En opinión de…
Cynthia Sánchez – Periodista
.
Vivir con el temor de las balas
.
Los moradores de los barrios populares del Chorrillo, Calidonia y Curundú, desde hace buen rato que se encuentran en cautiverio en sus propias moradas por las acciones de pandillas de delincuentes fuertemente armadas.
Muchas personas decentes que residen en estos lugares viven atemorizados entre las balaceras, narcotráfico y robos, que parece son el pan de cada día en estos sectores a pesar de los operativos policiales.
Conozco a personas que han dejado de visitar El Chorrillo y Calidonia para disfrutar del pescado frito y la cerveza, porque estas áreas se han convertido en zonas rojas de alta peligrosidad y temen ser blanco de s delincuentes que no dejan en paz a nadie.
Hace 20 años, en estos barrios imperaba un clima de tranquilidad y todo era diferente. Vivían personas trabajadoras y algunos inmigrantes que salían de sol a sol en busca del sustento económico. Sin embargo, en estos momentos existen muchos sujetos del mal vivir que se han apoderado de estos humildes sectores de la ciudad capital.
Considero que es el momento de depurar estos barrios de las manzanas podridas, puesto que se ha hecho público algunos testimonios de personas que temen por su vida y hasta han sido amenazadas para que abandonen sus hogares.
¡Que lamentable y difícil es esta situación!, que ni en tu propio barrio y hogar puedas vivir en paz, ya que impera la ley del silencio para evitar inconvenientes con los delincuentes.
Los operativos policiales y toques de queda deben incrementarse en El Chorrillo, Calidonia y Curundú, para detener a los criminales, narcotraficantes y ladrones, que son prácticamente una especie de lacra social. Igualmente, nadie debería estar en la calle a altas horas de la noche para ver si se acaba la ola de violencia que a todos afecta.
No hay que actuar con paños tibios ni con benevolencia con estos bandoleros, se deben detener porque ellos no perdonan al momento de cometer delitos y sembrar el terror.
He escuchado a algunos transportistas exagerados que la solución sería que se les tirara «una bomba» para acabar con todas esas plagas, ya que no es justo que invadan la paz de otros panameños que son honestos, trabajadores y estudiosos que quieren un mejor Panamá.
Pero la verdadera solución esta en cambiar la mentalidad de algunos residentes de estos barrios, mientras que las nuevas autoridades tienen que seguir actuando con energía para frenar a estas células de bandas que atentan contra la vida de adultos, jóvenes, ancianos y niños inocentes.
Es importante la implementación de un programa de resocialización de ciudadanos a nivel general, no sólo en las cárceles sino en estos sectores con el fin de evitar los crímenes y hurtos.
Además se deben retomar programas como Vecinos Vigilantes y Armas por Comida o Dinero, que en cierta medida podrían tener algún impacto para reducir los actos delictivos. También los padres de familia tienen que poner su granito de arena para elevar los valores morales de sus hijos y dar buenos ejemplos.
¡No podemos dormirnos en los laureles!, vamos a echar manos a la obra para devolverle la paz a nuestras calles para que nuestros hijos vivan en un lugar seguro.
<>
Publicado el 12 de agosto de 2009 en el diario El Panamá América, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Filed under: Sanchez Cynthia | Tagged: Delincuencia, Policía, Sociedad | Leave a comment »