso están las librerías, y es que en las ferias se consiguen no sólo ofertas sino novedades, se pueden conocer autores, se escuchan conferencias, se participa en un programa profesional por muy poco dinero, lo que hace que las personas asistan.

Para esta parte del mundo también hay ferias, toda Centroamérica tiene la suya, excepto Honduras y Nicaragua, que llevaron a cabo Filcen (Feria Centroamericana del Libro) y no volvieron a repetir la experiencia,  pero sin lugar a dudas, todas tienen la feliz coincidencia de crecer cada año porque la gente las espera, tal como sucede con la de Feria del Libro de Panamá, que se ha convertido en una cita esperada de los panameños, ya no siendo parte del circuito de ferias de Filcen, sino con autonomía propia, con su propia identidad, ahora con Uruguay como país invitado que, seguramente, dejará un importante legado tal como sucedió con las anteriores que dejaron una estela de recuerdos en cada persona que asistió.

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Publicado el El Domingo, 22 de agosto de 2010 a las 11:18 en Facebook por la autora, a quien damos todo el crédito,  el mérito y  la responsabilidad que le corresponde.

Los panameños necesitamos cambiar

La opinión de…

Priscilla  Delgado

Es lamentable observar cómo estamos sumidos los habitantes de este país en lo que se le denomina “malas energías”, producto de nosotros mismos que nos hemos ido encargando poco a poco de destruir nuestra riqueza que ha consistido en el activo principal del que siempre nos hemos preciado los panameños. Nosotros, los costeños de puertas abiertas y con el corazón grande, para recibir al amigo y al extranjero que llegan a Panamá, con los brazos abiertos.

Ahora las noticias solo dan cuenta de lo mal que estamos todos los días, con muertos, con extorsiones, con todo tipo de violencia con laque ya ingresamos a las estadísticas de los ciudades más peligrosas de América.

¿Es esto verdad? ¡Puede ser! La reflexión la debemos hacer individualmente reconociendo, claro está, la violencia existente y que nos tiene prácticamente secuestrados en nuestras propias casas. Pero más allá de eso también nos estamos encargando de recurrir a las historietas de terror para destruir este país hermoso bañado de dos océanos y que ha sido bendecido siempre.

Parece que navegamos en dos discursos diferentes: el de los extranjeros que viven aquí y que ven el país de las oportunidades y el de los propios panameños que prácticamente no vemos nada bueno, ni en el gobierno ni en la empresa privada.

Parece ser que la única forma de complacernos es cuando se acercan los carnavales y los días libres porque el resto del tiempo parece sentirse un odio enconado de todos contra todos.

No hay reconocimiento ciudadano, aunque se haga el mejor trabajo del mundo, pero sí lo hay para descalificar libremente y casi sin pruebas a cualquiera. Es terrible usar el famoso lema “cuando el río suena es porque piedras trae”, porque sabemos que hay muchos construyendo esas piedras… Este parece ser la constante diaria y ya no hay inocentes; ahora hay que probar que lo somos.

En nuestro país todos los días pasan cosas buenas que no son motivo de satisfacción ni de aplauso para los panameños y las noticias se ocupan muy poco de lo bueno que acontece en el país, para dedicarse casi que completamente a examinar con lupa lo que hacen los gobiernos, pues no es solo con este.

Esto se viene dando desde la recién estrenada democracia que nos permitió decir y escribir libremente lo que pensamos. Desde allí hay un irrespeto total por las autoridades, nadie habla bien de nadie, siempre se deja un margen de duda al referirnos a la reputación de cualquier persona medianamente pública. Se deja entrever que la decencia está en extinción, que los panameños somos los peores ciudadanos del área, y que no se puede confiar en nosotros.

No señores, no es así. La mayoría de este pueblo es generoso, es espontáneo, es entregado y sin malicias. Los malos son menos.

A partir de esta premisa no perdamos la capacidad de inocencia que hemos tenido por años; esa capacidad de asombro que tenemos cuando llegamos a la meta cada año en la teletón 20-30, en donde estoy segura de que el pesimismo abriga siempre diciendo que “este año no se llegará…” Siempre se ha llegado con creces porque el pueblo responde ante las causas nobles y esta es una.

Todos los días hay personas apostando por proyectos innovadores que sin duda cambiarán la sociedad; tenemos los mejores atletas de los que siempre nos sentimos orgullosos; una calidad de vida que la envidiarían habitantes de cualquier ciudad del área, pero nos seguimos quejando a diario y esto nos lleva al resultado de decretar que en efecto vivimos en un caos constante, cuando no es así.

Nuestro maravilloso pueblo vive y se satisface de las pequeñas cosas que aún conservamos; nuestras fiestas del interior, nuestros ríos, nuestros pequeños avances culturales. Somos un país en crecimiento, pero debemos asumirlo, fortaleciendo la democracia de manera individual, fortaleciendo nuestra cultura ciudadana con respeto y con orden y aprendiendo de los que ya han superado muchas crisis.

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Este artículo se publicó el 3 de agosto de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

Hay mañanas grises……

Reflexiones publicadas como nota en Facebook por la Abogada, Escritora y Presidente de la Fundacion Leer…

Priscilla  Delgado 

Hay mañanas grises con ralladuras en el techo, con sombrío despertar adivinando un día de solo lluvia… Vamos como autómatas al desayuno, al trabajo buscando un rédito que nos permita mejorar nuestros días y que al menos estos sean adornados con colores, con fantasías, con caretas de carnaval.
Salimos por la noche con los amigos y nos reímos de las mismas cosas, y recordamos con risa los mismos recuerdos añejos como si fueran los únicos que hubiéramos vivido.
Buscamos las mismas tribus para refugiarnos en ellas con la seguridad que estarán resguardados nuestros secretos y hacemos de nuestra vida un circulo silencioso de muchos y de pocos, mas de pocos que de muchos.
Siempre cuidando que el daño no nos persiga y mitigando nuestras miserias internas en la adquisición de algo que nos haga feliz así sea sólo temporalmente,  porque será otro juguete,  al que pronto nos acostumbraremos y sentiremos que siempre fue parte de nuestra vida o que al fin y al cabo habíamos podido vivir sin el.
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Lo que no podemos prescindir en nuestras horas de silencio, es de la soledad interna que siempre nos acompaña y del amor callado que profesamos y que muchas veces no es admitido y menos confesado.
Porque siempre nos refugiamos y callamos en vez de mantener tibias las ilusiones y cantar siempre nuestros más atrevidos sentimientos,  con la sinceridad del corazón.
.Hay que decir, “te amo” todos los días, porque quizá sea el último.  No hay que temerle al sentir, dejemos las tribus y aprendamos a revelarnos a la marca diaria del qué dirán.
Dejemos la melena suelta, aprendamos a decir que no, admitamos con franqueza nuestras debilidades, aceptémonos nosotros mismos; aprendamos a distinguir que los días buenos son mejores que los malos, que siempre hay una cueva con calor que nos espera, que somos más felices que otros que parecen serlo….
Esto viene de la certeza de lo que vemos en nuestro entorno.   Gente enferma de dinero y de poder que quiere mas;    gente que quiere que la miren, pero no mirar;    gente que busca amor sin saber o querer darlo,   gente que atraviesa la vida y no la vive,   gente que no se enteró que es parte de una sociedad a veces oscura y triste pero que impone  la obligación de ser un buen ciudadano.
Viene de saber que la vida se nos regala para aprender y enseñar y que debemos borrar de nuestro vocabulario las palabras “no se puede”, y aprender a usar “si quiero y si puedo”;   ponerle  alas a cada uno de nuestros sueños y aprender que cada arruga es signo de que vivimos con risa y con amor….Cada nueva arruga nos revela que estamos viviendo y no pasando por la vida.
Que no es tan importante como me veo sino cómo me ven y ojalá que sea con los ojos del amor,  que todo lo ve bien.
Que nos aguanten nuestros truenos y nuestros malestares pero tambien nuestras muestras de afecto,   que a veces van en direccion desorientada….
Hay mañanas grises…pero que siempre se nos iluminan  si  sabemos  despertar.
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Nota publicada el 7 de julio de 2010 en Facebook por la autora a quien damos todo el crédito que le corresponde.

Un sector necesitado de atención

La opinión de….

Priscilla Delgado 

El 27 de junio culminó con un inusitado éxito “La Primera Feria del Adulto Mayor”, que se realizó en Panamá gracias al apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, que a través de su ministro Guillermo Ferrufino dijo sí, una vez se le presentó el proyecto que consistió en tres días dedicados a informar, educar y entretener a esta población, que suma más de 250 mil personas; además de tener contacto con su exitoso proyecto “100 a los 70”.

Fueron tres días de magia, en donde fuimos espectadores de la realidad que vive el adulto mayor en este país: el total abandono en cuanto a actividades se refiere, la poca información que les permita vivir los años dorados como se merecen después de haber aportado al país su vida y a su familia su sangre.

Esta población tuvo un antes y un después de esta feria, porque salieron de allí con el convencimiento de que la vida no termina a los 60, que hay mucho por hacer y que no son grupos vulnerables, que son capaces de generar, de transmitir y de dirigir, porque ya tienen a su haber un trecho recorrido que merece respeto y atención; pero, al parecer, no es así. No los aceptan en los trabajos porque son muy “mayores”, y son un sector que si no se agrupa, se quedará en sus casas vegetando y esperando la muerte.

Pero esto es solo una parte del llamado de atención que deseo destacar. Cuando decidimos llevar adelante esta feria, tocamos muchas puertas y esperábamos que se sumaran al proyecto las instituciones del Estado que, por su naturaleza, están obligadas a participar en una actividad como esta, por ejemplo: la Acodeco, la Caja de Ahorros, el Banco Nacional, la Caja de Seguro Social y gran parte de la empresa privada que tiene productos para esta población. Si bien es cierto, no contaban con presupuesto para apoyar financieramente, deberían haber buscado los mecanismos para participar, pero no fue así; lastimosamente, nos dijeron “no podemos”. Esto tiene una sola lectura, todos los proyectos nuevos –sin importar lo bueno que sean– no parecen gozar de la mirada amistosa la primera vez, necesitan ser consolidados para ser apoyados, aunque se trate de nuestros adultos mayores.

Los medios de comunicación, tanto radiales, televisivos como escritos, sí se sumaron, ya sea por la credibilidad de quienes dirigimos el proyecto o por el contenido en sí; de esta forma, el proyecto salió a fuerza de divulgación. Tengo que agradecer a las empresas y personas que, de manera generosa, se sumaron a este éxito, que continuará porque nos hemos comprometido con ellos, con nuestros adultos mayores. Ellos son importantes, no podemos dejarlos solos, tenemos que construir entre todos para que la edad dorada llegue con la dignidad que anhelamos todos los panameños. Esperamos que el año que viene, este artículo de opinión no sea olvidado y se sumen aquellos que no lo hicieron y que perciban lo que nosotros percibimos: el aplauso de estos señores, que nos sacaron lágrimas por lo agradecidos que estaban por tomarlos en cuenta.

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Este artículo se publico el 2 de julio de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que a la autora,  todo el crédito que les corresponde.

La industria de los libros

La opinión de la Presidente de la Fundación Leer…..

Priscilla Delgado

La escritura es un arte, la palabra escrita es un arte, pero se convierte en un producto con precio, con código de barras, inmediatamente pasa de la mano del escritor, ya sea a su agente literario (que cobra por este servicio) o vaya directo a una imprenta, y luego al consumidor.

Por lo que se debe partir con una premisa; el producto libro nunca debería ser regalado por parte del autor, en tanto que el mismo tiene un valor comercial, a menos que éste lo justifique y solo en varios sentidos: Que sea una edición particular confeccionada especialmente para obsequiar, que es observada mucho en los libros de gran formato que se editan en pequeñas cantidades; o ediciones de poesía que son bellamente adornadas para obsequiar, pero eso no quiere decir que los mismos no sean considerados para la venta.

Un editor serio debe darse cuenta cuando tiene que sacar de circulación un libro y hacerle una rebaja considerable. Esto es casi siempre a partir de los dos años de tenerlo en inventario sin que sea vendido. Es allí cuando tiene que reducirlo a la mitad de su precio original y convertirlo en saldo para que sea vendido a las librerías con un considerable descuento, aunque el precio jamás es un determinante de la compra, al contrario, ahora la modalidad es elaborar el mismo libro en distintos formatos a fin de que sea asequible para todos los públicos. Y ya por último nos estamos encontrando con el e-book y el audio libro, dos formas nuevas de elaborar un libro pero en distintos soportes. Quiere decir que el libro que no se vende no necesariamente tiene que ser malo. En la mayoría de los casos se debe a una mala promoción, tanto del autor como de la cadena que le sigue, distribuidor, librería, etc.

En mi concepto no hay libros ni buenos ni malos, simplemente hay diferentes clases de lectores que son los que deciden qué corriente escrita les interesa más.

En cuanto a la justificación de porqué un género se vende más que otro. Yo diría que esto tiene una definición clara, dependiendo del público. Y es evidente que las personas que viven en climas fríos no leen lo mismo que los que viven en la costa, y esto está demostrado en estudios realizados por el Centro de Fomento al Libro para América Latina y el Caribe, en donde se asegura que las poblaciones que leen más son las que están más cobijadas en sus hogares en un ambiente propicio para hacerlo y esto es lógico suponerlo.

Otra discusión constante es ¿por qué los editores editan ciertas obras y otras no? Esto también se debe al “ojo” del editor y lo que se llama editar por impulso o en cualquier caso, la selección de géneros que tenga como objetivo cada casa editorial; pero es claro que hay unas cuantas que no se equivocan como el editor de El Código Da Vinciy Ángeles y Demonios; Hombre Rico Hombre Pobre, Quién se comió mi queso?, y el último “El Secreto”, que rompió récord de ventas en el mundo entero. Este ilustre chileno, ya ahora ciudadano español, don Joaquín Sabaté, dueño de la editorial Urano, siendo una editorial relativamente pequeña, solo ha tenido aciertos en sus publicaciones, con un valor añadido, El propio Sabaté es quien recibe a sus clientes, sus autores; es la persona que se encarga de darle la primera ojeada al manuscrito para que luego pase a un comité editorial, que es el que decide darle la forma final a los contenidos antes de ser publicados.

Es obvio que en esta escala de productos siempre salen en desventaja una suerte de libros que casi siempre son los locales, que no han tenido una gran promoción y en donde el autor casi en solitario ha diseñado su portada, ha invertido en su obra y la ha colocado en el mercado local. No todo el tiempo con buena suerte, toda vez que tiene que competir con este resto de “best sellers” que ocupan la primera estantería en una librería, que por cierto cada vez se encarece más, por los costos en aumento del metro cuadrado en donde están ubicadas casi todas las librerías del mundo, casi siempre en el centro de las ciudades. Lo que lleva al dueño a colocar los libros que más se venden a la vista del público para obtener el mejor rendimiento del mismo.

El libro como negocio es un producto que tiene uno de los márgenes más pequeños de ganancia, de allí que se vuelva “costoso” por la poca circulación del inventario, producto del pequeño mercado en que estamos sumergidos. Y que no tiene que ver con la falta de lectura, porque este mismo fenómeno se da en otros rubros de la economía de consumo de bienes “suntuarios”, y que son susceptibles de ser pirateados, como lo son el libro y la música, que en este momento se encuentran en su peor situación histórica. Y se repite con vehemencia que el libro en formato papel está en decadencia, para darle paso a los productos en formato digital, y no dejan de tener razón si tomamos en cuenta que el libro solo tiene un margen del 25%, se confecciona de las hojas de árboles, lo que pone en serio aprieto al planeta.

Por otro lado, la tendencia es a reducir los tirajes por la gran cantidad de obras que se editan por minuto en el mundo en español, con números que complazcan el gusto de unos cuantos, lo cual eleva notablemente el costo final de un libro hecho a pedido.

Queda pues el libro a merced de varios factores, uno de ellos, la demanda, y otro, el consumo del papel que mueve a buscar otras alternativas que no serán tan atractivas para los lectores como lo es el e-book, pero que ya están en la puerta de entrada a nuestro mundo cambiante.

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Este artículo se publicó el  23 de mayo  de 2010 en el diario  El Panamá América,  a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

Los autores nacionales y la ferias del libro

La opinión de…..

Priscilla Delgado –

En el año 2001 un minúsculo grupo de personas decidimos apostar por la primera feria internacional del libro que se efectuaría en Panamá.  Hay que destacar el trabajo desinteresado de personas como la Dra. Rosa María Britton, María Magela Brenes, Emma Gómez y de mi persona, como presidenta de la Cámara Panameña del Libro, gremio que tiene como propósito reunir en un solo colectivo a los distribuidores, libreros, placistas y editores, y que es además miembro del Grupo Iberoamericano de Editores.

Esa gestión se inició con grandes dificultades y ponerla en ejecución fue una aventura, toda vez que no existían patrocinadores y porque pensábamos que el público no mostraría mucho interés en este nuevo proyecto cultural, pues se decía que este era el país de los “no lectores”.

Después de superados los inconvenientes, inauguramos la Primera Feria Internacional del Libro, con Costa Rica como país invitado; fue así como se puso en marcha este histórico proyecto que pone en el escenario propicio a los nuevos autores para que den a conocer su obra.

Tan solo en las dos primeras versiones de la feria, la Cámara Panameña del Libro otorgó, sin costo alguno, varios espacios a más de 120 autores para que promovieran sus obras. Esto, desde el punto de vista de reconocimiento al autor nacional, fue un éxito sin duda alguna.

Los autores nacionales hicieron gala de sus mejores obras escritas, las presentaron con la presencia de un gran público que los reconoció y les aplaudió, compartiendo espacios con grandes autores ya reconocidos en el ámbito internacional, quienes nos han visitado en todas las versiones y sumaron más de 200 en las cuatro ferias que me tocó dirigir.

Hay que reconocer, sin la menor duda, que el éxito de estas ferias produjo un efecto positivo en las letras panameñas y que muchos noveles autores se motivaron a escribir nuevos libros, para ser presentados en las ferias; que salieron a la luz nuevas letras que nos conmovieron y nos llenaron de orgullo y que se respetó a las ya conocidas, pero sobre todo que se ubicó a Panamá en el mapa de ferias del libro exitosas.

Fue por ello que, después de la primera feria, países invitados como Colombia, Chile y España nos honran con su presencia, tarea difícil en tanto que se trata de países que tienen compromisos ya adquiridos para ser huéspedes de honor, hasta con cuatro años de antelación.   Sin embargo, aceptan nuestra propuesta debido al conocido éxito de nuestra feria que trasciende las fronteras del país y que ha sido noticia en todos los foros internacionales en donde Panamá participaba como miembro del Grupo Interamericano de Editores.

Solo haciendo espacio internacional se logra lo que aquí se obtuvo, que inaugurara la feria del libro un presidente amigo, el Sr. Ricardo Lagos, ex presidente de Chile y, en el caso de España, doña Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica, además de la participación de muchas figuras de letras, galardonadas con distintos premios internacionales.

De aquí que las ferias sean el espacio natural para los autores nacionales, cualquiera sea su género literario, por esto, ellos deben tener un espacio prioritario y de respeto para que presenten sus obras y se hagan conocer, obteniendo el reconocimiento ciudadano, tal como acaba de ocurrir con autores panameños que presentaron su obra en la Feria de Buenos Aires, en Argentina.

Estas son las buenas noticias que suceden con nuestros autores y por las que tenemos suficientes razones para sentirnos orgullosos. Estos jóvenes literatos pusieron en alto el nombre de Panamá , por eso, aquellos que adquirieron sus obras, adquirieron parte de nuestra cultura, parte de nuestra identidad.

Es de rigor que nuevamente los autores panameños tengan el lugar que se merecen, el respeto que se merecen y el aplauso que se merecen con una nueva versión de la feria del libro, que llevaremos a cabo en agosto próximo, la que sin duda será otro éxito porque ya se sembró la semilla.

Hoy se considera este espacio cultural como la gran oportunidad que tenemos los panameños para rendir tributo a las letras panameñas, a las extranjeras, para rendir tributo a la palabra escrita, en verso, en poesía, en ensayo o en novela, entendiendo todo el esfuerzo que se hace para producir un libro.

Apoyemos al autor nacional, a esos personajes raros que dedican muchas horas del día a transformar las letras y las palabras en arte.

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Este artículo se publicó el 21 de mayo de 2010 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que a la autora,  todo el crédito que les corresponde.