El desamor en la UNACHI

La opinión de….

Elka  Rodríguez

Las etapas por las cuales ha pasado la UNACHI desde su separación de la Universidad de Panamá (UP) no han sido fáciles, pero con amor y cariño hemos avanzado.   Son más de cinco décadas, iniciando con cursos de verano en el año 1951, luego en 1958 se convierte en extensión universitaria, en 1969 se cambia a centro regional universitario y en 1995 se transforma en Universidad Autónoma de Chiriquí; y desde siempre ha sido timbre de orgullo para todos los chiricanos. Ella es la respuesta a las crecientes necesidades en el campo de la educación superior que la acredita como la primera universidad estatal en la región occidental del país.

Como saetas afiladas y mal intencionadas, han sido las declaraciones emitidas por el rector Héctor Requena en el diario La Prensa, en su edición del 26 de abril de 2010, en donde testifica de que «no ha podido lograr que los universitarios sientan amor por su alma mater…de que es un organismo que necesita del cariño de su propia gente para crecer y superarse y de que son muchos años de desamor». Esta apariencia que percibe el rector contrasta con la realidad, puesto que la UNACHI ocupa un sitial de honor y nunca se ha detenido en su misión de formar profesionales idóneos en casi todas las áreas del saber humano.

El juramento universitario habla de la solidaridad humana y de la tolerancia frente a la diversidad de ideas y criterios, y el primer desamor que sufrió la UNACHI fue el despido, ordenado por el rector Requena, de más de medio centenar de administrativos, entre los cuales había damas que gozaban del fuero maternal.

Deseos desordenados y mundanos de persecución y envidia, empujaron a más de 19 profesores a demandar a 37 colegas que tienen solvencia académica para despojarlos de su tiempo completo. A esta falta de amor y cariño es a la que debe referirse el rector y tratar de eliminar toda mancha de división y contienda que ha producido este hecho que hace sentir la opresión a 37 profesores quienes vienen sufriendo desde el año 2008, los estragos emocionales y económicos de una persecución cruel e inhumana.

Le decimos al rector que para dirigir una institución como la UNACHI, hay que pedirle sabiduría a Dios, quien la da abundantemente y sin medida, porque cuando cambiamos de actitud, alcanzamos la altitud.

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Artículo publicado el 1 de agosto de 2010 en el Diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.

Persecución y Semana Santa

La opinión de ….

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ELKA RODRÍGUEZ

La persecución es un instrumento satánico, tan viejo como la humanidad y ha sido utilizado en todas las épocas por los que han ostentado el poder. Jesús de Nazaret y sus discípulos fueron víctimas de la persecución por parte de los sacerdotes Anás y Caifás y los líderes de los judíos, quienes lo acosaron implacablemente hasta capturarlo y darle muerte. El Cristo de la Gloria, durante el camino hacia el Gólgota, sufrió toda clase de golpes y burlas inimaginables por parte de sus verdugos; pero triunfó en la cruz resucitando al tercer día.

Hoy los tiempos no han cambiado mucho. Si hay algo en esta vida que crea inestabilidad, miedo y preocupación es el hecho de que podamos perder nuestro trabajo, familia y libertad. Y existe una persecución atroz e inhumana en la Universidad Autónoma de Chiriquí, donde 37 profesores han sido demandados ante la Corte Suprema de Justicia para quitarles su tiempo completo y ser entregados a otros por amiguismos. Esta persecución se da por parte de la esposa del rector Carmen C. de Requena, el subsecretario general, Gustavo González A.; la directora de currículum, Carmen Sanjur Adames; la directora de recursos humanos, Celedonia S. de Batista; la directora de asuntos internacionales, Ilka Estribí, entre otros que suman 19 docentes, cuya petición atenta contra el trabajo de sus colegas. Las autoridades de la UNACHI están distraídas con el gigante de la persecución en vez de jugar el papel que les corresponde de la unidad universitaria.

Esta acción hace sentir en la UNACHI el azote del león y los Goliat de la crueldad, malos espíritus que se gozan aprisionando en las cuerdas de la aflicción a su prójimo. La mayoría fue engañada y está decepcionada, porque cuando todos creíamos que eran pacificadores, sensitivos, justos y verdaderos agentes de cambios, resultó que han utilizado todo su poder, capacidad y creatividad para producir un ambiente hostil, un estado de guerra, confrontación, odios y división entre la familia universitaria.

Dios hace podrir la soberbia, y su castigo viene del cielo sobre toda esa gente injusta y perseguidora que ha provocado toda clase de desorden a muchas familias panameñas. Nadie le gana a Dios, y nada es eterno en esta vida. Pero cuando Él pone a personas importantes en su viña es para que den buenos frutos, de lo contrario, los secará, tal como lo hizo con la higuera, y serán avergonzados cual ladrón cuando lo descubren.

Que la Semana Santa sea tiempo de reflexión y arrepentimiento para que los antojos del corazón de algunos no sirvan de obsequio a las injusticias y persecución; y nos agarremos del extraordinario ejemplo que nos dio el Maestro Jesús en su vida, en la Cruz del Calvario, en su muerte tan dolorosa, en el perdón y en su amor inexplicable.   Sólo así tendremos una UNACHI justa y próspera.

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Publicado el 26 de marzo de 2010 en el diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que a la autora, todo el crédito que les corresponde.