–
nitzianestesiapanama@hotmail.com
De todas las tragedias vividas en Panamá, resultará casi imposible olvidar lo sucedido a los jóvenes recluidos en el Centro de Cumplimiento de Menores, ubicado en Tocumen.
Siete jóvenes fueron quemados brutalmente por personas inhumanas, sin almas, de manera intencional; no de forma fortuita, sino buscando una lesión un daño: se produjeron lesiones personales con dolo y homicidios dolosos, no culposos, porque hubo intención y acción.
Siete jóvenes llegaron al centro con siete historias diferentes, independientemente de cuál haya sido la razón por la que se encontraban allí o si habían provocado un incendio para intentar fugarse, no se justifica bajo ninguna excusa que se lesionara a un joven de esa manera, eran seres humanos no animales, no eran perros ni gatos ni vacas. A muchos de ellos solo le faltaban unos días para poder cumplir su sentencia.
Sabemos que el origen del delito es multifactorial: presión de grupo o de ‘la banda’, familias desintegradas, abuso y maltrato infantil, pobreza, deserción escolar, poca autoestima, deshumanización, poca valorización por la vida, consumo de drogas, enfermedades psiquiátricas, en fin, la lista es interminable.
La mayoría de los delitos cometidos por estos menores pudieron haber sido prevenidos si se hubiese ‘trabajado’ en ellos en el hogar desde temprano, a tiempo, buscando la ayuda profesional de psicólogos, psiquiatras, sociólogos y otros profesionales.
Hemos visto cómo en nuestro país han sucedido desgracias inmemorables: inundaciones en ‘Puerta del Este’, y en Las Garzas de Pacora; pasajeros quemados en el Bus de Mano de Piedra-Corredor: el 23 de octubre de 2006; las muertes y enfermos por el jarabe envenenado de dietilenglicol; los pasajeros muertos en Las Garzas de Pacora.
El pueblo está harto y reclama justicia. Nada se ha hecho en pro de la justicia por esos panameños muertos o los sobrevivientes de las tragedias.
Los servidores públicos involucrados en ese horrendo espectáculo (custodios, policías, bomberos, director del centro de cumplimiento), deben ser enjuiciados y condenados. Varios delitos fueron cometidos por estos desalmados: homicidio doloso (van cinco muertos), abuso de autoridad, infracción en los deberes de los servidores públicos, lesiones personales, entre otros. No sabemos en que concluirá esto, pero será difícil que se haga algo.
Es difícil que después de una quemadura del cuerpo de más del 50% una persona sobreviva aún cuando sea joven. Pero la situación se empeora más por la inhalación de gases tóxicos, que fue intencional y macabra.
Hoy todos lloramos las muertes de los jóvenes: Erick Batista, Benjamín Mojica, José Frías, Omar Ibarra y Víctor Jiménez mis palabras de apoyo para sus familiares. Para aquellos desalmados, asesinos, nada humanos, que les caiga la pena máxima.
*
<> Artículo publicado el 26 de enero de 2010 en el diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.
Filed under: Torres Cisneros Nitzia | Tagged: Delitos, Homicidios, Justicia, Menores de edad, Panama | 1 Comment »
Debe estar conectado para enviar un comentario.