Año de la renovación universitaria

 

La opinión de…

 

CÉSAR VALDÉS PAREDES

Entendemos por renovación un cambio o sustitución de una cosa por otra por haber quedado vieja o por haber terminado su periodo de validez. Es el caso de la Universidad de Panamá que se encuentra en un estado ruinoso en lo físico y en lo moral, de una gestión ya paquidérmica, colapsada, con una estructura autocrática, antidemocrática y anticientífica, la cual ha dejado a una institución amorfa que atraviesa crisis tras crisis sin encontrar su destino.

La administración universitaria se ha abrogado el derecho de vigilar y a veces de violar la autonomía interna, que no es más que el derecho que tienen los universitarios a disentir, a expresarse, a tolerar las ideas, a investigar, a impartir su cátedra libremente, a respetar los méritos de los demás, a respetar la ley, los estatutos, a no perseguir a los docentes, administrativos y estudiantes.

Las características del actual escenario universitario presentan grandes complejidades y turbulencias que conllevan a que la universidad dé un paso a su renovación y se desprenda del tradicionalismo y relajamiento con el cual ha venido operando, identificando con innovaciones que permitan cumplir con el rol por el cual fue creada. La universidad debe reencontrar su alma para que se oriente decididamente hacia una transformación académica, cultural, científica, humanística y de investigación. Se debe tener muy claro que la fuerza de una universidad no procede de sus recursos económicos ni de sus apoyos políticos, el origen de su potencia se halla en la capacidad que sus miembros tengan de pensar con originalidad, con libertad, con energía creadora.

Debe la Universidad de Panamá saber gerenciar adecuadamente el talento humano que se tiene, aprovechar su gran capacidad creativa e innovadora, que a lo largo es la que proporciona sus ingresos. Todo esto nos conduce a actuar planificando y programando, creando místicas de acción con los estamentos universitarios, dando sentido de integración y metas especificas.

La universidad tiene que renovar su carácter nacional, fortaleciendo su tejido institucional, abriendo sus programas académicos, descentralizando en su área de influencia sus actividades de docencia, investigación, extensión y experimentando nuevos planes y programas, establecer nuevos y más efectivos esquemas de vinculación con los diversos sectores de la sociedad.

Para finalizar, respetables lectores, quiero expresarles que tengo confianza en la comunidad universitaria, que será lo suficientemente capaz de romper con muchos nudos que a lo largo del tiempo nos han impedido actuar; es el momento de todos los universitarios de renovarnos, de oxigenar nuestra casa de estudios superiores que tanto queremos, nosotros tendremos el derecho de renovarnos o perecer.

¿Qué universidad queremos para afrontar los retos del futuro?

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Este artículo se publicó el 18  de enero de 2011   en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Los adláteres: Entre Ricardo y Gustavo

La opinión del Estudiante Universitario…

César Valdés Paredes

Había tomado la decisión de no volver a tocar el tema “reelección” en mis escritos, pero no podía pasar desapercibido la noticia que a lo personal no me extraño, proponer la reelección presidencial por dos diputados ajenos a la ciencia política, pero con abundante experiencia en la pobre política criolla, nos vienen a proponer lo mismo. Hago referencia con un escrito que denomine “el experimento reeleccionista” (Panamá America, 28/10/10) donde detallaba claramente que el apoyo incondicional del Ejecutivo para ungir y aprobarle una ley personalista al Rector de la Universidad seria luego convertida en el experimento de reelección del Gobierno, escenario político que se prestaría con luces largas para la acariciada y ya hablada reelección del Ejecutivo.

Pero en toda esta sed y afán reeleccionista ya muy clara por el Rector de la Universidad y aun en espera del pronunciamiento del Ejecutivo, hay quienes del gobierno apuestan que si el Rector Magnífico gana a lo interno de la Universidad, basándose en la frase “la universidad reflejo de la sociedad”, será un bistec de dos vueltas para el presidente ganar la reelección a nivel de país, tesis totalmente errada, porque la tónica a lo interno de la Universidad a casi seis meses de las elecciones de las autoridades es otra, el estamento estudiantil está claro y a manifestado el repudio masivo contra la reelección, los docentes que muchos ya comienzan a despertar de letargo, y las bases del estamento administrativo silenciosamente no hablan del tema, pero ya gran mayoría están claros de lo que sucederá.

Es precisamente este panorama que se vive en el gobierno, diputados y representantes saltando de un partido al otro, presiones, intimidaciones, y compra de conciencia, fue el mismo panorama que se vivió hace meses atrás con el referéndum en la Universidad, personas que en su momento decían que estaban contigo, al día siguiente celebraban que el “Sí” ganaba, profesores y administrativos que bailaban al son que les tocaran, todo manejado desde los tentáculos del poder universitario enquistado en la Colina. Sometieron a la Comunidad Universitaria a un clima de intranquilidad, intolerancia de algunos, confrontación innecesaria y el despilfarro de recurso económico, es lo mismo que buscara el Gobierno si siguen abanicando iniciativas anti democráticas como esta.

Todo esto nos confirma que no hay respeto a la Constitución Nacional, al país, a la ciudadanía y que algunos políticos buscan aferrarse al poder con el único fin de satisfacer sus intereses personales, mientras otros desean enquistarse en un puesto que han llamado “Aquí me quedo; este es mi destino final”.

Ciertamente, La Universidad está cercana a presenciar, no sólo el final de este régimen feudal, sino también los aleteos de su última morada en la Colina. De eso no tenemos la menor duda.

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<>Artículo publicado el  27  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

¡Felicitaciones! Dr. Eduardo Flores

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La opinión del estudiante universitario…

César Valdés Paredes

El pasado miércoles 1 de diciembre en la celebración del Día del Educador, el Consejo Municipal del Distrito de Panamá llevó a cabo la entrega de la medalla con la Orden Municipal Octavio Méndez Pereira al Catedrático Universitario de Física, Dr. Eduardo Flores Castro. Tal distinción tiene ya 10 años de estar otorgándose en el Consejo Municipal, y es la primera vez que a un profesor universitario se le concede este honor. La Orden Municipal Octavio Méndez Pereira se otorga a aquellos educadores insignes que por su trayectoria y servicio de calidad dentro de las aulas escolares han sido modelo y ejemplo para sus estudiantes.

Es precisamente el Profesor Eduardo Flores Castro un modelo de dedicación, capacidad, trabajo, compañerismo y fortaleza, ya que su vida ha sido el ejemplo de una constante preparación académica en las áreas científicas y de investigación y con un verdadero sentido de servicio universitario. El Profesor Eduardo Flores tiene un poco más de 25 años de servicio universitario, es Licenciado en Física de la Universidad de Panamá, además también profesor de segunda enseñanza, tiene un post grado en Docencia Superior, una Maestría en Ciencia con especialidad en Ciencia de Materiales del Instituto Politécnico Nacional de México (Mención honorífica por mejor índice académico), y un Doctorado en Ciencias Físicas de la Universidad Politécnica de Barcelona (Con la mención honorífica: Acta Cum Laude).

Ha tenido estadías en diversas universidades del exterior, de gran prestigio y ha publicado varios artículos tanto en revistas nacionales como internacionales. El Profesor Eduardo Flores fue Decano de la Facultad de Ciencias Naturales, Exactas y Tecnología de la Universidad de Panamá del 2000-2003, el Primer Presidente de la Sociedad Panameña de Física, Subdirector del Centro de Investigaciones con Técnicas Nucleares de la Universidad de Panamá, fue presidente de las Olimpiadas Panameñas de Física, miembro del Consejo Editorial de la Revista Cultural Lotería y también ejerció como presidente de la Comisión Técnica de Ruidos y Vibraciones de la ANAM.

Tiene tres libros publicados, uno de ellos “Ciencias Físicas o Filosofía de la Naturaleza»; el cual es utilizado en más de cien colegios tanto públicos como particulares en toda la República de Panamá. Su vida ha sido completamente llena de aportes, académica, de investigación y de servicio. Su permanente capacitación y actualización en las áreas científicas, han hecho del Profesor Flores un docente actualizado, adaptado a un nuevo entorno, y conocedor de las necesidades actuales de la educación superior. Los amigos y estudiantes universitarios que lo conocemos y que hemos compartido momentos con el Profe, queremos decirle que estamos orgullosos de él, que lo felicitamos por su medalla, y que habrán nuevos retos que afrontar para el rescate y renovación de nuestra Universidad de Panamá, la cual todos los universitarios y sociedad panameña demandan.

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<>Artículo publicado el  17 de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

Convocatoria funeral

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La opinión del Estudiante Universitario…

César Valdés Paredes

El 22 de noviembre hubo llamado a Consejo General Universitario en el Auditorio José D. Moscote de la Facultad de Economía, en el cual se tocaría el tema del calendario para la convocatoria a elecciones a Rector, Decanos y Directores de Centros Regionales. Fue un CGU acaparado por un ambiente frío, tenue, desolado y vacío, donde solo se vio el mismo sequito de aduladores de siempre.

Pero en este CGU lo que sobró fue promesas en busca de ese voto reeleccionista, el cual desea alcanzar la regularización de profesores, donde el campo de antenas será el complejo universitario antes nunca visto, y nuevas adquisiciones de terreno; todo esto gestionado con dinero fresco obtenido de la venta del terreno de Tocumen que ahora se ha convertido en la nueva “chequera de promesas” del Magnífico.

El discurso apologético que utiliza el Señor Rector, incapaz de entretenernos, pero suficiente para aburrirnos y hastiarnos, es el cual sustenta sus obras, resulta de tal evidencia más elocuente de una orfandad de méritos y ejecutorias reales, de allí que el trucaje, las promesas y la verborrea abundante pero vacía, constituyen sus soportes esenciales.  Primero pensó en un Referéndum que de la manera más descarada se inventaron una ponderación ficticia y tres días de votación diferentes, ahora volvieron a solicitar que las elecciones a Rector y demás autoridades fuesen en días distintos para ciertos centros regionales y extensiones, el cual no puede proceder por ley; el Organismo Electoral Universitario debe ser enfático, ético, respetuoso y ajustarse al reglamento que estipula la ley Universitaria para dicho evento. El Dr. Rolando Murgas Torraza no debe prestar su nombre y credibilidad para acomodar los procesos electorales universitarios, a las exigencias de un poder que está totalmente fuera de sí. Del resto de los miembros del Pleno ni nos ocuparemos. Ellos darían hasta la vida por servir a la autocracia imperante en la universidad.

El poder y la soberbia han embrutecido a quienes se creen dueños de algo que no les pertenece. La Universidad de Panamá le pertenece al pueblo panameño.

Frente a los peligros que se ciernen sobre nuestra universidad, nos queda el camino de la unidad para defender su naturaleza pública, su autonomía y nuestro derecho a renovarnos con pertinencia. Debemos convertir la educación en un instrumento de justicia social, de desarrollo nacional y de liberación económica.   La Casa del Maestro de la Juventud Panameña será restaurada y renovada. No claudicaremos en nuestra libertad y derecho que tenemos todos los universitarios de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresías, seguiremos en la lucha constante para defender y mejorar nuestra Casa de Estudios Superiores.

«Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas, y mi honda es la de David». José Martí.

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<>Artículo publicado el  25 de noviembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/valdes-paredes-cesar-omar/

La renovación está en marcha

La opinión de…

César Valdés Paredes


Entre los pasillos, aulas, cafeterías y aceras del campus universitario ya se comenta sobre un grupo de universitarios que busca rescatar la vigencia de las ideas de quien fuera su creador, el Dr. Octavio Méndez Pereira. Los desafíos y tendencias del desarrollo universitario en este siglo XXI son una mezcla de tareas inconclusas de la pasada centuria y las nuevas realidades.

Pero este grupo de universitarios no es un movimiento político en el que sea necesario inscribirse, ni está vinculado con ningún partido político; es un sentimiento colectivo que nace con la responsabilidad de rescatar los principios que el maestro Méndez Pereira nos legó, para que nuestra Universidad sea siempre un sendero cierto “Hacia la luz”.

Con la fuerza de la razón, la energía de la academia y la potencia de la cultura. Deseamos hacer partícipe de este nuevo movimiento a todos los universitarios y universitarias.

Estoy convencido de que es necesario rescatar las ideas del maestro Méndez Pereira para reorientar nuestra Universidad de Panamá y llevarla por los senderos que los universitarios y la sociedad panameña nos demandan.

Pero esa renovación, que ya está en marcha, ha sumado a miles de estudiantes, profesores y hasta administrativos, es una renovación que involucra a todos los universitarios por los quehaceres de la institución.

Esta renovación es fresca, dinámica, académica, cultural, de pensamiento libre, con espacios para el debate de ideas; esta renovación ha ido creciendo poco a poco, en ella la participación de los estudiantes es la prioridad, el conocimiento de los profesores marca la pauta y muchos administrativos, silenciosamente, claman por ella.

Esta renovación que ya muchos la han tomado como suya comienza a surgir, se comenta por todos los claustros, el contacto visual y el mensaje corporal de apoyo y aceptación a la renovación no se han hecho esperar.

Pero es importante que esa renovación, que ya está en marcha, reflexione y tome en cuenta todo lo que la administración ha dejado de hacer en estos 75 años de la Universidad de Panamá, de temas trascendentales como: ¿Por qué la institución no ha tenido una renovación académica integral? ¿Cuáles son las causas de la disminución en más de 20 mil estudiantes en los últimos siete años? ¿Por qué no hay una planificación del mantenimiento y renovación de la infraestructura universitaria? ¿Qué debemos corregir para que estemos entre las 5 mil primeras universidades del mundo? ¿Por qué la Universidad ha dejado de ser centro de estudio y propuesta de solución a los problemas nacionales? Al contrario, la entidad ha quedado sometida a la propuesta politiquera de la reelección de una persona, cuyo saldo es un gran desgaste y estancamiento, lamentable para todos los universitarios y el país.

“Ser agitador universitario y ser mal estudiante es fácil, ser dirigente universitario y buen estudiante es más difícil, pero el maestro universitario respeta al buen alumno, y tendrá que respetar sus ideas cualquiera que sean”, Salvador Allende

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<> Este artículo se publicó el 11  de noviembre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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“El Experimento Reeleccionista”

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La opinión del Estudiante universitario …

César Valdés P. 

No cabe duda que lo sucedido en la Asamblea de Diputados con la aprobación del Artículo 34 de la ley Orgánica de la Universidad de Panamá, dejó en evidencia el apoyo incondicional del Ejecutivo hacia Gustavo García de Paredes; las bancadas cerraron filas sin importar si fuesen de oposición u oficialista, manifestando abiertamente la poca importancia que tiene la Universidad para ellos el cual rehusaron del debate y la sustentación amplia del tema.

La Universidad de Panamá luego de la aprobación de una ley personalista será convertida en el experimento reeleccionista del Gobierno, escenario político que se prestará con luces largas para la acariciada y no muy hablada reelección del Ejecutivo, no sería extraño que el aparato gubernamental apoye financieramente para que el Magnífico se reelija.

Pero la tónica a lo interno de la Universidad es otra, un estamento estudiantil que ya ha manifestado el repudio masivo contra la reelección de los que hoy quieren enquistarse en la colina y que piensan que la institución solamente le pertenece a ellos, un cuerpo docente que comienza a despertar de letargo, y el estamento administrativo, el más vulnerable, también se ha quitado la venda y se ha venido dando cuenta a donde quieren llevar la Universidad, lo poco que queda de ella, porque cada vez venden más patrimonios de la Universidad del Pueblo.

Que la Universidad de Panamá siga en este estado ruinoso en lo físico y en lo moral es un insulto para todo un país donde cientos de docentes y miles de estudiantes han escrito algunas de las páginas más hermosas de la historia.

Como dar una declaración a los medios e indicar que “Los planes y proyectos no se desarrollan en un período de cinco años», lo dice una persona que tuvo 14 años para hacerlo, y que aun necesita 5 años más. ¿Ustedes creen que si en 14 años no ha podido realizar su proyecto de Universidad, lo hará en 5 años más?, pues claro que no.

En la Universidad tal parece que se están formando individuos para consolidar nuestro subdesarrollo y no para salir de la mediocridad que nos asfixia. Yo confío que la Comunidad Universitaria sea capaz de discernir y pensar en el futuro de la Universidad. Nosotros tenemos en nuestras manos la decisión de darle un giro de timón a la Universidad y regresar a recuperar “la Universidad cultural, de pensamiento crítico y libre, sin claustros cerrados, ni divisiones” que predicaba Don Octavio Méndez Pereira, para dejar atrás “un centro politiquero, lleno de prebendas, chantajes y persecución a la libertad de expresión de todos los universitarios”.

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<>Artículo publicado el 28 de octubre de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/valdes-paredes-cesar-omar/

Rectorías: ¿cargos de por vida?

La opinión de…

César Valdés Paredes

La Asamblea Nacional se propone a modificar el artículo 34 de la Ley Orgánica de la Universidad de Panamá, una vez más. Ya hemos perdido la cuenta del número de veces que lo ha hecho, con el solo propósito de dar viabilidad a la reelección del actual rector, que es la misma persona, causa y motivo que ha generado todas las modificaciones anteriores en el mismo sentido.

Pero, ¿qué permite que tan pocos profesores, o los mismos en estos casos, dirijan estos centros de formación superior?

Cada universidad tiene sus propias reglas, amparadas en leyes universitarias que poco difieren entre sí.   Pero la ley de la Universidad de Panamá está hecha y diseñada para el rector y sus más allegados.   Con la última reforma a esa ley se estiró el periodo del rector de tres años a cinco años; en caso de Gustavo García de Paredes buscase un quinto periodo, además de cambiar el periodo de los 10 años de espera, tendría que modificar la ponderación del voto, fijándola en 33% para cada estamento, con la justificación de “igualdad para todos”.

Debe causar alarma que sea precisamente sobre los destinos de la Universidad de Panamá que se encuentra enquistada una triste farsa de asesores, funcionarios, profesores, y grupos estudiantiles, que como vampiros succionan la sangre del pueblo en la oscuridad de la noche.

Ahora, el proyecto de ley que modificará el artículo 34 va por la segunda vuelta, esta vez en la Asamblea Nacional, donde su propuesta debe ser aprobada por los diputados, especialmente por los oficialistas, quienes son los que conducen la aplanadora que tanta vergüenza nos ha causado en estos últimos meses.

Ojalá me equivoque, pero si el rector consigue el sí de los diputados, tal decisión no debe sorprendernos, simplemente no hay diferencia entre ellos. Actúan siempre pensando en sí mismos, mientras pisotean la institucionalidad. Lo que no puede esperar el rector es que su desmedido amor por el cargo sea de la simpatía de todos.

Los políticos solo deben proponerse devolver la Universidad a los universitarios, no hacer las modificaciones legislativas de las que el actual rector y su séquito de asesores piensan seguir viviendo.

Si la propuesta fuese para el mejoramiento de la Universidad, estoy seguro de que ningún universitario se opondría,  pero el haber sometido a la comunidad universitaria a una situación de intranquilidad, intolerancia, confrontación innecesaria y despilfarro de recursos económicos con fines politiqueros, en busca de una reelección perpetua para el beneficio de una sola persona, no es justo para la institución.

Exhorto a la comunidad universitaria a mantener las esperanzas y la confianza en que la Universidad de Panamá debe renovarse, y en el año 2011 dejarlo muy claro a los que hoy solo tratan de intimidar, perseguir y callar las voces disidentes.

Ya la suerte está echada, ya la línea se trazó, y el Ejecutivo ha dicho: “no me toquen a Gustavo”.

<> Este artículo se publicó el 9 de octubre  de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos,   lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

¿A quién le pertenece la Universidad?

La opinión del estudiante universitario…

César Valdés Paredes 

Don Octavio Méndez Pereira, primer Rector de la Universidad, supo plasmar la misión de la Universidad en el acto inaugural de la misma, el 7 de octubre de 1935: «Los panameños sabemos que debemos tener nuestro lugar en la acción científica y educadora de la vida superior universitaria, por el cultivo en los ciudadanos del amor puro de la verdad, el tesón de la labor cotidiana por encontrarla, la persuasión de que el interés de la ciencia y el interés de la Patria deben sumarse al alma de cada uno de nosotros”. La Universidad se encuentra sometida a un silencio solapado y despiadado por quienes se creen dueños de algo que no les pertenece, los cuales desean que esta siga siendo manejada como un botín político que nos llevara más temprano que tarde a consecuencias impredecibles en la misma. Los últimos quince años, sus autoridades la han distanciado aún más de “la Universidad cultural, de pensamiento crítico y libre, sin claustros cerrados, ni divisiones” que predicaba Don Octavio Méndez Pereira, para hacer de ella “un centro burocrático, lleno de prebendas, chantajes y persecuciones”.

Pero por qué la necesidad de esta administración de perder el patrimonio de nuestra Universidad, con las ventas del terreno de Tocumen que muy valioso hubiese sido para la Facultad de Agropecuaria, el terreno en la Arenosa al igual que el terreno en Farallón, tener que centralizar el Centro de Lenguas despojándoselo a la Facultad de Humanidades, aislar a los estudiantes de Veterinaria de su clínica, la cual ellos necesitan para poder desarrollarse en su área, ¿A quién le pertenece la Universidad?

Son muchos los sectores de nuestra sociedad que viven de espaldas a la Universidad y cuyo actuar los ha llevado a aceptar ‘la decadencia académica’ que se ha perpetrado en nuestra primera casa de estudios, durante estos últimos años. La democratización de la Universidad y la búsqueda de la excelencia académica, se han ido de vacaciones para darle lugar a una institución amorfa y colapsada que atraviesa crisis tras crisis sin encontrar su destino. Debemos todos preocuparnos para que nuestra Universidad regrese al lugar que un día ocupó, donde sus patrimonios se han valorados, donde el acceso al estudiantado no se le sea cerrado, donde se conjuguen las ideas, las críticas constructivas, búsqueda de identidad y carácter humanístico. Se hace necesario que los universitarios retomemos la mano del Maestro para así forjar la Universidad que la sociedad panameña necesita y recordarles a los que hoy se encuentran en la administración que la Universidad no les pertenece a ellos, sino al pueblo panameño. Lo sucedido en el referéndum constituye una oportunidad importante para comenzar a sanear la Casa de Méndez Pereira. Llegó la hora de echar a los mercaderes del templo, de erradicar de una vez por todas la mediocridad que tiene secuestrada a la Universidad y obstaculiza de una manera tan flagrante el desarrollo nacional.

<> Este artículo se publicó el 17 de septiembre de 2010  en el diario El Panamá América, a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que le corresponde.

El ‘desconozco’ de un rector

La opinión de…

César Valdés Paredes

Lo que sucede en la Universidad de Panamá es una tragedia. Convertida en un apéndice más de los cuarteles durante la dictadura militar, la Universidad perdió el dinamismo y la autonomía que le imprimieron su fundador, el presidente Harmodio Arias, su primer rector, el Dr. Octavio Méndez Pereira y las generaciones iniciales de preceptores nacionales, que allí ejercieron su apostolado con esmero y dedicación.

Hoy es poco más que otro botín político y financiero, foco de clientelismo y corrupción, con dirigentes interesados en el reparto burocrático y en el aprovechamiento de oportunidades económicas. La educación y la investigación no los motivan en lo más mínimo.

Lo sucedido e informado en los diarios de la localidad hace semanas, ya era un rumor casi verdad a lo interno del campus central, el cual buscaron la forma de llevar silenciosamente para que ninguna instancia a lo interno y externo supiera realmente qué era lo que acontecía, ¿cómo se puede explicar que el rector suspende por un año, sin sueldo, al catedrático de Educación Física profesor Jaime Turner?, que denuncia actos de corrupción, ¿y ese es el rector que quieren mantener en la Universidad? Es decir, que si se hubiese callado, pues no hubiese pasado nada. ¡Arriba, Dr. García de Paredes!, esos son los valores que transmite a la juventud universitaria. En manos de los diputados y del Presidente está frenar el ego desmedido de este individuo.

La situación en la Universidad de Panamá nada se asemeja a la de un centro de estudios de mediana seriedad en el mundo desarrollado. Su presupuesto, varias veces millonario, se malgasta de manera escandalosa, sin que los administradores de la institución –escudados en una mal entendida y distorsionada “autonomía universitaria”– rindan cuentas de sus actos y su uso de fondos públicos a la ciudadanía.

El profesor García de Paredes se ha convertido es un señor feudal escondido en un feudo donde ya ha osado ponerle su nombre a una calle, el de un familiar directo del actual Presidente de la República a una instalación universitaria y donde el pensamiento crítico es tan escaso como perseguido. Nuestra universidad ha llegado al punto de que el que denuncia la corrupción es al que se le sanciona.

Por todo lo planteado, me identifico y respaldo la postura heroica del profesor Turner, y exhorto a toda la comunidad universitaria a que se una a nuestro empeño por liberar de las cadenas de la ignominia a nuestra máxima casa de estudios, qué más actos indebidos y no aclarados tendrán que pasar en la Casa de Octavio Méndez Pereira para que de una vez por todas nos demos cuenta de que la propia administración que hace llamar a otros “los enemigos de la Universidad” es una cortina de humo de la destrucción que ellos mismos le han causado a nuestra querida Universidad de Panamá.

<>Artículo publicado el 7 de septiembre de 2010 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

La universidad de Gustavo

La opinión de…

César Valdés Paredes

La Universidad se supone un lugar de construcción de ideas, un espacio consagrado a pensar y a intercambiar pensamientos, a debatir de forma crítica sobre los asuntos nacionales, un centro de agitación intelectual y revolucionarias ideas políticas, científicas y sociales. La Universidad, para utilizar la U mayúscula, genera respeto a los ajenos, temor al poder, reverencia y ansiedad a los estudiantes, que ven en el aprendizaje la oportunidad para estructurar su formación y sus metas.

Lo trágico del estado de la Universidad de Panamá si hay construcción de conocimiento debe quedar clandestina, las pocas excepciones de docentes y alumnos interesados juegan el papel de excepción en la regla, su infraestructura física es patética y el papel que juega en la sociedad panameña es ausente. A todo esto los grupos estudiantiles están secuestrados por la Rectoría. Nuestro rector no puede negar que se ha destacado por su odio enfermizo al desarrollo de la educación superior agropecuaria. Es el único rector desde la fundación de la Universidad de Panamá, hace 75 años, que ha tenido la osadía de encajarse el cierre de tres centros de investigación agrícola (Azuero, Antón, Darién y el terreno vendido en Tocumen). ¡Vaya trayectoria!

Cerrar la farmacia universitaria (¿la estará dando en concesión administrativa, disfraz de la privatización en la universidad?); mantener el cine universitario cerrado desde hace tres años; ocultar la librería universitaria, al mismo tiempo que la somete a una pobreza cultural, política y científica sin paralelo entre nosotros; autoelogiarse ante una biblioteca que casi nadie frecuenta y que existe cargada de una desactualización imperdonable.

Y, aun así, parece que Gustavo García de Paredes desea ser reelegido sin que se haya hecho una sola auditoría seria de su gestión ya paquidérmica. De la Universidad de Panamá no sabemos nada, ni de sus cuentas ni de sus criterios de “calidad” ni de su consagrada “fundación” ni de la cantidad de recurso económico derrochado en busca de una reelección perpetua. No es este un tema menor.

La Universidad de Panamá es una de las columnas fundamentales para la construcción de un país serio, han sido las universidades públicas una de las válvulas sociales más necesarias en momentos de dictadura, de crisis social, de búsqueda de identidad y es claro que, en nuestro caso, no nos sirve para casi nada. Ciertamente, la Universidad está cercana a presenciar no sólo el final de este régimen feudal, sino también los aleteos de su última morada en la Colina. De eso no tenemos la menor duda.

Sabemos que una vez que ese anteproyecto de ley entre en discusión en la Asamblea de Diputados, el reino de Gustavo y sus seguidores se desplomará irremediablemente. Nadie en su sano juicio presentaría un proyecto como ese y pretender salir ileso del intento.

El debate girará en torno a la figura del rector y allí no van a bastar los logros que sus voceros nunca nos supieron explicar.

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Este artículo se publicó el 12 de agosto de 2010  en el diario La Prensa,  a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

La utopía de otra reelección

La opinión del Estudiante Universitario…

César Valdés Paredes

Es evidente que quienes conocieron al actual Rector, a eso de los años ’90, cuando gracias a las estrategias políticas y académicas lo llevaron de manera democrática por primera vez a ocupar el Decanato de lo que hoy es la Facultad de Humanidades, no previeron sus intenciones faraónicas para perpetuarse en el poder. Aun esas personas recuerdan como si fuera ayer, que después de la caída de los militares, nadie se acercaba a él, pero ni a invitarle una taza de “café en las rocas”, era entendible, porque siempre fue un abanderado y promocionado de encargos administrativos por el régimen militar de turno, representaba todo lo que los universitarios odiaban en ese momento.

¿Qué pasó con el profesor Gustavo de ayer, querido por administrativos, estudiantes y docentes?, hoy soberbio, autoritario, revestido de imperialidad y con una mentalidad y concepción faraónica de la Universidad. Está tan cegado que no se da cuenta de la gran división que ha provocado en la gran familia universitaria, rodeado de unos cuantos que no distinguen entre su bienestar económico y el bienestar de la institución.

Algunos recuerdan de aquellas palabras en aquel entonces, del ya desaparecido profesor Néstor Porcell, debe estar riéndose donde se encuentre, era gente que le daba forma de vida a la Casa de Méndez Pereira, aquellos “sagrados” Consejos Académicos, los cuales ya hoy día no tienen ninguna diferencia con el circo de los hermanos Gasca.

Hoy día tenemos una universidad de espalda a la sociedad panameña, carente de propuestas, una universidad entregada a los gobiernos de turno y a los caprichos de un Rector y de una minoría, que todavía navega en la carabela de Cristóbal Colón, sin darse cuenta del descalabro y estancamiento académico de la Universidad.

Otro de los argumentos muy comunes para “vender” a Gustavo y su rectoría consiste en asegurarnos que el actual rector es la garantía que etapas como la vivida con la administración del Profesor Julio Vallarino, no vuelvan más, les regresa la amnesia a estos curiosos personajes, ya que olvidan deliberadamente que el profesor Vallarino fue el ungido del Movimiento 2025 (cascarón que cobra vida solo en periodos electorales) y cuyo gurú espiritual fue y sigue siendo el actual rector; ya se les olvido que en la administración de Vallarino, el rector era colaborador de él, entonces, si la administración del doctor Julio Vallarino fue funesta, lo fue en gran medida, gracias a la complicidad y responsabilidad directa del actual Rector, ASEUPA, el Movimiento 2025.

Señor Rector, recapacite de sus acciones, no hay por que preocuparse; usted podrá ser gran asesor del próximo Rector, en el año 2011.

“Los Hombres, son mas grandes entre más humildes son”, Dr. Diógenes Cedeño Cenci.

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Este artículo se ublicó el 28 de julio de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

La Universidad despierta

La opinión del estudiante universitario…..



César Valdés Paredes

El pasado miércoles 9 de Junio cuando se conmemoraba un año más de la muerte del Padre Héctor Gallego, también en la Casa de Octavio Méndez Pereira se daba el referéndum en el cual la comunidad universitaria decidía si estaba de acuerdo o no a la modificación del artículo 34 de la ley universitaria.

Como todos sabemos el referéndum favoreció las ansias de poder de una estructura viciada, llenas de prebendas, en la cual supieron intimidar y montar una persecución al que no estuviera con el voto “Sí”. Pero el mensaje que dejaron los estudiantes fue alto y claro, fue un voto más allá de las expectativas que se tenían, ese estudiante que va a la Universidad día a día, que conoce el estado en que se encuentra el claustro universitario, su infraestructura, sus laboratorios, la falta de insumos. etc., ese estudiante que es digno, académico, que no está emplanillado, y que su único querer, es formarse como ciudadanos de bien; ese estudiante de convicción y preocupado por el quehacer de la universidad, ese fue el estudiante que voto un “No” contundente, un No que caló muy alto, un No que ellos jamás esperaron, un No digno, un No por una renovación, un No a las persecuciones.

Los del poder universitario subestimaron el voto No diciendo que ganarían sobrados, pero se dieron cuenta que los estudiantes, administrativos valientes y muchos profesores se unieron y despertaron del letargo en que se encontraban para ejercer ese cambio y renovación con el voto No.

Para colmo, el Rector sacó su verdadera naturaleza, su pedantería y egolatría, al restar importancia a los estudiantes que votaron por el No, llamándonos de tener poca experiencia, que somos rebeldes, que nos dejamos arrastrar por la campaña negativa, Señor Rector sea más respetuoso con el estudiantado, por que el estudiante que votó a conciencia conoce la realidad en la cual se vive la universidad; esa realidad que ustedes han querido ocultar y maquillar en los medios que la Universidad es próspera y no le hace falta nada, es próspera para ellos que quieren perpetuarse y que ven todos sus intereses puestos en la figura del Rector; los estudiantes eran los únicos que no tenían compromiso con el rector y demostraron que quieren un cambio y no a un faraón, que maneja la “U” como su finca personal.

Felicito a todos los estudiantes de las 16 facultades del campus central y de Centros Regionales que demostraron que no se venden, ni se alquilan, que son estudiantes dignos y libres, fuimos la diferencia, dimos el primer paso, es nuestro pilar para de aquí en adelante comenzar y trabajar por una renovación que ya esta en marcha.

Deseo concluir con la célebre frase de Rubén Darío: “Juventud, divino tesoro”.

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Este artículo se publicó el  24  de junio de 2010 en el diario  El Panamá América a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.