Telefonía celular o la fiebre del Mundial

La opinión del periodista….

Abdel Fuentes 

Expresiones como, “gana mil goles” y ¿cuál fue el primer Mundial en transmitirse por televisión?, son mensajes de texto enviados diariamente por Cable & Wireless a miles de clientes.

Violando nuestra privacidad y aprovechando la fiebre del Mundial, la telefónica inglesa, que comparte acciones con el Estado panameño, bombardea nuestros teléfonos móviles celulares con mensajes como estos, sin que nadie se lo prohíba.

Hasta hace poco, esta comunicación era definida por los expertos como spam o “mensajes basura”, por tratarse de envíos no solicitados por el cliente. Fue un concepto exclusivo de internet, en lo relacionado con el correo electrónico, pero ahora se aplica a la telefonía.

Por supuesto que hay otros operadores que actúan de igual forma. Recuerde que esta es una industria millonaria, con 5.6 millones de usuarios, en una población que no llega a cuatro millones. En 2009, los ingresos que arrojó el mercado de telecomunicaciones se calculan en 919 millones de dólares. El 55% de esta suma corresponde a las ganancias que obtuvo el sector de la telefonía móvil celular, es decir, 505.4 millones. Estos datos forman parte de los informes difundidos por la Asep (Autoridad Nacional de los Servicios Públicos).

¿Existe en Panamá alguna norma de telecomunicaciones que regule esta materia y proteja al usuario? Por supuesto que sí, pero solo en lo concerniente a telefonía fija. El artículo 256 del Decreto Ejecutivo No. 73. de abril de 1997, que a su vez reglamenta la Ley 31 de 8 de febrero de 1996, establece: “Los concesionarios de servicios de telefonía no permitirán la realización de llamadas no solicitadas por medio de mensajes grabados, ni la realización de llamadas publicitarias sin la autorización del destinatario”.

La norma citada, no ha sido reglamentada por la Asep. Claro que en este caso se refiere al denominado telemercadeo o publicidad telefónica.   El regulador está doblemente en mora, no ha cumplido con lo dispuesto en el artículo 256, y está retrasado en reglamentar el envío de los mensajes de texto no deseados. Las telefónicas también vulneran el derecho a la privacidad de sus clientes al permitir que terceros utilicen los números telefónicos asignados a su empresa para enviar todo tipo de mensaje o publicidad.

En Estados Unidos, Europa y en varios países latinoamericanos, los gobiernos protegen a los usuarios de estos abusos comerciales. Para esto han legislado disposiciones que sancionan a las telefónicas o a cualquier otra empresa que viole el derecho de quienes deciden no recibir estas llamadas o mensajes. ¿Cómo lo hacen? Creando un sistema identificado como “registro de no llamadas”, según la denominación que le dan en Argentina, o “registro nacional no llame”, como se conoce en Estados Unidos. Aquí los usuarios se inscriben para dejar constancia de que no les interesa recibir estos spam. Los telemercaderes están obligados a revisar estas listas y respetar la voluntad de los clientes de telefonía.

En Estados Unidos, las empresas que incumplen con las restricciones impuestas en lo referente al mercado telefónico, son sancionadas con multas de hasta 16 mil dólares, por cada llamada. La gran pregunta es ¿tendrá el Ejecutivo que hacer el trabajo del regulador como hizo con el tema de la recolección de basura, para que los desprotegidos por fin nos sintamos protegidos, a causa de una “autoridad” que está más ausente que presente?

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Este artículo se publico el 28 de junio de 2010 en el diario La Prensa, a quienes damos, lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.

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