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La opinión de…..
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Manuel Castillero
Este artículo examina las perspectivas de Panamá frente a la crisis mundial y evalúa cómo la competitividad puede constituirse en la clave del éxito a mediano y largo plazo.
A partir del primer trimestre de 2008, bancos como Bern Stern y UBS declaran gigantescas pérdidas asociadas a sus carteras hipotecarias. Esos hechos marcan una era de convulsión en los mercados financieros y la economía global. La recesión desde ese momento deprime el valor de un amplio espectro de activos ocasionando la intervención de bancos en Estados Unidos y otros países de Europa, y el cierre de miles de empresas a nivel global.
La crisis, de paso, ha disminuido el ritmo del comercio internacional y por consiguiente de la economía mundial, situación que se exacerba por la caída de la demanda y las medidas restrictivas (proteccionistas) a las cuales han recurrido tanto naciones desarrolladas como no desarrolladas, en un intento por paliar los embates de esta coyuntura.
Este contexto ha generado que los escépticos pongan en tela de duda la viabilidad o sostenibilidad de la globalización. Cierto es que habrá cambios, sobre todo en los mercados financieros donde se incrementarán las regulaciones. Pasará tiempo antes que se “normalice” el valor de activos como los bienes inmuebles y balances financieros de bancos, empresas y personas que han perdido miles de millones de dólares.
Sin embargo, más allá de estos reveses, la economía mundial se habrá de normalizar. Los fundamentos de la llamada economía de mercado siguen en pie, y los factores que subyacen la globalización como el avance tecnológico, la integración de políticas públicas, la reducción de barreras al comercio y la inversión siguen vigentes.
La teoría de los ciclos de negocios y la experiencia de otras crisis mundiales llevan a concluir que habrá una expansión en los años venideros y que además se afianzará la globalización.
Para cuando esto ocurra, Panamá tendrá que estar preparada, y por ende, debe ahora continuar y profundizar las políticas y estrategias que estimulen su competitividad, a objeto de incentivar sus exportaciones y revigorizar su crecimiento dentro del marco de un desarrollo económico y social integral.
Panamá es una economía con sectores altamente eficientes en la exportación de ciertos bienes y servicios, lo que puede mejorarse mediante diversas políticas. Actualmente la expansión del Canal contribuirá a reforzar el liderazgo de Panamá en materia naviera y comercial, aumentando no sólo la competividad de la ruta sino de los demás sectores que conforman el conglomerado de transporte internacional.
El turismo constituye un sector pujante cuya sostenibilidad exige promover al país como destino y mejorar el encadenamiento entre los agentes que participan en este conglomerado, para fortificar la complementariedad de los servicios de transporte, alojamiento, comercio y recreación, entre otros.
Igualmente, se debe estimular la competitividad de las actividades agropecuarias y agroindustriales, lo que exige continuar con un progresivo ajuste arancelario, y modernizar estos sectores mediante la reconversión, la innovación y la asistencia técnica, así como mediante incentivos a la productividad, y el mejoramiento de la infraestructura física y tecnológica que le darán sustento y renovado vigor a la oferta nacional y a la exportable. Resulta claro que, más allá de los temporales reveses que han sufrido las exportaciones agrícolas, deberán promoverse las estrategias que permitan a estos rubros insertarse de manera sostenible y efectiva en el mercado mundial.
Finalmente, debe potenciarse al país como un centro de telecomunicaciones y de comercio electrónico, desarrollando la tecnología de la información (TIC) para expandir la plataforma digital del país. Esto a su vez conlleva aprovechar de manera más cabal las llamadas redes de fibra óptica que pasan por Panamá, desarrollar más sistemas de gobierno electrónico, incrementar el acceso de la población a la red y fortalecer la asociatividad entre los diversos agentes públicos y privados que conforman el cluster tecnológico.
La estrategia persigue no sólo mejorar la competitividad sino, de paso, consolidar la capacidad del país para gozar de mayor versatilidad para adaptarse a un entorno mundial en perenne cambio, entorno que, dicho sea de paso, no estará exento de contratiempos.
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Publicado el 4 de diciembre de 2009 en el diario LA PRENSA, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que le corresponde.
Filed under: Castillero Manuel | Tagged: Competitividad, Crisis mundial, Economía, Estados Unidos, Europa, Globalización, Mercados internacionales, Telecomunicaciones, Turismo | Leave a comment »