Solidaridad periodística

-Por solidaridad con el amigo en Facebook, Paco Gomez Nadal cuyos artículos han sido reproducidos en este blog, lo mismo que en solidaridad con los periodistas, los defensores de los derechos humanos y de  la libertad de expresión, reproducimos el siguiente artículo que nos enviara nuestro también amigo en Facebook y de este sitio, el sociólogo y político Olmedo Beluche-.  El editor


La opinión de…

PACO GOMEZ NADAL

El mar, 1/3/11, Jennifer Delgado <jdelgadou@gmail.com> escribió:

Fecha: martes, 1 de marzo, 2011 09:13

En el blog del Colegio Nacional de Periodistas se ha publicado el siguiente comunicado:

MENSAJE DE PACO GOMEZ NADAL A SU LLEGADA A MADRID   NOS DICE SU VERSION

Acabamos de llegar a Madrid custodiados por dos agentes del SANM.    Les envío este comunicado que redactamos en la escala de San José. Les pido que lo reboten a los compañeros de los medios.
Desde San José de Costa Rica, camino a Madrid (España)
He sido expulsado de Panamá en el día de hoy por el Gobierno de Ricardo Martinelli. La fórmula legal se denomina retorno voluntario pero ni es voluntario ni es retorno. Explico las circunstancias: 

1. El sábado 26 de febrero fui detenido ilegalmente cuando, claramente identificado como miembro de la organización de Derechos Humanos Human Rights Everywhere (HREV), documentaba el desalojo de los indigenas ngäbe que cortaban la Plaza 5 de mayo. La detención se produjo con violencia y sin ningún tipo de contemplación. En el operativo también fue detenida de forma arbitraria e ilegal mi compañera, Pilar Chato, que estaba en el andén de la esquina entre 5 de mayo y Calle L esperando el final de los acontecimientos.

2. En las siguientes 20 horas fuimos recluidos en tres instituciones diferentes y en ningún momento se nos indicó de qué se nos acusaba, no se nos permitió comunicación con nuestros abogados ni recibir asistencia consular de la EMbajada de España, país del que somos ciudadanos. Los propios funcionarios de la DIJ de Ancón nos manifestaron que no había expediente ni documentación que justificara nuestra detención en esas instalaciones (donde tuvimos que dormir en el suelo sobre periódicos)

3. Que en la tarde del día 27 de febrero, 23 horas de spués de la detención, fuimos víctimas de un juicio express en la corregiduría de Balboa con acusaciones falsas de la Policia Nacional (como que no estaba identificado al momento de la detendicón o que se nos leyeron nuestros derechos o que fuimos informados de las razones del acto) y en base a un video sin audio que, a todas luces, no es probatorio de ningún acto delictivo o contrario a las leyes panameñas.

4. Que Aproximadamente a las 4:30 p.m. fuimos trasladados a las oficinas del Servicio Nacional de Migración donde ni siquiera sabían por qué recibirnos hasta, tal y como nos indicaron, «recibir una llamada de Presidencia». Una vez que nos recibieron en calidad de «retenidos», los funcionarios del SNM aseguraron al consul de España, a nuestra abogada y a representantes de la Defensoría dl Pueblo que ningún trámite sería realizado hasta la mañana del día 28 de febrero y que por esa razón debiamos permanecer en las celdas de Migración, a pesar del compromiso de los funcionarios nacionales e internacionales de servir como garantes de nuestra comparecencia al día siguiente.

5. Que después de irse el equipo de acompañamiento, la directora del SNM junto a sus abogados dictaron un decreto ilegal y arbitrario en que sin pruebas nos condenan a detención por haber alterado el orden público e «instigar» protestas». Fuimos despertados pasada la media noche, intimidados e irrespetados y obligados a firmar un documento en que se afirmaba que el SNM había escuchado nuestra defensa y respetado nuestros Derechos Humanos, cuando esto no se había producido.

6. Que ante las arbitrariedades cometidas, la agresividad de los comunicados públicos del Gobierno desde el mismo sábado 27 y los antecedentes del intento de expulsión del 4 de julio de 2010 y ante la TOTAL FALTA DE GARANTÍAS jurídicas para un proceso justo o para nuestra seguridad física ni jurídica, decidimos aceptar la deportación voluntaria.

7. Manfestamos la absoluta falta de garantías para el trabajo como Defensores de Derechos Humanos en Panamá y alertamos a NAciones Unidas y a la Comisión Interamerciana de DDHH sobre el grave riesgo al que están sometidos otros defensores en Panamá y cualquier líder social.

8. Agotaremos todos los recursos legales disponibles en Panamá y en el sistema Interamericano de JUsticia para revertir esta situación y exigiremos la compensación por los daños morales, económicos y personales a los que hemos sido sometidos al abandonar nuestro hogar, nuestros amigos, nuestra misión como defensores de Derechos Humanos y nuestro desarrollo profesional.

9. HREV y mi persona sólo hemos tratado de promocionar y defender los derechos humanos de los colectivos más desfavorecidos de Panamá, tal y como es nuestro mandato. Nuestros informes sobre violación de derechos humanos en Changuinola o en el Centro de Cumplimiento de Tocumen o nuestro seguimiento a todo el proceso de defensa territorial de los pueblos Naso, Ngäbe y Buglé han molestado a las autoridades que han desconodio las recomendaciones de las organizaciones internacionales respecto a los Derechos HUmanos de estas poblaciones. A esta situacion se suma mi labor como periodista y columnista en el diario La Prensa con trabajos críticos que incomodan al Gobierno tal y como lo han manifestado en diversas ocasiones.

10. El trato de los funcionarios de rango bajo de la DIJ y de Migración fue en todo momento correcto y ellos mismos nos mostraron su perplejidad ante este proceso.
11. Los pueblos originarios de Panamá no necesitan de instigadores. Son autónomos y dignos y cuando protestan suelen ser provocados por medidas del Gobierno que, además del abandono secular, aprueba medidas que afectan contra la autonomía territorial, cultural y política de los pueblos originarios.

12. Reconocemos y agradecemos profundamente la valentía, el ánimo y la solidaridad que numerosas organizaciones, ciudadanos y, en especial, los representantes de los pueblos originarios de Panamá nos han mostrado en las últimas horas.

No nos echa Panamá. Nos echa su gobierno.

La lucha por los Derechos Humanos es irrenunciable y los delitos de lesa humanidad imprescriptibles.

Paco Gómez Nadal
Pilar Chato Carral

Crecimiento económico y ¿beneficio social?

La opinión de la Economista, Educadora, Humanista…

LIZABETA S. DE RODRÍGUEZ
diostesalvepanama@yahoo.com

Hace varios quinquenios viene hablándose del crecimiento sostenido de la economía panameña. Situación que trajo consigo el arribo de inversiones extranjeras y especulaciones varias.

Con este flujo de capitales, también se incrementa la migración foránea, en busca de esparcimiento, diversión;  y de millonarios o de jubilados que informados de las bondades que ofrece nuestro país para disfrutar de una vida pacífica y con un costo relativamente bajo, con relación a sus recursos o altas pensiones de retiro laboral, se interesan en residir en nuestro país.

De igual forma, llega un considerable grupo de personas en edad productiva, en busca de nuevas oportunidades de empleo y mejor calidad de vida.

Otros aspectos importantes, en el crecimiento económico son: la ampliación del Canal, el desarrollo de las finanzas, comunicación y logística, áreas consideradas como estratégicas de la actividad económica, para asegurar generación de empleos y mayor contribución al tesoro público, mediante la carga impositiva.

De hecho, si el escenario planteado es alentador, también trae sus fallas. Es evidente el encarecimiento en el costo de vida del nacional, que no puede competir con el alto poder adquisitivo de los extranjeros residentes, influyendo con sus demandas por bienes y servicios en los precios del mercado, en detrimento de los nacionales. Ello aunado a la mala distribución de la riqueza afecta el escuálido bolsillo del panameño.

La canasta básica de alimentos se viene incrementado, producto de la fluctuación del petróleo y la especulación comercial, aún cuando el gobierno continúa con las conocidas ferias libres del Instituto de Mercadeo Agropecuario.

Toda esta movilidad de capital humano y financiero, trae consigo innovaciones en todas las áreas del cotidiano vivir. Surge la necesidad imperante de modernizar las urbes. Tal es el caso de la ciudad capital, donde se observa la necesidad de nuevas vías y la ampliación de las ya existentes; así como el completo abastecimiento de agua potable y saneamiento ambiental.

Otro punto sensible, es el referido a los niveles de seguridad pública, el cual ha resultado el talón de Aquiles en las diversas gestiones gubernamentales de las últimas décadas.

De esta situación no escapa la actual administración. Y es que el crecimiento económico también trajo consigo el aumento de la delincuencia común y la entrada de organizaciones criminales. Los carteles del narcotráfico colombiano y mexicano, entre otros, que introducen nuevas modalidades delincuenciales como el sicariato; pero además fomentan las pandillas y cierto nivel de corrupción gubernamental; creando un ambiente de incertidumbre y desasosiego en la población.

Es inminente que tanto la actual administración gubernamental, como las que vengan deberán dejar de lado intereses y diferencias personales o partidistas, para establecer, responsablemente con seriedad y objetividad, políticas de Estado coherentes en materia de desarrollo social, urbanístico, administración de justicia (criminología y resocialización), que respondan a las necesidades de un desarrollo humano y económico con equidad, que asegure dignidad y calidad de vida a todos los habitantes.

 

Este artículo se publicó el 9 de febrero  de 2011   en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que a la  autora,  todo el crédito que les corresponde.

Inmigración y sociedad

La opinión de…

 

José A. Claus G.

En una economía perfectamente capitalista se puede promover la liberalización de la inmigración, pero en el mundo real en el que vivimos la inmigración indiscriminada distorsiona el mercado laboral. La constante quejadera de los gremios empresariales de que hace falta mano de obra calificada no tiene sentido, cuando vemos que los ingresos familiares están muy por debajo de lo que cuesta la vida en Panamá. Los auges económicos tienen vidas cortas y son seguidos por recesiones, por esta razón se tiene que permitir que el ciudadano común también tenga la oportunidad de ofertar sus servicios, sin temor a que vayan a importar mano de obra extranjera. La única manera en que se verá un alza generalizada de los salarios en Panamá, será cuando verdaderamente se proteja al panameño de la competencia desleal de los inmigrantes.

Hay los que proponen la liberalización de las restricciones a la inmigración, basada en las teorías de mercado libre, pero no explican cómo es que el empleado común en Panamá sigue percibiendo salarios de pobre. Los países capitalistas desarrollados tienen restricciones fuertes a la inmigración, sin embargo, en Panamá estamos inundados de extranjeros. Me parece que cada país tiene, ante todo, que hacer todo lo posible para que sus ciudadanos logren tener salarios dignos, antes de abrirle las puertas a extranjeros de países fracasados.

Son contadas las empresas que necesitan personal tan especializado que tienen que importar mano de obra extranjera, y la legislación panameña prevé estos casos. El ejemplo más visible es el Canal de Panamá. En menos de 20 años se reemplazó a miles de trabajadores ultra-especializados norteamericanos con panameños. Hoy día, vemos que en el Canal siempre se está pidiendo que los panameños hagamos más con menos.

La Ley Orgánica de la Autoridad del Canal de Panamá heredó una legislación que obliga a la administración a negociar con los empleados, cuando se le pide más productividad. Por lo que he observado, cuando por fin se logra hacer a un lado la naturaleza envidiosa del ser humano, llegamos a acuerdos que siempre benefician a la empresa, muchas veces más que a los empleados. Esto es lo que se tiene que practicar en Panamá, no tomar el camino más fácil de importar mano de obra de países fracasados.

Mucho cuidado, gremios empresariales, porque el costo de vida en Panamá se incrementa a pasos agigantados y los salarios no suben proporcionalmente. Hay que aprovechar estos auges para elevar el nivel de vida del panameño común, si no veremos que su frustración se puede convertir en represalia violenta izquierdista. La meta inmediata tiene que ser que el panameño común gane suficiente para no depender de subsidios sociales del que se aprovechan los políticos para aumentar la planilla estatal.

 

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<> Este artículo se publicó el  7  de diciembre de 2010  en el diario La Prensa, a quienes damos,  lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Buenos extranjeros ¿y los malos?

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La opinión del Abogado…


Silvio Guerra Morales 

Prosigo con el tema, tal y como lo prometí en la entrega de la semana pasada. La elegante dama ingresó al lujoso gimnasio, con mirada altiva y elevada nariz expresó desagrado diciendo:  “En mi país nada de esto sucede, este paisito es un desastre vale”.   La encargada del centro en el que muchos concurren a moldear sus exageradas curvas y otros a ver qué se les pega tuvo que soportarla, una vez más, pues según ella esta señorona ya tiene por oficio y costumbre el expresar toda clase de descalificativos en contra de los panameños y panameñas.

Otro caso: Se trataba de una linda representante de la tierra del ballenato.   Ésta, al pasar por una de las cajas de un supermercado del seis seis al revés, fue detenida por el agente de seguridad pues se sospechaba que algo ocultaba en su enorme cartera. “Qué le pasa negro atrevido, zarrapastroso,   Usted qué se ha creído, vea a mi me va a respetar” y siguió profiriendo cuanto epíteto obsceno y denigrante se le haya podido imaginar en contra del seguridad que por algo la abordaba en señal coercitiva.

Efectivamente, el seguridad no estaba equivocado y menos las cámaras. La niña llevaba jabones, champús, pasta de diente, manzanas y otras cositas.   No entiendo por qué la dejaron ir como si nada hubiese pasado.

Me sobran los ejemplos. Y vuelvo, al igual que la semana pasada, a señalar que de xenófobo nada tengo. He aceptado que somos un crisol de culturas, de grupos étnicos.   Muchos de ellos se han labrado un espacio y admiración singular en nuestro suelo, pero que nunca han tenido la osadía de soliviantar nuestras leyes, nuestras costumbres, nuestra dignidad nacional ni nuestro folklore.   No han tenido pretensiones, jamás, de desaparecernos ni de hacernos dependientes de ellos en el aspecto político o geográfico –se hace la salvedad porque cuánta gente en este país lleva el pan a sus casas merced a los trabajos generados por las empresas de los miembros de la comunidad judía, árabe, española, ¿china?, etc.

Que vengan al país, que inviertan, pero ojo, hay que tener cuidado sumo con no pocos que llegan a Panamá porque creen que esta tierra es el segundo país en América en donde se puede alcanzar el llamado sueño americano o, simplemente, porque “me voy a vivir a Panamá porque algo pasa en mi país que no me gusta”, entonces, no critique, denle gracias a Dios que les hemos dado una buena acogida.

No queremos a quienes llegan a este país que tanto queremos sin que nada aporten y sin que en nada contribuyan con sus formas de ser o de comportarse.   Admiro y respeto al extranjero que nos respeta y que conviviendo con nosotros mantiene prudencia y cordura sin inmiscuirse en nuestras formas de ser.

Por otra parte, no olvidemos que todo retorna, en nuevas formas, pero retorna. El expansionismo y el apoderamiento son dos características que el hombre no ha podido divorciar o separar de sus actuaciones, jamás. Cuidado que ya somos un país fraccionado y que el “ser panameño” empieza a ser reducido. Doy por expresadas estas preocupaciones.

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<>Artículo publicado el  19  de noviembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/guerra-morales-silvio/
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San Juan, el río fronterizo

La opinión del Periodista y Docente Universitario…

MODESTO  A.  TUÑÓN  F.
modestun@yahoo.es

Nicaragua posee una de las cuencas más importante de Centroamérica, formada por el conjunto de ríos que drenan hacia el gran lago de Nicaragua o Cocibolca, mar interior que concentra costas, islas, archipiélagos, humedales, volcanes, islas volcánicas y que maravilla a quien ose navegar, recorrer o explorar sus aguas.

Parte del lago corre paralelo a la carretera Interamericana, sobre todo en el área cercana al paso fronterizo con Costa Rica. Allí continúa y se convierte en el río San Juan que desemboca en el Caribe,   para abrirse a una rica zona de manglares y ecosistemas marinos, donde ambos países comparten sin que se perciban las divisiones políticas de los vecinos ístmicos.

Incidentes recientes en las riberas de la ruta fluvial, han abierto nuevamente disputas limítrofes en el puerto de salida hacia el mar que se comparte, pero lejano a las metrópolis capitalinas  San José y Managua.

Se reabrió la herida que se creía sanada por la acción de la diplomacia internacional y el diferendo que se percibía como superado.    El secretario general de la OEA se ha visto obligado a viajar a ambas capitales, escuchar a sus funcionarios y autoridades y hasta, recorrer la Región.

La historia del río San Juan, llamado ‘El desaguadero’ por los colonizadores y conquistadores cuando lo descubrieron en 1525, ha constituido un punto de diferencia entre los dos países y generado tratados como el Cañas—Juárez en 1858, que definió los puntos fronterizos (la costa norte Nicaragua y la sur Costa Rica); además, acuerdos y las relaciones, tanto comerciales como bilaterales, históricas y hasta ambientales.

La Corte de La Haya ha reconocido, luego de siglos de diferencias, el derecho de Costa Rica de ‘navegar libremente’ para ‘fines comerciales’ por el río, pero no que lo hagan policías armados.    La soberanía es de Nicaragua y esto le permite inspeccionar las embarcaciones y solicitar documentación a los navegantes. Hay otro factor,  UNESCO ha considerado dicho ecosistema como Reserva de la Biósfera.

Pero hay otro tipo de impacto en esas contradictorias posiciones con respecto a dudas por territorios, que por lo general exacerban los nacionalismos, que en ocasiones son medidas de distracción de la población para tomar decisiones políticas desagradables o ganar tiempo para la adopción de determinadas líneas estratégicas. Es la idiosincrasia contrapuesta de sus poblaciones.

En el caso de diferencias entre Nicaragua y Costa Rica, hay una vieja historia sobre vecindad que se debate en el subconsciente de los ciudadanos de ambas naciones. Es como un pálpito en el ánimo de cualquier ‘tico’ o ‘nica’, cuando se menciona a la otra tierra.

Para los nicaragüenses, el país vecino es un destino prometedor. Las condiciones socioeconómicas se reflejan en los indicadores que esa nación ostenta en casi todas las materias. Pero la forma como es tolerado el migrante nica es motivo de frustración. Él es como un ‘chicano’ o ‘espalda mojada’ centroamericano.

La atracción de viajeros nicaragüenses se inició desde el siglo XIX y comienzos del XX con la construcción del ferrocarril al Atlántico y la actividad bananera.   Hacia el final del siglo XIX la población extranjera pasó del 2.5% al 5.9% en el año 2000; es decir, 226 mil 374.   Los vecinos de Nicaragua constituyen el 76.4% del total de los migrantes en el país, según Carlos Castro en La inmigración nicaragüense en Costa Rica.

Hay una serie de mitos muy generalizados que tipifican esta reciprocidad centroamericana. Para algunos, o quizás el ciudadano común costarricense, el nica es un visitante desagradable. Se le asocia con la pérdida de empleos y causante del incremento de la delincuencia. Además, se le mira en forma despectiva por su expresión, el alto volumen y lenguaje grosero. Acá, los empleos que demandan poca calificación, son desempeñados por oriundos de la tierra de volcanes.

Costa Rica jugó un papel en el conflicto del gobierno sandinista con Estados Unidos. Se aprovecharon las diferencias para establecer en ese territorio, una logística hostil hacia el gobierno de Managua y apretar la presión del país norteño.

Los nuevos incidentes en la desembocadura del río San Juan y que la diplomacia internacional ahora analiza, deben ser la coyuntura para una visión más amplia de las diferencias que implica tomar en cuenta aspectos socioeconómicos y políticos involucrados.

Los resultados deben llevar a una mayor consolidación de procesos de integración, que generen cambios estructurales en esos países, donde el área en disputa —por su riqueza de ecosistemas, posibilidades comerciales y turísticas— debe convertirse en un modelo de desarrollo transfronterizo con beneficio para dos pueblos vecinos de tantas similitudes.

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<> Este artículo se publicó el 17 de noviembre de 2010  en el Diario La Estrella de Panamá, a quienes damos,  lo mismo que al  autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del   autor  en: https://panaletras.wordpress.com/category/tunon-f-modesto-a/

El Censo Nacional y la Política Migratoria

Bitácora del presidente  – La opinión del Abogado,  Empresario y actual presidente de los diarios La Estrella de Panamá y el Diario el Siglo…

EBRAHIM  ASVAT
easvat@elsiglo.com

Los resultados del censo nacional de 2010 se quedaron en sus cifras preliminares del 16 de mayo del 2010. Según las cifras oficiales somos 3.322,576 residentes en Panamá.

Estas cifras han generado todo tipo de especulaciones y sospechas sin que a la fecha se haya ratificado la validez científica del mismo.

En un decenio hemos aumentado, de ser así , en medio millón de residentes adicionales en Panamá.

Los datos que salgan de este censo serán importantes para determinar cual será la política migratoria del país.

Las razones son dos situaciones importantes que experimentan los países del mundo: En primer lugar, la población está envejeciendo cada vez más y el número de jóvenes que ingresan para ocupar las plazas de trabajo están disminuyendo con los años; el otro factor, es el índice de fertilidad.

Hoy las familias mientras se van trasladando a las zonas urbanas tienen menos hijos. No se está produciendo la necesaria sustitución de los habitantes de un país. Hay países que están sufriendo un crecimiento negativo de su población y para crecer depende la inmigración extranjera.

En este decenio las políticas migratorias de muchos países se irán reajustando para invitar la inmigración extranjera, especialmente la calificada. Frente a esta realidad y ante las circunstancias muy particulares que viven los países en desarrollo con altos niveles de crecimiento muy pronto veremos como se irán produciendo la diáspora de personal calificado a otros países.

Recientemente observé un anuncio en los periódicos locales donde la aerolínea de los Emiratos Árabes estaba contratando personal panameño para trabajar en el medio oriente. Esto ya no es algo inusual.

Muchos pilotos panameños han sido contratados por aerolíneas del medio oriente y de la India con salarios libres de impuestos y otros beneficios adicionales. Mañana serán ingenieros civiles, enfermeras, analistas de sistemas, administradores y contadores.

Hay dos tendencias que se vienen reflejando en los movimientos migratorios. Trabajadores altamente capacitados para quienes las puertas están abiertas a la inmigración y trabajadores temporales, visitantes o especiales para trabajos de bajo status social.

Muchos países confrontan la realidad de que los nacionales no están dispuestos a realizar algunos trabajos por considerarlos de bajo status (meseros, vendedores, recolectores de basura, agentes de seguridad, recolectores de frutas, etc). Estos últimos son una mejor opción de trabajo para los inmigrantes frente a las oportunidades dentro de sus respectivos países.

Es hora de que empecemos a elaborar políticas públicas relacionadas con el tema de la inmigración y la emigración. El censo del 2010 debe ofrecernos mucha información valiosa para conocer nuestra situación demográfica.

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<> Artículo publicado el 16 de noviembre de 2010  en el diario  El Siglo, a quienes damos,   lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/asvat-ebrahim/

Alto a la intimidación

La opinión del Periodista…

Vidal González 

Me causa indignación las constantes regularizaciones migratorias de extranjeros que realiza el sistema de migración panameño. Es encantador ver que muchos quisieran ser de este país, pero cuando son miles entonces me causa humillación. No es eludiendo un problema como se resuelven.

Sin embargo pareciera que los hermanos colombianos, quienes muchos afirman que mi querido Panamá les fue vendido, quisieran huir de un problema que solo pueden resolver ellos. Y muchos no están en Panamá porque sus condiciones económicas en Colombia no se los permiten. Estas campañas de regularización de extranjeros deben ser frenadas, pero no lo espero de las actuales autoridades.

Antes de finalizar esta humilde opinión, no puedo dejar de expresar mi repudio a la condena a periodistas panameños.   Para nadie es un secreto la injerencia del Órgano Ejecutivo en el Judicial, la persecución hacia cualquier persona o grupo que no está de acuerdo con las ideas del gobierno actual, aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Para mí un acto más de intimidación y quien piense que estos serán los únicos se equivoca groseramente.

Si se aplica la presunción de inocencia a los periodistas, entonces no habrá periodismo crítico e investigativo, ya que no somos relacionistas públicos de los gobiernos, sino reveladores de información.

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<>Artículo publicado el 27 de octubre de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/gonzalez-vidal/

El inmigrante como objeto de negocio

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-La opinión de…

Dairo Herrera C.

Numerosos estudios demuestran que los inmigrantes desearían quedarse en sus países, si pudieran ganar lo suficiente para tener una vida digna y trabajar en un ambiente seguro. Los beneficiarios de este desplazamiento son países que basan su desarrollo en la explotación del talento del inmigrante y terminan aceptándolos como medios económicos, no como personas que tienen derechos.

La ONU dijo la semana pasada que los gobiernos deben respetar los derechos de todos los inmigrantes. Por eso, Panamá tiene la obligación de estudiar una ley de punto final para solucionar los abusos y frenar el negocio de los ilegales, presa de los abogados que se dan cita diariamente en las puertas de Migración para hostigar y explotar a los incautos visitantes, cobrándoles trámites onerosos cuando detectan que se trata de colombianos, indios, chinos, dominicanos o venezolanos, que son sus blancos más apetecidos, porque son más rentables. Es decir, tratan al inmigrante como el objeto en una transacción comercial.

No es posible que Panamá siga exhibiendo este bochornoso negocio de ilegales. Muchos de ellos son personas que, por falta de orientación y control del Gobierno, han iniciado los trámites para legalizar su estatus en el país, que no han podido completar por el engaño, el abuso, los onerosos honorarios de los tramitadores, los tediosos trámites, las estafas de visas y permisos temporales de trabajo. Esto los convierte en “nuevos ilegales” que engrosan el sistema perverso de negocio que se recicla para enriquecer a una minoría, con la angustia y el dolor del inmigrante.

Es entonces cuando los inmigrantes ilegales son particularmente vulnerables a los abusos de todo tipo por tramitadores y patrones, y los gobiernos, de soslayo, suelen tratar el tema en términos de la seguridad nacional, a menudo por la presión de grupos internos hostiles a la inmigración. El Gobierno, hace unos meses, dio la oportunidad para que las personas que nunca se habían acercado a las oficinas de Migración y que llevaban años viviendo en Panamá legalizaran su situación; el resultado fue que un hecho positivo como este excluyó e hizo invisible al grupo mayoritario de inmigrantes que ya había iniciado sus trámites, pero que por culpa de la incontrolable jauría de tramitadores no ha podido completarlos. Esta población está a la espera de una solución del Estado.

<> Artículo publicado el 11  de octubre de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos,    lo mismo que al autor,   todo el crédito que les corresponde.

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Chan Chu Yoo

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La opinión de la periodista…

Adelita Coriat

Existe una estrecha relación entre la migración y la seguridad nacional. Esto se entiende como la capacidad de un Estado en mantener su integridad y potencialidad de contener cualquier fuerza amenazante.
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El tráfico de personas es una de las actividades ilegales más lucrativas, después del tráfico de drogas y armas.  Panamá es signatario del Protocolo contra la trata de personas establecida por la Convención de Palermo, pero irónicamente, quien debe velar para evitar este delito parece ser quien lo fomenta.

En 14 meses la directora de Migración ha formulado 43 denuncias en el Ministerio Público por la comisión de diversas irregularidades en las que se han visto involucrados funcionarios de la institución que han sido destituidos. ¿Qué impide al Ministerio de Seguridad tomar medidas enérgicas si entre sus prioridades está acabar con la delincuencia?

El proceso de visas para los asiáticos debe ser tan estricto como imposible de falsificar. Debe revisarse por el Consejo de Seguridad, después del revisado la visa estampada recibe la firma de la directora.   Cada pasaporte cuenta con un número de visa y nombre que coinciden y son revisados para verificar su entrada y evitar réplicas.    Posteriormente el pasaporte se traslada a una oficina de seguridad nacional que examina su legitimidad.

Bajo estas condiciones las visas no pueden ser falsas. ¿Nadie se dio cuenta de esto en el aeropuerto?   Los números de visa solo están al alcance de los directores, no se pueden adivinar o esquivar los filtros.

Esto forma parte de las novedades diarias que se informan a la directora a través de una valija todas las noches con una copia de las visas que ingresaron a Tocumen.

¿Quién cree usted que puede estar a cargo del tráfico de asiáticos en migración?   ¿Cumple Panamá con la Convención de Palermo?

<> Artículo publicado el 4 de octubre de 2010 en el diario El Panamá América, a quienes damos,    lo mismo que al autor,   todo el crédito que les corresponde.

Inversionista o matón

La opinión del Comunicador Social no vidente….

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Edwin Rodríguez 

La migración media controlada de inversionistas y jubilados provenientes de los Estados Unidos, Europa y Suramérica y de todas las nacionalidades inimaginables, convierte a Panamá, por su ubicación territorial y economía de servicio en la sede perfecta para que los ciudadanos extranjeros se radiquen en nuestro país.

No obstante, la belleza de nuestras islas y costas bocatoreñas, santeñas, tierras altas chiricanas, al igual que las de Colón y Coclé, son el atractivo ideal de los foráneos que viajan hasta nuestro terruño atraídos por la belleza de nuestras islas y paraísos naturales. ¡Sí!, estos mismos que muchas veses son refugios, escondites y testigos cómplices, de actos macabros, por algunos personajes prófugos de la justicia de su país de origen, tales como narcotraficantes, criminales, pedófilos, asesinos en serie y cuanto despojo humano que ni siquiera imaginamos.

Lo sucedido en Bocas del Toro debe poner a las autoridades en alerta suprema y evitar que personajes como “Wild Bill” pasen desapercibidos. Ahora que quede claro que “ni son todos los que están, ni están todos los que son”.

Panamá registra un éxodo masivo de inversionistas extranjeros, por ende los rigores de seguridad, control fronterizo y migración están en desventaja con esta realidad que nos coloca en una situación peligrosa, no sabemos si estamos “durmiendo con el enemigo”.

Por otra parte el valor de las propiedades hace que cada día más personas se vean atraídas por vender sus terrenos, suscitando así otra situación de cuidado, que quien vende emigra a otras provincias a invadir territorios comarcales provocando conflictos por tierras con los nativos.

Y ni hablar del acceso al mar, para los coterráneos es un derecho vedado, debido al acaparamiento indiscriminado y sin control de las playas por parte de los inversionistas.

El caso “Wild Bill” debe convertirse en la campanada que nos alerte de cómo realmente nos hallamos en materia de seguridad, sí estamos usando tecnología adecuada para el intercambio de información. Es inaceptable que con la pluralidad de herramientas que existen hoy para tal fin, tengamos debilidades muy marcadas en este sentido.

La reglamentación de empresas que explotan el turismo, deben ser evaluadas con urgencia a fin de que garanticen la observancia de sus clientes, de tal manera que se mantenga un contacto permanente con los turistas e inversionistas.

Definir políticas en esta materia a mediano y largo plazo es tarea que queda por hacer.

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Artículo publicado el 24 de agosto de 2010 en el diario el Panamá América Digital,  a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Colombia: ¿Mejores augurios para los paisas?

La opinión del Sociólogo y Docente Universitario….

ROBERTO  A.  PINNOCK

Luego de escuchar el discurso de toma de posesión del nuevo presidente de la República de Colombia, deseo referirme a uno de los puntos de su propuesta de gobierno que pudiesen tener implicaciones para nuestro país.

Este es el concerniente a la inusitada migración de hermanos de ese país hacia otros sitios, entre ellos el nuestro.   Con lo de la famosa ‘feria’ de la Dirección de Migración hace un par de semanas, fue fácil confirmar lo que muchos ya sabíamos: Que los latinoamericanos que más han emigrado a Panamá en los últimos 10 años son los colombianos.

Pues bien, el señor Santos, prometió implantar una serie de mecanismos institucionales destinados a hacer ‘retornar a sus parcelas a los desplazados y víctimas de la violencia’.   Ciertamente, buena parte de las migraciones internacionales de colombianos obedecen a la crítica desigualdad socioeconómica agravada con el gobierno del señor Uribe y otro tanto por los desplazamientos provocados en áreas rurales. Por un lado, por lo que indica la CEPAL, al inicio de su presidencia, en 2002, Colombia era el cuarto país más desigual de América, hoy es el primero.

Por otro lado, se sabe que más de tres millones de personas son desplazadas: Los paramilitares y los caciques regionales, que hicieron parte del engranaje del Uribismo, les arrebataron más de cinco millones de hectáreas de tierras; por cierto, no en cualquier tierra, sino en sitios altamente productivos y con potencial para la minería que se muestra en alza en ese país.

A una porción de esos desplazados los podemos encontrar no solo en Darién, sino también en áreas pobres de San Miguelito, en Curundú o en Arraiján.   Ahora bien, nos asoman interrogantes obligadas en este asunto:   ¿Hasta dónde llegará esta intensión del presidente Santos?   En caso que tome acciones, ¿lo hará manteniendo la impunidad y el terrorismo de Estado que caracterizó al gobierno de su antecesor Álvaro Uribe?

Me explico. Ya a estas alturas es inocultable (al menos para el pueblo de ese país) que la famosa política de ‘seguridad democrática’ del señor Uribe estaba basada en la desaparición de cuanto activista que fuera defensor(a) de los derechos humanos se alzara como disidencia a su régimen, tanto como campesinos con tierras atractivas para el enriquecimiento, cual ‘asesino Bill’ acá en Bocas del Toro.

No por azar, Colombia posee las cifras más elevadas de América Latina respecto de dirigentes sindicales ‘desaparecidos’. Las mismas son parte de la enorme cuantía de desaparecidos del periodo Uribe. La Fiscalía General de la Nación recién emprendió un censo nacional sobre cadáveres enterrados como ‘NN’ (sin nombre) a lo largo de todo el país, con el fin de cruzarlos con los 32348 desaparecidos que tiene registrados la Unidad de Justicia y Paz. Una cifra superior a la suma de los desaparecidos en todas las dictaduras de América Latina.

Gran parte de estos muertos sin nombre ya habían sido confesados como víctimas de masacres por los jefes paramilitares que se han acogido a sentencias benignas (no más de ocho años de cárcel) por confesar sus acciones. Al menos 1700 de las víctimas son ‘falsos positivos’:   jóvenes asesinados y presentados luego como guerrilleros muertos en combate.

Como quien dice, el general Noriega no es más que un bebé de pecho al lado de estas horrendas masacres; pero no he visto el más mínimo pronunciamiento de los medios internacionales ni locales de Estados Unidos, ni de quienes le hacen eco en nuestros países al respecto de estas realidades.

Así, si el nuevo presidente está dispuesto a no ignorar las razones de los desplazamientos que dice querer revertir, esto es, no dejar en la impunidad a sus autores y regresarle las tierras a los campesinos de los que hoy se benefician los mismos del equipo uribista, entonces ¡reciba nuestras congratulaciones desde ya! Las razones de la excesiva migración de nuestros(as) hermanos(as) colombianos(as) se reducirían sensiblemente y por ende, sus odiseas en países como el nuestro.

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Este artículo fue publicado el  17 de agosto de 2010  en el diario La Estrella de Panamá,  a quienes damos, lo mismo que al autor o autora, todo el crédito que les corresponde.

Qué pasa con el control migratorio?

La opinión de….

BALBINA HERRERA ARAÚZ

Por lo menos diez serían las víctimas del supuesto asesino «Wild Bill» y su mujer Laura entregados por las autoridades nicaragüenses a Panamá.

Señalado como el presunto responsable de varias muertes ocurridas en Bocas del Toro contra personas que, además de conocerlo, tendrían en común propiedades en esa provincia.   Cuando llegó «Wild Bill» dijo que le había gustado vivir en Panamá y que aquí había gente buena.

Quiero hacer un alto. Hace ya varios años calificadoras internacionales han señalado a Panamá como un área ideal para vivir, sobre todo para personas jubiladas que disfrutan de un ambiente de paz y posibilidades económicas.   Boquete ha sido uno entre los mejores y un sinnúmero de extranjeros se ha ido asentando tanto en Chiriquí como en Bocas del Toro, además de los miles que han llegado a Ciudad de Panamá y Colón.   No se trata solo del país de tránsito. Panamá se ha convertido en los últimos años en un país próspero, atractivo para la inversión de personas de toda clase, y lo de «Wild» Bill debe llamarnos la atención. Las leyes y las medidas panameñas parecen vulnerables a este tipo de personas. Panamá puede seguir siendo un país abierto para todos y para todo, pero por lo mismo debe redoblar los controles y filtros para distinguir entre los buenos extranjeros y los malos.

El caso de «Wild Bill» no es el único. Los medios han informado de cómo ciudadanos extranjeros que son buscados en otras latitudes vienen a Panamá con el propósito de esconderse o evadir la justicia, poniendo en peligro la vida de los panameños, como sería el caso, de comprobarse, de los indígenas que trabajaban en el hostal y que desaparecieron hace más de un año.

Es necesario aumentar la vigilancia, no sólo en los puntos de mayor desarrollo, sino precisamente allí, en los apartados lugares donde potenciales delincuentes creen poder encontrar refugio. Y no es responsabilidad sólo de las autoridades, sino de cada ciudadano, sin que esto implique ahora una persecución contra los extranjeros. Mientras unos pasan una rigurosa revisión del Consejo de Seguridad, otros entran hasta con la licencia de conducir.

Las autoridades deben tomar las providencias para que estos hechos no vuelvan a suceder. Panamá es señalado, entre otras cosas, como un país de tránsito para drogas, armas ilegales y trata de personas, y al respecto hay que implementar la más rigurosa vigilancia.

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Artículo publicado el  4 de agosto de 2010 en el Diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.