El avión presidencial, habilitado como ambulancia, sirvió como medio para trasladar -este lunes 10 de mayo- hacia la ciudad de Bogotá, Colombia, al niño José Palacios, de un mes de nacido, quien será sometido a una intervención quirúrgica por especialistas de la Fundación Cardio Infantil, debido al padecimiento de una cardiopatía congénita.
La primera dama de la República, Marta Linares de Martinelli, acudió al aeropuerto Marcos A. Gelabert, en Albrook, para despedir a los padres del menor, José Palacios y Nilcia Patricia Páez, reafirmando el apoyo del gobierno y brindar las indicaciones correspondientes al equipo médico encargado de acompañar al niño durante el viaje.
El Gobierno Nacional autorizó el uso del avión presidencial, donado por el Gobierno de Taiwán a Panamá, para el traslado a Bogotá, del niño José Palacios.
El Despacho de la Primera Dama una vez conoció del caso, gestionó la atención del menor en el referido centro médico, fundado en 1973 con el fin de diagnosticar y tratar las enfermedades cardiovasculares de niños carentes de recursos.
Los gastos de la operación del niño, que incluyen la alimentación y hospedaje de sus padres, fueron aportados de la partida discrecional del presidente de la República, Ricardo Martinelli, informó la Primera Dama.
Al momento de su nacimiento el niño José Palacios fue diagnosticado de una cardiopatía congénita, una lesión anatómica de una o varias de las cuatro cámaras cardíacas, de los tabiques que las separan o de las válvulas o tractos de salida (zonas ventriculares por donde sale la sangre del corazón).
Una cardiopatía congénita no diagnosticada, ni tratada, se traduce en un problema serio de salud, y a diferencia de lo que ocurre con otros órganos del cuerpo, con un corazón enfermo la situación clínica de los niños pequeños, en especial los recién nacidos, cambia rápidamente y puede ser grave en pocas horas o días.
De acuerdo con especialistas, la gran mayoría de las cardiopatías congénitas son susceptibles de una corrección total y definitiva o casi definitiva, permitiendo que el niño disfrute de una vida completamente normal o casi normal.
Una vez lleguen a Bogotá, el menor y sus familiares, serán recibidos por el embajador de Panamá en Colombia, Ricardo Anguizola, para luego ser trasladado a la Fundación Cardio Infantil, donde será evaluado por especialistas de ese centro médico, quienes determinarán la fecha de la intervención quirúrgica. El menor permanecerá en esa nación por espacio de 23 días.