Treinta segundos en ‘CNN’

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La opinión de…….


CARLOS  CAMARENA  MEDINA

Escuchaba distraídamente un programa de relaciones públicas de la Alcaldía de Panamá cuando de repente escuché algo que timbró mi tímpano: que la denominada “Navidad más grande del mundo”, con “Récord Guinness” incluido, al interpretar miles de panameños Noche de Paz, permitiría a Panamá una presencia de 30 segundos en CNN. El circo se trasladó del Ejecutivo a la Alcaldía, pensé.

Quienquiera que camine por la ciudad de Panamá se dará cuenta de que hacer una villa navideña e interpretar un villancico no está en el listado de las prioridades de los miles de capitalinos que a diario tenemos que sortear los problemas que nos aquejan.

Me atrevería a señalar que el principal problema es el de la recolección de basura, y recuerdo que en campaña, quien hoy día ocupa la Alcaldía, producto de una ley aprobada especialmente por la aplanadora oficialista que hoy controla la Asamblea Nacional, habló de impulsar un programa de reciclaje que además de contribuir a limpiar la ciudad de Panamá, generaría ingresos y plazas de empleo.

De nada de eso se ha hablado, ni siquiera he visto de parte del alcalde el interés que han mostrado con la famosa Navidad más grande del mundo.

Pero los actos circenses están a la orden del día. Basta recordar el operativo que montó en una casa de citas en compañía del Presidente en un acto mediático bastante penoso y que, para colmo, incluyó unas declaraciones irresponsables del alcalde al mencionar supuestos vínculos de este centro con las FARC, y que al final, de manera descarada para escurrir el bulto, responsabilizó a uno de sus escoltas de suministrarle dicha información.

¿Cómo calificar el tema del cheque girado a favor de su esposa para que viajara a Taiwan, cuando ella no tiene derecho a esto, puesto que no es funcionaria municipal? ¿O el escándalo en torno a un escolta suyo?   ¿O los carnavales por la cinta costera con carrozas acuáticas en las contaminadas aguas de la bahía de Panamá? ¿Será que todas las semanas tendremos estos actos circenses, acaso intencionados, para ocultar una mediocridad e incapacidad supina?

Lo cierto es que tras llegar al cargo arropado por una legitimidad endeble, el señor alcalde sin duda alguna, tal como lo dijo el comentarista Juan Carlos Tapia, se ha consolidado como el peor funcionario de la administración del presidente Ricardo Martinelli.   No sé si la Navidad más grande del mundo será un éxito o si se implantará el Récord Guinness con la interpretación de Noche de Paz; pero lo cierto es que los panameños son víctimas del circo que permanentemente montan las autoridades con cada una de sus propuestas, proyectos e iniciativas.

Panamá no es una ciudad amigable, puesto que juntos a los males del progreso incontrolado y mal planificado, está la delincuencia, el desempleo y la contaminación de nuestro entorno.

Nada de eso parece importar al actual alcalde, una persona con “mente de cumpleaños” que mientras esbozaba este artículo, se salía con otra de sus “boscosadas”: la compra de piscinas inflables a un costo de un millón de dólares. Mientras él se preocupa por traer desde Canadá al personaje Nemo y, desde California, a los Tres Cochinitos y a El Lobo Feroz, la ciudad se hunde entre tanta basura, y la violencia se apodera de las calles.

Me pregunto si con las autoridades que tenemos, incluyendo al alcalde, es necesario traer a estos personajes para entretener a los habitantes de la ciudad.

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Publicado el 20 de noviembre de 2009 en el diario LA PRENSA y el 21 de noviembre en el diario El Panamá América, a quienes  damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.

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