La hermana república de Nicaragua ha iniciado una controversia fronteriza con la hermana república de Costa Rica. Nicaragua ha ocupado militarmente una isla de 150 kilómetros cuadrados que en la práctica le pertenece a Costa Rica.
La Isla Calero aparece en todos los mapas como parte de Costa Rica. Los nicas pretenden dragar una sección de la isla para desviar las aguas del río San Juan. De lograrse el objetivo la isla quedaría según el nuevo cauce como parte de Nicaragua. Una jugada conflictiva para ganar protagonismo.
Esta maniobra tiene un actor principal y otro secundario, dos viejas figuras de la revolución sandinista. El primero es Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua esta vez por inmadurez del pueblo nica; y el segundo es Daniel Pastora, que no deja de robar protagonismo ahora como encargado del dragado de la isla.
Nicaragua tiene una extensión territorial más allá de sus necesidades. Su densidad demográfica es baja. Costa Rica tiene una población nica más allá de lo normal y se estima que alcanza el millón. Las fronteras entre ambos países se definieron en el Siglo XIX. Los conflictos por el Rio San Juan hace poco por decisión del Tribunal Internacional de la Haya.
Pero alacrán que no pica deja de ser alacrán. Es como quien dice propia de su naturaleza. Daniel Ortega ahora pretende inflar el nacionalismo nica bajo el pretexto de defender la integridad territorial.
Lo que no dice es que la defiende frente a un país sin ejército. Costa Rica juiciosamente ha solicitado la mediación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el diálogo entre las partes para dirimir las diferencias.
Pero esto no le sirve al mandatario nica. Su afán protagónico es demasiado grande y juega a las simpatías nacionales buscando enemigos externos. En el camino ha insultado a la República de Panamá alegando que nuestro país conspira y participa en el narcotráfico.
Todos en este país conocemos muy bien de las andanzas, la mentalidad y la oscura trayectoria política de este mandatario nica.
Los nicas podrán tolerarlo por el tiempo que quieran lo que no tiene su mandatario es el derecho a irrespetarnos. Daniel Ortega es un ser non-grato. Yo espero que no vuelva a pisar tierra panameña para asuntos políticos ni para sus negocios privados. Con socios así que hacemos en Centroamérica.
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<> Artículo publicado el 18 de noviembre de 2010 en el diario El Siglo, a quienes damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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Filed under: Asvat Ebrahim | Tagged: Centro América, Costa Rica, Fronteras, Nicaragua, Panama |
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