Los primeros cinco asaltos del alcalde

La opinión de….

Luis Roberto Pinedo

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Los primeros cinco asaltos del alcalde
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Todos los panameños estamos bien claritos en lo que quiso decir nuestro Presidente de la República, cuando en su campaña política hizo el comentario de que su equipo de trabajo podía equivocarse al tomar una decisión, pero que no toleraría que se cometieran actos de corrupción.

Sin embargo, creo que el alcalde Bosco Ricardo Vallarino se tomó muy en serio estas palabras y en estos 50 días de su gestión, al frente de la Alcaldía, está contra las cuerdas en los primeros cinco asaltos de este combate. Veamos asalto por asalto.

El primer asalto lo perdió cuando negó su nacionalidad estadounidense.

En el segundo, se le convirtieron la piernas de trapo cuando manifestó que los carnavales podían celebrarse en la cinta costera y, de paso, colocar una enorme pantalla gigante en dicho lugar.

En el tercer asalto le dio la “tirinana” cuando invitó a nuestro Presidente para que fuera testigo de un allanamiento en un burdel en el corregimiento de San Francisco.

En el cuarto asalto casi se cae cuando ordenó y firmó el cheque por 4 mil dólares para que su esposa se fuera de viaje a Taiwan, como si fuera funcionaria pública.   La Contraloría General lo salvó de que no fuera noqueado.

En el quinto asalto se fue contra las cuerdas cuando declaró que las FARC tienen sus manos metidas en Panamá.

Todas estas situaciones nos hacen pensar si elegimos bien al alcalde para que, en este quinquenio, se ocupe a tiempo completo de los innumerables problemas que existen en la capital y que están ahí pendiente por resolver.

Está el problema de la basura, de las vallas publicitarias que afean toda la ciudad, de la falta de estacionamientos públicos, el mantenimiento de los parques, la falta de planificación urbanística, los excesivos ruidos urbanos, etc., etc. Estoy convencido de que todos estos problemas no se resuelven “bailando alrededor del ring”, sino enfrentándolos.

La gobernadora, como jefa del alcalde, debe jugar un papel importante en este combate que se está iniciando; tiene la experiencia necesaria para convencerlo de que se está equivocando en el patrón de pelea.   Todos los boxeadores cogen un segundo aire y van cambiando la apreciación de los jueces (el pueblo) cuando siguen los consejos de sus esquinas (asesores) y le ganan la pelea a los problemas.  Al final, el vicepresidente (su apoderado) se lo agradecerá.

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Publicado el 15 de septiembre de 2009 en el diario La Prensa; a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

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