“Hola, no estoy, deja tu mensaje”

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La opinión del Jurista…

Silvio Guerra Morales

No tengo duda alguna en señalar que los avances tecnológicos en las comunicaciones corren a impresionante velocidad. Nos arrastran sin distingo alguno. Se trata de una tecnología casi universal. Se trata de las comunicaciones que recortan espacios y tiempo. Critico, no obstante, la perversa despersonificación en la que hemos caído merced a esta tecnología. Aunque contradictorio, preciso señalar que cada día que pasa las “nuevas formas en la comunicación” nos distancias y alejan más de las relaciones interpersonales e intrahogareñas.

No hay duda que nos comunicamos, pero en la mayoría de los casos, de modo gélido, superficial, sin abrazos, estrechones de manos, sin rostros ni miradas. No hay nada que palpar, miradas que atender y mucho menos expresiones de cariño que puedan tener el poder de cambiar vidas.

Se ha dado una revolución en las comunicaciones. Mandando “chats” los muchachos dicen cuanto se les ocurra a sus padres y a cuanta persona tratan e inclusive, advierto, cosas que nunca se atreverían decir cara a cara o frente a ellos.   A través de la tecnología tienen acceso a un mundo superfluo, propio de la denominada “cultura relativa”.

No se piense que nos resistimos al cambio. De ninguna manera. Toda buena creación humana, bien usada y con propósitos nobles, bienvenida sea. Pero la cruenta realidad es otra: la telefonía celular y la del internet en manos de poderosas empresas, al parecer, están logrando idiotizar y hacer que muchos se enlisten en el ejército de los estúpidos. El internet, prácticamente, ofrece “todo”, aún lo que no se busca.

Sí nos resistimos a la perversa manipulación de los cambios y a la nefasta transformación de vidas, que en forma negativa, produce muchas veces el cambio advenido. Aún las compañías que venden cigarrillos nos siguen diciendo: “Fumar es nocivo para la salud” –promoción y venta de la muerte-, pero no conozco de ninguna empresa del mundo de la nueva comunicación que nos diga: “¡Cuidado, el uso excesivo de este aparato puede causar psicodependencia para la salud y es alienante!”.

En la ciudad de Bruselas se dio un estudio que determinó que las radiaciones electromagnéticas de los celulares mataban a las ratas. Pareciera que a los gobiernos poco les interesa este tema. Es triste advertir que ya en los hogares, merced a esta avanzada tecnología de la comunicación, se está perdiendo la comunicación. Nos estamos convirtiendo en una sociedad de autómatas digitales, robótica, silenciosa y creo, personalmente, que ha trascendido una nueva forma del lenguaje: el lenguaje digital.

No creo que esté lejano el momento en que nos venderán también un “chip” para programarnos en todo o tal vez ya lo llevamos solo que en forma de un celular que funciona con un “chip”.   Concluyo diciendo, finalmente, que esta moderna tecnología estamos tirando cuesta abajo una de las principales características de los seres humanos como entes societarios: el calor y el trato personalizado.   Queda abierto el debate.

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<>Artículo publicado el  17  de diciembre  de 2010  en el diario El Panamá América,   a quienes damos,  lo mismo que al autor,  todo el crédito que les corresponde.