La diplomacia es un asunto serio

La opinión de…

 

Elvira Elena Barrios Icaza

La política exterior de nuestra nación la define el Presidente de la República y se ejecuta a través del ministro de Relaciones Exteriores, pero la diplomacia, serio asunto, es ejercida por los diplomáticos. No puede ser de otra manera.

El diplomático es aquella persona que envía el Estado para llevar a cabo su representación y, por tanto, la representación de sus nacionales. La diplomacia debe ser ejercida con inteligencia y mucho, mucho tacto, que debería ser el equivalente a buena educación, lo que a su vez debería traducirse en conocimiento, buenas costumbres, cortesía y urbanidad.

El diplomático ideal es el funcionario de carrera diplomática y consular, porque tiene la invaluable ventaja de formar parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, ya que accedió a su cargo por estricta preparación profesional y rígido concurso.

Es, bajo todo punto de vista, improbable pretender que todo el personal de las embajadas y consulados de nuestro país lo conforme solo personal de carrera diplomática y consular.

Es improbable, porque tenemos alrededor de 42 embajadas y 50 consulados en el mundo y contamos, al día de hoy, con 62 funcionarios de carrera diplomática y consular. Lo que sí debería ser, es que el personal de nombramiento político enviado a laborar en las embajadas y consulados de nuestro país, vaya meticulosamente preparado para evitar en lo posible las lamentables actuaciones llevadas a cabo por improvisados diplomáticos.

Los diplomáticos que llegan a sus cargos por nombramientos políticos pueden provenir de otras carreras o ámbitos, pero siempre teniendo en cuenta que la actuación de los diplomáticos de un país confirma la cultura de la Nación. Los Estados perciben a través del cuerpo diplomático de un país su cultura. Por tanto, en base a eso, debería estar constituido el personal de una misión diplomática. Convendría estructurar una lista básica de méritos que tendría que tener la persona que sin ser diplomático de carrera, aspire a ser nombrado en un cargo diplomático político.

El Ministerio de Relaciones Exteriores tiene como una de sus principales misiones la profesionalización del servicio exterior panameño, por tanto, debería ser de estricto cumplimiento el hecho de que en todas las embajadas y consulados de nuestro país estuviera asignado al menos un diplomático de carrera diplomática y consular, situación que no se da hoy día, ya que el mismo ofrecería sin duda la invaluable ventaja de su preparación profesional y sobre todo su experiencia al desempeño exitoso de la misión.

Esto se lograría estructurando el personal profesional por medio de llamados a concursos científicamente programados para lograr cubrir en el tiempo la necesidad de funcionarios de carrera y en esa forma lograr los objetivos de profundizar el efectivo y necesario acercamiento entre nuestro país y las naciones del mundo que es, en suma, la razón de ser de este asunto serio llamado diplomacia.

 

<>
Este artículo se publicó el 17  de enero de 2011   en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.