Sacrificios sociales inmorales

La opinión de…..

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Manuel Gaspar Vega Zúñiga

Según datos de la Nacional Geographic, “se calcula que dos tercios de la humanidad vive en cielos contaminados por luz”. ¿Y qué hablar de la crisis energética, de la escasez de agua o de la miseria?

En Panamá, por diferentes medios de comunicación se proyecta que debemos tener conciencia ante la problemática del consumo excesivo de energía eléctrica, que se debe racionar el agua, porque una gran cantidad de nuestras fuentes hídricas se están secando.

Ahora bien, ¿es ético pedir tal sacrificio, si los sectores que lo solicitan son los mayores causantes de dichos problemas?

En la actualidad, la mayoría de las empresas dedicadas a talar gran parte de nuestra selva del Darién están en manos de los sectores con el mayor poder económico del país; así como también la mayoría de los terratenientes que, sin planificación alguna, poseen grandes extensiones de terreno dedicadas a la actividad ganadera en esa región. Lo mismo ocurre con el problema del consumo energético, porque a través de los clásicos eslóganes propagandísticos se pide al panameño común que utilice de forma moderada su abanico, mientras que hay otros sectores con casas que tienen aire acondicionado en cada área de la residencia.

En cuanto a la problemática del agua, los sectores ambientalistas, en forma atinada, solicitan no contaminar los ríos con basura y otros desperdicios, mientras que el Idaan pide racionar el uso del agua. ¿Pero cómo se puede racionar un recurso que muchos sectores no tienen? No es posible que se pida sacrificios a la mayoría de los panameños, cuando una parte despilfarra el recurso en piscinas permanentes, en grandes tanques de reserva, en el riego excesivo de jardines (tan verdes como en la estación lluviosa).

Otro problema que nos aqueja son los agobiantes tranques vehiculares que, por más semáforos “inteligentes” que se instalaron, no se solucionan; se plantea que los mismos se deben a la gran cantidad de automóviles que circulan, por lo que lo ideal sería que se usara más el transporte colectivo. Pero, sabemos que muchas familias cuentan con un automóvil para cada miembro.

En este momento, se debe sugerir que todas las entidades (gubernamentales y privadas) tanto las generadoras de energía como las distribuidoras de agua, dirijan sus mensajes de ahorro a todos los sectores involucrados, pero sobre todo a aquellos que por sus características económicas son los que más despilfarran nuestros recursos, tanto hídricos como energéticos.

Somos conscientes que el problema es de todos y que en nuestro país falta más educación en cuanto al uso de nuestros recursos.

Mayormente se debe crear conciencia en la importancia de conservar las fuentes de energía e hídricas, pero principalmente debe haber equidad en los sacrificios sociales, porque si aquellos que los solicitan son los que más gastan nuestros recursos, entonces estaríamos cayendo en una indudable inmoralidad.

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Publicado el 4 de febrero de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde

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