Situación del MEDUCA y su organigrama

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La opinión de la Estudiante de Psicología y Vice presidente de la Academia de Voluntarios de la Asociación Panameña de Psicólogos (AVAPP)….


LORENA MARTÍNEZ
armartinezbenoit@gmail.com

La misión de nuestro Ministerio de Educación supone ser convertir la educación en el instrumento fundamental del desarrollo humano, de la prosperidad, de la equidad de oportunidades y de la movilidad social; por medio del cual se impulsará el desarrollo sostenible, en términos productivos, económicos y sociales en la República de Panamá.

Para lograr esto se crea, como en cualquier institución con una finalidad, un organigrama que responda a las necesidades. Según la Real Academia de la Lengua Española, un organigrama es una sinopsis o esquema de la organización de una entidad, de una empresa o de una tarea. Y reparte en cada despacho o dirección tareas específicas a realizar para un mejor funcionamiento de la organización. Y he aquí donde empieza nuestro problema. A simple vista el organigrama que presenta el MEDUCA se ve muy bien estructurado, pero al estudiarlo un poco más a fondo, empezamos a notar, sin ser muy críticos, las deficiencias que arrastra la institución. Muchos despachos que no hacen nada y pocos que hacen mucho.

Expresando una opinión muy personal, considero que la mayoría de estas oficinas o direcciones abarcan demasiadas tareas y es por esto que al final se pierde la meta o finalidad de las mismas. Sobre todo las direcciones que tienen que ver con presupuestos, finanzas, auditorías, en sí los despachos que están liderando el organigrama. Cubren muchas funciones y esto imposibilita el poder cumplirlas todas, bien dice un dicho popular: ‘El que mucho abarca, poco aprieta’. Por supuesto también está el tema de la politización de la institución y la corrupción que impera cuando se mezcla política, dinero y poder. Pero ese es un tema delicado, escabroso y que amerita una discusión basada en más investigación, así que no entraré en esos detalles.

Luego existen otros despachos, direcciones, oficinas (cualquier nombre que les quieran poner, que al final resulta siendo lo mismo), en los cuales las funciones descritas son mucho más concretas, específicas; sin embargo, lo que necesitan para trabajar es recurso humano, otra falla inmensa dentro de nuestro ministerio. Utilizan el presupuesto para actividades banales, en vez de dirigirlo hacia donde realmente se necesita. Departamentos como la Dirección Nacional de Servicios Psico-educativos, solo por poner un ejemplo, que, en palabras textuales, se encarga de ‘Procurar el desarrollo integral de la personalidad del estudiante panameño, mediante la implementación de programas y acciones que tengan que ver con los aspectos psicológicos, de aprendizaje, sociales y de una sexualidad sana, que garanticen su adaptación en las diferentes etapas del proceso educativo, atendiendo a sus características y condiciones individuales…’, sufren de escasez de personal, de recursos. No se siente este despacho ni muchos otros que, según su descripción, atienden la integridad del estudiante, el sujeto más importante en el tema de la educación.

Concluyo expresando que para mí la solución sería, en primer lugar, despolitizar esta institución, templo de educación, base para el desarrollo integral de nuestro país; dejar atrás la dedocracia y plantar allí gente con capacidades reales, que miren primero llenar los cerebros en desarrollo de nuestra juventud, en vez de mirar como llenan sus bolsillos. En segundo lugar habría que echar abajo todo lo construido, porque cuando la raíz se pudre, hay que arrancar el árbol de cuajo y empezar de cero. Construir nuevos pilares, más fuertes, creativos, limpios del abuso que ha dominado hasta ahora, donde se rompan mitos, se integren la igualdad con la calidad; se enfatice el prestigio del docente, quien al estar ampliamente formado tendrá una gran disposición de compromiso, capacidad y autonomía; se mezclen los avances actuales con la naturalidad de lo clásico; donde haya constante capacitación, tolerancia, oportunidades y, sobre todo, menos retórica y más acción.

Puede sonar a utopía, pero en vistas de ser un país que avanza en otros aspectos a un ritmo vertiginoso, por qué no intentarlo con lo más importante: La educación.

<> Artículo publicado el  6 de octubre  de 2010  en el diario La Estrella de Panamá,  a quienes damos,  lo mismo que a la autora,   todo el crédito que les corresponde.