La comunicación inalámbrica en el camino de lo inusitado

La opinión del Periodista y Docente Universitario…

Claudio Herrera J.

Q, xopá?    Como tash?  Estoy@work todavía No c’ q’ haremos hoy    Te vo n l U + tard.

Este fue uno de los mensajes de texto –de una prueba que hice con mis estudiantes– sobre cómo la comunicación inalámbrica móvil, en especial entre la juventud, asume características cotidianas otrora inusitadas y atrevidas.

Los SMS (Servicio de Mensajes Cortos, en inglés) –uno de lo programas de mensajería instantánea–transforman las formas básicas de comunicarnos y actúan como factores de cambio cultural y comportamiento social.

Los emoticono(e)s dan un valor agregado al mensaje, sustituyendo o modificando la acción de la palabra, aportando diseño gráfico visual con dos elementos claves; la denotación (lo que se ve realmente) y la connotación (el significado que me sugiere la imagen, su doble sentido). Creamos un nuevo lenguaje, el del hipertexto móvil.

Según E. Kasesniemi y P. Rautianen, los mensajes (SMS) se parecen más a un código que a un lenguaje estándar. Para Fortunati esto nos lleva a descubrir el “encanto por escribir”, apreciación que acogió la Biblioteca Nacional de Uruguay auspiciando el certamen “T Cuento Q” y un diario inglés organiza un concurso de poesía.

Un factor clave de estos mensajes está en el límite de caracteres (160)lo que nos lleva sintetizar. José L.Hernández Pacheco y Emilio Morales Gómez(http:wwwcerdonbosco.com) nos presentan un código sobre cómo expresarnos en este tipo de comunicación.

Comparan a esta comunicación con el desarrollo de la escritura —en el que los ideogramas y pictogramas anteceden las letras— aunque nos lleva a una arriesgada pérdida de las reglas básicas de ortografía.

Los SMS incurren en otras disciplinas del conocimiento, como la sicología. Veamos lo que nos dicen M.Castells, M Fernández, J.Lincham y A.Sey (htpp://www.emudet.net):  Los mensajes de texto ayudan a los adolescentes (y algunos varones adultos) a superar vacilaciones e inhibiciones y a desarrollar sus capacidades sociales y comunicativas.

La proyección de los SMS en países como Indonesia, se da en un lenguaje denominado bahasa gaul, una mezcla de indonesio, inglés y javanés, lo que reduce la extensión de los textos y da por resultado una forma de estar a la moda y abaratar costos.

En nuestro país, el número de investigaciones sobre el particular no parece trascender en las universidades, pese a que una creciente población estudiantil, en edades de adolescencia, buscan su identidad como personas a través de los SMS.

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Este artículo se publicó el  23  de agosto de 2010 en el diario  El Panamá América,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

El Código de Seguridad en los edificios

La opinión del  periodista, docente universitario y director editorial de la revista Construcción y Servicios ….

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CLAUDIO HERRERA


En los cinco últimos grandes incendios de edificios, incluido el que se ha convertido en símbolo del once de septiembre, el World Trade Center, de Nueva York, hubo ausencia de al menos uno de los tres requisitos (mínimos) exigidos en el NFPA 101 (Código de Seguridad Humana) y vigente en la República de Panamá.

Lo anterior constituyó parte medular de una conferencia -de sustancial aporte al conocimiento en el área de la seguridad en edificios- que dictara en esta capital un experto en el tema, Joseph Versteeg.

Si bien lo expuesto por el disertante estadounidense tuvo lugar hace un par de años, mantiene su vigencia como alerta en una ciudad «extrapoblada» de edificios en la que los espacios públicos y áreas verdes tienden a ser borrados de los mapas urbanísticos.

Versteeg, apoyado en un video, nos mostró cómo se propaga un incendio en un edificio (curiosamente a prueba de fuego). En ese sentido, nos explicó que el WTC (siglas en inglés) tenía una carencia que lo hizo víctima propicia del siniestro: no contaba con un sistema de rociadores automáticos.

Si recordamos -vía Internet o en los periódicos de la época-, entre dos mil a dos mil quinientas personas, incluidos bomberos de la ciudad de los rascacielos, fallecieron en aquel trágico hecho que el próximo once de septiembre cumplirá nueve años de ocurrido.

El disertante puntualizó que los rociadores automáticos forman parte de uno de los requisitos básicos con que deben dotarse a los edificios altos (se considera dentro de estos términos aquellos que superen los 23 metros de longitud).

Observó que entre mayor altura posee un edificio así de complicada será la salida de quienes allí laboren o estén de visita. «Entre más alto es el edificio, más demorada será la evacuación de sus ocupantes», recalcó Versteeg.

Para este experto, al tratar de combatir un fuego en construcciones de más de veinte pisos, un elemento de la naturaleza entra a jugar un importante papel: la corriente de viento existente. Ésta puede influir en que las llamas se extiendan hacia arriba o debajo de la infraestructura.

Adicional, tienen que haber dos vías de escape, instaladas o construidas en los laterales de la estructura y alejadas de la escalera principal y del grueso de la estructura. Se agrega un sistema de alarmas para alertar a los ocupantes del edificio de que se está dando un incendio.

La Oficina de Seguridad del Cuerpo de Bomberos, el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), así como la Alcaldía de la ciudad de Panamá, deben informar a la ciudadanía sobre qué están haciendo en la atención de este delicado tema. Pretender diluir su responsabilidad con subterfugios tendrá consecuencias nefastas en la imagen de estas instituciones.

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Artículo publicado el  19  de mayo de 2010 en el Diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.