La opinión del Ingeniero…..
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Carlos Felipe Landau R.
Comparto la siguiente reflexión sobre María y el mes de mayo, con todos aquellos deseosos de ser parte de esas generaciones que alabarán a la Madre de Nuestro Señor llamándola “bienaventurada” (cf. Lucas 1,48).
Antonio Royo Marín anota que ya a fines del siglo XIII existía la costumbre de reunirse en el mes de mayo para alabar e invocar a María: “El primero en asociar al mes de mayo con la devoción a la Santísima Virgen María fue —según parece— Alfonso X, rey de España (1239-1284) … Entre sus poesías tituladas Cantigas de Santa María hay una que empieza: ¡Bienvenido mayo! … En ella el Rey Sabio exalta el retorno de mayo, porque con su serenidad y alegría nos invita a rogar a María con nuestros cánticos ante su altar para que nos libre del mal y nos colme de bienes.” (La Virgen María, Teología y espiritualidad mariana).
Comentando el por qué se escogió el mes de mayo, dice: “Como en mayo la naturaleza despierta del sueño invernal y se cubre de verde y de flores, así en mayo la piedad filial del pueblo cristiano hacia nuestra Madre celestial despierta, se adorna de flores bellas y perfumadas que no se marchitan: Flores aparecieron en nuestra tierra (Cant 2,12)”.
¿Cómo vivir el mes de mayo? Básicamente se trata de ofrecer cada día al Señor algún obsequio espiritual por medio de la Virgen: visitas a alguna iglesia dedicada a ella, pequeños sacrificios en su honor, ofrecimiento del estudio o del trabajo bien acabado o el rezo más atento del Santo Rosario. Para hacerlo en familia, “arreglar como en un altarcito alguna imagen de la Virgen María, se le colocan flores y alguna luz… reunida la familia, si se puede se reza el Santo Rosario” (Mes de Mayo. Mons. Arrieta). Y si no se puede, se hace alguna oración mariana como: el Acordaos de San Bernardo; seguido por tres Avemarías saludando la Inmaculada Concepción de María; terminando con Bendita sea tu Pureza.
En todo caso, tengamos presente que “el mejor mes de mayo, es aquel en que uno se propone por amor a Dios y a la Virgen María, ir evitando faltas y pecados, recibiendo con piedad los Sacramentos de la Penitencia y la Sagrada Eucaristía” (Mons. Arrieta).
Comenzando el mes de mayo, que la piedad cristiana ha consagrado a María, no desaprovechemos esta ocasión de crecer en el Amor a Dios, a través del trato con su Madre.
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Este artículo se publicó el 1 de mayo de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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