La opinión del Ingeniero Agrónomo…..
Carlos Eduardo Galán Ponce
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Agronomía: hermosa profesión
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La agricultura es la más noble actividad que puede desempeñar, desde el más sencillo hombre del campo hasta el mejor dotado profesional. Y son las ciencias agropecuarias las que capacitan académicamente a los técnicos que le proveen su soporte técnico. Pero además de su preparación académica, las inclemencias del tiempo a que está sometida la actividad agropecuaria, han llevado a los profesionales del ramo, a agudizar el ingenio para minimizar sus efectos.
En el estudio de las ciencias agropecuarias, está presente ese factor que es común a todas las profesiones universitarias. Como decían mis profesores del Tecnológico de Monterrey, te enseña a buscar la solución a un determinado problema con una facilidad mayor que aquel que carece de ella. Por ello, un profesional universitario, de cualquier disciplina, sale de las aulas provisto de la capacidad para administrar con eficiencia una actividad pública o privada, aunque esta no corresponda al ámbito de su especialidad.
Ahora, cuando se trata de ejercer un cargo público, además de su formación, en ese ejecutivo debe prevalecer un concepto férreo de la honradez, del sentido común, del aprecio por la colectividad a la que te debes y del respeto y la consideración que merecen todos los ciudadanos. Cosas que no parecen ser parte del legado de la pasada administración.
Los aeropuertos internacionales son, en todas partes, esa “ventana al mundo” que ofrece a los miles de viajeros que por allí transitan, la calidad de los productos de la región. Este concepto, en un mundo globalizado que vemos anillándose en tratados de libre comercio, que diluyen la disparidad en los aranceles, es tomado cada vez más en serio por los gobiernos responsables. Solo tienes que visitar cualquier aeropuerto cercano: México D.F., Santiago de Chile, Buenos Aires, Bogotá, San José. Cualquiera. Además de las áreas duty free, todos poseen amplias facilidades para la oferta de sus productos nacionales de renombre. No hay que ser un genio para ver que, aunque estos no pueden pagar los millones por los que licitan los grandes intereses de los importadores o las franquicias internacionales, es allí donde el país capta la divisa más efectiva. Por eso reciben un trato diferente. Porque al final, el beneficio para la economía de la Nación es mucho mayor.
El aeropuerto de Tocumen ha sido la excepción. Coto de caza exclusivo de las grandes empresas importadoras. Interminables filas de monótonos almacenes ofreciendo a gritos todos lo mismo. Perfumes, licores, lentes, ropa de marca, maletas, cosméticos y cuanta cosa venga de afuera. Las ferias de Portobelo de hace 100 años, ahora de vidrio y metal y con más luces. Ya una vez hice pública la forma despectiva como el gerente comercial del aeropuerto, Erick Goldoni –que no sé qué hace allí todavía–, expulsara a unos jóvenes agricultores–industriales chiricanos que, con debido contrato, habían tenido la “osadía” de instalar en el área comercial de ese aeropuerto, un atractivo y diferente local, con los mejores estándares de calidad. Su pecado: ofrecer un producto nacional. Café producto de sus fincas de Boquete, galardonado con el cuarto premio de calidad en la feria mundial de Nueva York. No eran de “la rosca”.
Invocar la formación profesional del nuevo gerente de Tocumen S.A., para descalificar su capacidad para ejercer sus funciones no solo es una ofensa a nuestra profesión. Es una falta de respeto hacia un superior a quien ni siquiera habrán podido conocer. Pero quizá el pecado del ingeniero Flores, es que su formación agropecuaria le hará ver a ese aeropuerto de forma diferente a como hasta ahora ha sido en manos de “idóneos” como los actuales. Sin esa mezquindad que le ha vedado la presencia allí al éxito internacional de una agroindustria propia. Tan poco panameños son, que no le cabe en sus cabezas el valor de aquello que proviene de lo que mi gran amigo Ezequiel Rodríguez P. llama: La patria profunda. De “más allá del puente”.
Y el colmo es que, restos de un vergonzoso pasado, pretendan ahora escogerse ellos mismos a sus jefes, con una campaña de mensajes anónimos, que solo los desprestigia a ellos. Los retrata con la ausencia total de los valores éticos que debieron llevarlos a brindar su franca colaboración a un nuevo superior. Pero a nadie van a amedrentar. Ya no hay muñecos timoratos al frente del gobierno. Y no se sorprendan si aparece por allí “el mazo”, a entrarle a las autoridades, pasadoras de datos y de cortesías indebidas de ese aeropuerto. Para caerle luego a ese cuerpo de “idóneos”, a ver si encuentran dónde se depositó el dinero de las licitaciones millonarias de los duty free. O cómo partieron hacia Cuba los despojos de las esculturas robadas de los “juegos de antaño”, a revivir al dictador.
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Publicado el 2 de octubre de 2009 en el diario La Prensa, a quien damos, lo mismo que al autor, todo el crédito que les corresponde.
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