Salud Pública, un llamado a la solidaridad

Salud Pública, un llamado a la solidaridad
La opinión de…

Nicolle Alzamora

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Recientemente tuve la oportunidad de ver el documental Sicko del controversial Michael Moore, que trata sobre el sistema de salud norteamericano.

Quisiera hacer hincapié en el nombre del documental. Sick significa en inglés enfermo, así como psycho designa a personas mentalmente inestables; de modo que Sicko representa una mezcla de ambas expresiones. Moore no solamente busca mostrarnos el tema del documental –la salud pública o, tal vez, ¿la falta de ella?– sino la forma en que se tilda a quien tiene una opinión de protesta contra el gobierno: debe ser un loco. Un loco al que nadie escucha, ni toma en serio, un loco que tal vez, solo tal vez tenga razón.

Los hospitales de Estados Unidos tienen excelentes instalaciones, tratamientos y opciones quirúrgicas; sin embargo, estas solamente pueden ser utilizadas por una pequeña porción de la población; ya que la salud no es de carácter público, es decir que no es cubierta por el Estado. En teoría, para cubrir estos gastos, existen las compañías aseguradoras privadas, pero la cantidad de obstáculos estratégicamente colocados por estas compañías limitan –a propósito– la cantidad de personas aseguradas. Alrededor de 45 millones de norteamericanos no tienen acceso a un sistema de salud acorde a la capacidad económica de su país, y los que sí pueden asegurarse sufren los engaños de un sistema que no quiere darles la atención médica que están pagando, sino beneficiarse con sus primas.

Muchos aspectos de este documental me llamaron la atención, y sé que no me alcanzarían estas líneas para explicarlos a profundidad. Es por esto por lo que quisiera enfocarme en la importancia de la solidaridad en las sociedades.

Un sistema de salud público, más allá de reflejar una inclinación política estatal, refleja un valor imprescindible en la sociedad; sus ventajas no se limitan a mejorar la salud de los asegurados, sino que forma una sociedad que deja de pensar como cabezas separadas y empieza a pensar como un colectivo, en pro del bien común. Este valor es la solidaridad, definida como “Adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros”. Esta empresa no es más que la salud.

El documental refleja cómo dicho valor se ha ido de quienes controlan este campo en EU Así, la atención médica no funciona con base en quién necesita qué, sino en quién puede pagar más. Esta actitud individualista y egoísta repercute de forma invariable en la sociedad, desmejorando gravemente la calidad de personas que en ella se forman.

Sicko nos brinda este mensaje y nos lleva a reflexionar sobre nuestro propio sistema de salud, con sus atrasos tecnológicos, servidores públicos no siempre amables e interminables filas. Sin embargo, con estos defectos, es para mí preferible a un sistema en el cual no podría siquiera soñar con la posibilidad de atenderme por un precio razonable, y mucho menos con la satisfacción de que, con mi ayuda, otros panameños menos privilegiados cuentan con la misma atención que yo.

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Publicado el 22 de agosto de 2009 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde