La opinión de…..
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Dairo Herrera C.
Por un lado, el acelerado y caótico proceso de urbanización en la ciudad de Panamá ha incidido en la pérdida del espacio público y de las áreas peatonales adecuadas. Por el otro lado, el agresivo y pobre transporte público hace que la calle sea una selva de cemento, como dice la canción, insegura y violenta.
Es necesario solicitar a las altas autoridades del Estado, junto a los alcaldes, gobernadores, representantes y diputados, que tomen decisiones inmediatas en favor de todos los ciudadanos frente a la opinión generalizada de que la recuperación de la condición de viabilidad peatonal es secundaria en nuestro país.
Debo señalar que la popularidad o adversidad de las encuestas de opinión no debería impedir a nuestros gobernantes tomar decisiones en consonancia con la Nación moderna, justa y llena de equidades que debemos construir entre todos los ciudadanos.
Las políticas urbanísticas y de transporte deben ser revisadas. Se necesita romper los círculos viciosos de la inercia y desarrollar un plan visionario de largo plazo, que permita por parte de las futuras autoridades estatales y municipales darle continuidad.
En lo urbanístico, caminar nos permite disfrutar de las ciudades; es lo más agradable que existe y son los ciudadanos los que le dan vida a las ciudades, pero tenemos que garantizarles seguridad. Para ello, es necesario construir aceras, rampas para minusválidos, instalar bolardos en las vías principales (El Cangrejo, Bella Vista, Casco Antiguo, entre otras), organizar las paradas para el transporte público de taxis y buses, y organizar otras vías peatonales como se hizo en la Avenida Central.
En el transporte, la invasión de automóviles particulares aumenta el caos vehicular en la ciudad y la contaminación ambiental, afectando nuestra salud (ver estadísticas y definición OMS). Estas son razones para restringirlo, concertando con los ciudadanos la circulación durante la semana por restricción de placas predeterminadas.
En este punto, es necesario fortalecer un transporte público organizado y capacitado, de tal manera que se termine la lucha por el centavo, factor causal de muertes, accidentes de tránsito y desorden vial. Además, se impone la obligatoriedad del servicio de taxis con tarjetas de identidad de “conductores profesionales” que hagan las carreras individuales, que le faciliten al usuario llegar oportunamente adonde quiera. Esto se resuelve con taxímetros que registran las distancias recorridas, evitando los abusos cotidianos y los riesgos de atracos. Además, se puede establecer una línea de taxis especiales que operaría en rutas preestablecidas como servicio colectivo.
Las ventajas sociales y económicas de un replanteamiento peatonal de la ciudad de Panamá y de su área metropolitana se traduciría en una disminución de la contaminación atmosférica, del ruido y de la peligrosidad de las calles, lo que redundaría de un modo directo en la mejora de la salud de la población.
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Artículo publicado el 20 de marzo de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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