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La opinión del Abogado….
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KEVIN MONCADA LUNA ARJONA –
kevin@moncadamoncada.com
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Érase una vez una en una selva muy lejana, cuyo mando se ejercía en tres órganos: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. El amo del Ejecutivo era el Rey León, quién veía a la Comadreja como un obstáculo político.
En esa selva existía también una institución denominada Ministerio Público (MP), a cargo de la Comadreja, cuya función principal era la de perseguir e investigar los delitos de la selva. Un día, la Comadreja, en aras de purgar al MP de alimañas asquerosas como lo era el Fiscal Lagarto, autoriza la escucha telefónica del reptil. Gracias a esta intervención telefónica, se confirman las sospechas de la Comadreja: El Fiscal Lagarto pedía coimas a animalitos. Por esto, el deshonesto reptil fue despedido.
La Comadreja había logrado detectar y eliminar un punto de corrupción en la institución. No obstante, el Órgano Judicial, azuzado por el Rey León, ‘decidió’ que el procedimiento utilizado por la Comadreja para intervenir teléfonos fue ilegal, y por esto, la destituyeron.
Frente a tal situación, el Rey León designa al Cerdo como reemplazo de la Comadreja, para que se convierta en el Jefe Suplente del MP. No había siquiera terminado el año y ya había estallado en la selva un escabroso escándalo: El Cerdo había nombrado animales corruptos en el MP que facilitaron la penetración del narcotráfico en la entidad. La jungla entera estaba asombrada. Parecía irreal, irónico, inverosímil: ‘sacaron a la Comadreja por perseguir a los corruptos y por depurar al MP; para nombrar en su reemplazo a un Cerdo que directa o indirectamente provocó la infiltración de la mafia y de la corrupción en tan solo un par de meses’.
La indignación de la Comadreja era aún más enorme, pues, en tan poco tiempo el MP se había transformado en una dentina apestosa, hastiada de entresijos reprochables. Pero la arreada indignación de la Comadreja se incrementó todavía más cuando vio que una Zarigüeya residente de una selva vecina recibió rápidamente asilo político por parte del Rey León, porque en su país había pinchado teléfonos a adversarios políticos.
La perpleja comadreja no lo podía creer: las autoridades locales la patearon por pinchar teléfonos para combatir la corrupción, y, sin embargo, le brindan asilo político a la Zarigüeya, que pinchó teléfonos por fines meramente políticos e inmorales.
Y, como corolario, una página web reveló que el Rey León pedía ayuda para pinchar teléfonos a sus rivales políticos. ¡Pobre Comadreja indignada!.
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<> Este artículo se publicó el 3 de enero de 2011 en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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