LOS OCHO TENTÁCULOS
De Carlos Iván Zúñiga
Antes de su fallecimiento
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Por: Juan Ramón Morales
EL TRIBUNO
Fue el Castelar de nuestro parlamento,
Sacudió a los miserables con su verbo vibrante,
Estremeció las conciencias con su pensamiento,
Y fue su verbo pronto, fluido y elegante.
EL ORADOR
Orador cuya dicción es cadenciosa y sonora,
Su poderoso intelecto le permite improvisar.
Y con esa oratoria tan hermosa parece cantar,
Oraciones sublimes cantando a la aurora.
EL POLITICO
No claudicó jamás ante el oprobio de la dictadura,
La adversidad lo empinaba con fiera hidalguía.
Fue el político cuyo verbo presto, el tiempo,
No lo podrá borrar por grande y calidad bravía.
EL VERBO
De palabra fácil y elocuencia siempre singular,
Nos remonta a tiempos de los grandes de la Grecia,
Y con elegancia inenarrable nos logra cautivar.
Verbo sonoro, personalidad cautivadora y recia.
SU HERENCIA
Paladín insigne del verbo y de la pluma,
Allí están tus artículos y tus discursos,
Ellos hablarán por ti, herencia suma,
Que recibirá la juventud de tus recursos,
Herencia insigne del intelecto de tu pluma.
EL MAGISTRADO
. Magistrado en el Parlamento hizo historia,
Allí está como testigo mudo el salvamento
De voto, que consignaron con hermosa gloria,
Y que constituye el más puro testamento,
Que los cinco grandes con tono de victoria,
Legaron a la justicia con tan insigne trayectoria.
EL HOMBRE CONCIENCIA
Gladiador hermoso que pasará a la historia,
Empuñando el sable de la pluma invencible,
El verbo admonitorio, el anatema previsible,
Y su conciencia limpia la recogerá la historia.
El MAESTRO
Decir que además que es un gran maestro,
Es nada decir en su favor, suyo es el don,
De poder transmitir lo que sabe. Ha sido diestro,
Por su noble misión, es orgullo de nuestra nación.
Enviado el 27 de junio de 2009, por el autor, para su publicación en Panaletras
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