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Bajo el título ‘Violencia en Panamá’, el 3 de julio de 2006, publicamos en esta página, algunas definiciones, donde definitivamente nos quedamos cortos.
Decíamos que ‘violencia es una moneda de varias caras’. Que se esconde bajo la falda de la justicia. Que actúa de acuerdo al nivel jerárquico, económico, político, consanguíneo y demás padrinazgos.
Expusimos que: ‘Violencia es una palabra determinante en la degeneración social, que día a día absorbe las calles, iniciándose en los propios hogares. Que son damas las más sufridas. Que los medios juegan un papel importante en lo que a orientación cultural, económica y social se refiere; sin embargo, se continúa utilizando a la mujer como objeto sexual’, con poco ropaje, minifaldas o pronunciados escotes, para publicitar productos o repartir volantes; vulnerando la sexualidad femenina, incorporando el morbo, motivando una cultura de desprestigio y poca valía.
Violencia es negarse a reconocer el salario que corresponde al trabajador o pagarlo tardíamente. Dejar de pagar la pensión alimenticia, los aportes correspondientes al hogar, limitar la calidad de vida a su pareja e hijos. La falta de apoyo de los padres en la educación de sus hijos.
Violencia es la jactancia del docente por el índice de fracasos escolares (en cualquier nivel), producto de su propia desidia, torpeza, ausentismo o pedagogía.
Violencia es maltrato verbal o acoso laboral a colaboradores, algo común en nuestros entornos. Se exige cumplir normas, que como jefes, violan diariamente, principalmente en el gobierno. Violencia es repartir rejo, a todos por igual, cuando se conoce quienes cometen las faltas, pero se les encubre por ser protegidos.
Hasta cierto punto, el manifestarse grupalmente fomenta la violencia; así como demostrar inconformidad por acciones impropias, reglamentaciones o leyes, que implementan contra las personas u organizaciones, pero más violencia es disparar perdigones a la cara de manifestantes.
Violencia es acosar, intimidar, humillar, procurar degradar o usar cualquier tipo de mecanismo con la intención de bajar la autoestima de una persona por no compartir su forma de pensar o actuar. Defiéndete de ti mismo. Quizás Diógenes (413-327 a.C.), nos envió un claro mensaje al expresar: “Probablemente los asnos se rían de ti, pero no te importa. Así, a mi no me importa que algunos se rían de mi.”¡Dios te salve Panamá!
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<> Artículo publicado el 11 de noviembre de 2010 en el diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
Más artículos del autor en: https://panaletras.wordpress.com/category/rodriguez-s-victoriano/
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