Proezas para el año 2010

.

La opinión del Empresario……

.

Enrique Arturo de Obarrio

No sé cuánta gente haya puesto sus barbas en remojo, tras las asonadas de las últimas semanas de 2009.  Pareciera que no va a quedar piedra sobre piedra, y que las columnas de los templos de la corrupción encontraron su Sansón panameño. Reconozcamos que es una guerra entre titanes que jamás se habría dado bajo el liderazgo de un gobierno resultante del bipartidismo cómplice de los últimos 20 años.

Nos atrevemos a soñar en el 2010, y hacemos nuestra lista de proezas, porque lo más importante es pensar en el país. Terminado el bullicio habrá que seguir trabajando en la reconstrucción, en la refundación de las cosas, para que los que tienen la responsabilidad de gobernar, por mandato del pueblo, siempre lo hagan realmente en los mejores intereses del pueblo.

1. En este enero de 2010 habrá que nombrar tres nuevos directores en la Autoridad del Canal de Panamá. Todavía no se oyen nombres, cuando es una de las tareas más conspicuas, porque la ACP es nuestro modelo de institución libre de corruptelas.   Que no se nos conculquen las últimas esperanzas, defraudadas por nombramientos recientes.

2. El diálogo social, instituido a través del Consejo de la Concertación Nacional para el Desarrollo, nacido desde la sociedad civil a la luz de la urgencia de tener una estrategia nacional de desarrollo verificable y continuada en el tiempo, más allá de cualquier administración, debe ser remozado y convertido en el seno de las discusiones más serias sobre el destino de nuestra nación; una visión compartida, viable mediante la cohesión social.

3. La estrategia nacional de desarrollo debe saltar las barreras del silencio y protagonizar la vida nacional. Antes de que se inaugure el tercer juego de esclusas, los panameños debemos asegurar cómo invertiremos en el tiempo los cuantiosos ingresos que semejante obra dejará en las arcas públicas, para erradicar tanta pobreza y corregir tan profunda desigualdad.

Se necesita un estadista y un pueblo con elevada cultura política, para entender bien que nuestro principal proyecto histórico es lograr el desarrollo humano y social.

4. Urge la depuración de los partidos políticos, pilar fundamental y necesario en toda democracia. A falta de mejores propuestas, la democracia debe sobrevivir sobre la certeza de que en el seno de la partidocracia se asegure la elección de los mejores. Urge, asimismo, asegurar una oposición política madura, edificante, que sirva de sano contrapeso.

5. El cambio que prometió el presidente Martinelli no debe ser prerrogativa suya. Cuando le dimos el voto, ese prometido cambio pasó a ser una agenda de país, de todos los panameños. El cambio debe surgir de la gente, eso que se llama “pueblo”. Debemos pasar de la expectación a la acción transformadora.

6. Bajo la égida de la “sociedad civil” han salido propuestas concretas y previsoras, como la Ley de Transparencia, pacto de Estado por la Justicia, Centro Nacional de Competitividad, Concertación Nacional para el Desarrollo, y diversas iniciativas para visibilizar mejor y combatir más efectivamente el flagelo de la corrupción.

Es, en gran medida, gracias al trabajo tesonero y sacrificado de la sociedad civil que se han dado transformaciones importantes, conducentes incluso a la realidad de un gobierno de cambio. Así lo deben ponderar nuestras actuales autoridades, y también se impone una reingeniería positiva de la sociedad civil, pues toda democracia requiere de una sociedad civil que tenga representatividad real de abajo hacia arriba, con mejor organización y una coordinación con un liderazgo rotativo, más compartido y menos protagónico.

7. Urge pasar de la democracia electoral a la democracia plena. Una democracia con base en la cual los líderes electos acaten la ley y se desempeñen estrictamente de conformidad con la Constitución y los procedimientos legales; donde se permita el derecho de cada persona a la libertad de opinión y de expresión, incluyendo el intercambio y recibo de ideas e información; donde exista un sistema de administración de justicia competente, independiente e imparcial, abierto al público.

Y me quedo en esta especie de lucky seven, porque quien mucho abarca poco aprieta. Si conseguimos algunas de estas proezas, sabremos que el cambio es posible.

<>

Publicado el 5  de enero de 2010 en el Diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.

Deja un comentario